BUSCABA...
Buscaba, como busca el navegante,
la tierra, tan soñada y prometida,
tratando de ganar en la partida
al duro temporal amenazante.
Buscaba en el nordeste, su calmante,
la brisa tan sutil y tan querida,
cual fuente inagotable de la vida
que fuera su caricia en todo instante.
Buscaba la mejilla destemplada,
el labio conteniendo la cordura
y el verso en la pupila tan amada.
Buscaba, (y encontró), la fiel ternura,
la mano y la figura deseada
y un bello corazón sin partitura.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/09/17
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