RECUERDO QUE ERA SEPTIEMBRE...
Recuerdo que era septiembre
y que la lluvia caía.
Veníamos del campo de dar un paseo.
De pronto descubrimos un mirador
y nos detuvimos.
Abajo se veían las marismas y la ría,
en ese zizagueante recorrido
a través de los marjales.
El sol se reflejaba por las aguas
en un intento vano de prolongar
su descanso entre las mismas.
Sentí tu mano buscando la mía
y pude comprobar que suspiraba.
Pero eran tus dedos los causantes
del suspiro. Los que me hablaban
y susurraban lentamente todo aquello
que veíamos,
como tratando de indicarme
que nunca lo olvidara.
Te miré a los ojos y mis pupilas te contestaron
diciéndote que no,
que era imposible olvidar ese momento
y ese instante,
en que el tiempo se detuvo ante nosotros
para enseñarnos un rincón lleno de magia,
y para animarnos a cerrar los ojos
y a soñar profundamente como niños
mientras nuestros labios intercambiaban
el néctar milagroso del amor y la pasión.
Pasado un rato volvimos a la vida
y al tiempo en que vivíamos.
Abrimos los ojos y continuamos la marcha.
Tú sonreías al ver mi sonrisa
y yo, simplemente, te veía de forma diferente.
Fue un pequeño instante, un momento,
quizás una mota olvidada en la infinitud del tiempo,
pero había sido nuestro "tiempo"
y lo habíamos gozado y compartido
como dos ladrones de la vida
y de la poesía.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/10/17
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