PORQUE LA NOCHE...
Porque la noche arranca los vestidos
y deja a las praderas en tinieblas,
dejando corazones indefensos
temblando con las sombras tan espesas.
Y esta realidad, tan absorbente,
nos llena cada noche de tristeza,
sintiendo que en las almas no responden
los ecos de ilusión y las promesas.
Entonces se congelan las palabras,
las gotas del rocío son estrellas,
los llantos de los cielos filigranas
y es fácil los silencios por respuesta.
Palabras y palabras que a la noche,
le escriben y dedican los poetas,
algunos con sus sueños infantiles
y en otros con sus rimas y leyendas.
Pero la noche y sombras se confunden
creando soledades en la niebla,
los tiernos corazones se marchitan,
cansados de buscar a las sirenas.
Eterna soledad la de las almas
que quieren caminar sin su linterna,
ajenas a cantiles y arrecifes
siguiendo los senderos de otras huellas.
Algunas se confunden y diluyen,
por culpa de caminos que se encuentran,
es fácil que los sueños sean sueños,
legañas de unas rimas incompletas.
Te veo corazón, que estás temblando,
y siento que aceleras tu carrera,
apuestas por ganar esta partida
trazada por la noche a tus expensas.
"...Porque la noche arranca los suspiros
igual que las resacas en la arena,
así la soledad, tiembla y susurra,
al hombre soñador que escribe de ella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/16
y deja a las praderas en tinieblas,
dejando corazones indefensos
temblando con las sombras tan espesas.
Y esta realidad, tan absorbente,
nos llena cada noche de tristeza,
sintiendo que en las almas no responden
los ecos de ilusión y las promesas.
Entonces se congelan las palabras,
las gotas del rocío son estrellas,
los llantos de los cielos filigranas
y es fácil los silencios por respuesta.
Palabras y palabras que a la noche,
le escriben y dedican los poetas,
algunos con sus sueños infantiles
y en otros con sus rimas y leyendas.
Pero la noche y sombras se confunden
creando soledades en la niebla,
los tiernos corazones se marchitan,
cansados de buscar a las sirenas.
Eterna soledad la de las almas
que quieren caminar sin su linterna,
ajenas a cantiles y arrecifes
siguiendo los senderos de otras huellas.
Algunas se confunden y diluyen,
por culpa de caminos que se encuentran,
es fácil que los sueños sean sueños,
legañas de unas rimas incompletas.
Te veo corazón, que estás temblando,
y siento que aceleras tu carrera,
apuestas por ganar esta partida
trazada por la noche a tus expensas.
"...Porque la noche arranca los suspiros
igual que las resacas en la arena,
así la soledad, tiembla y susurra,
al hombre soñador que escribe de ella..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/16
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