APAGA YA LA LUZ...
Apaga ya la luz que tengo sueño
y quiero descansar con las estrellas,
aquellas que aprendieron nuestros nombres
y luego nos contaron mil leyendas.
Recuerdo aquellas noches del verano
andando sin cesar por la ribera,
la brisa nos llegaba dulcemente
en forma de caricias y poemas.
Un verso me venía hasta los labios
corriendo por la sangre de las venas,
palabras y suspiros de mi pecho
surgidos del salitre y las mareas.
Tus ojos, que miraban fijamente,
buscaban mis pupilas tan inquietas,
y en ellas la razón de los suspiros
y el beso que escondían esas letras.
Tenía la paciencia del marino,
la dulce cualidad de su inocencia,
el rostro muy curtido del salitre
y el alma endurecida por las penas.
Tu mano entre mi mano palpitaba
queriendo que sintiera tu presencia,
me hablabas de mil cosas diferentes
ausentes de prejuicios y cadenas.
De pronto nos paramos en silencio
buscando por el cielo las Perseidas,
y solo contemplamos el vacío
y el paso solitario de un cometa.
Temblaron las dos almas juveniles,
pedimos un deseo con presteza,
y unimos nuestros labios en un beso
queriendo que el deseo se cumpliera.
...Y luego contemplamos a las aguas
en medio de la noche tan serena,
las olas que llegaban indolentes
venían con su gracia y su belleza.
Y así participamos tantas noches
del mar tan especial de nuestra tierra,
pudiendo compartir la fantasía
de barcas, marineros y sirenas.
"...Apaga ya la luz que tengo miedo,
y debo descansar aunque no quiera,
el tiempo y el pasado no perdonan
y lloran en el cielo las estrellas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/12
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