EN UNA TARDE FRÍA...



En una tarde fría
las aves se mudaron,
dejando los marjales,
los bosques y los lagos.

Se fueron a otras tierras
templadas, y de paso,
etapas de una vida
de un lado hacia otro lado.

La diáspora difusa
de un año y otro año,
marchando por un mundo
de cielo boca abajo.

Es fácil que algún día
encuentren el descanso,
quizás en humedales
o tierras de secano.

En una tarde fría
tus pies se descalzaron,
y allí, junto a la arena,
sintieron el regalo.

El beso de las olas
tan suave y delicado,
con notas clandestinas
de mares muy lejanos.

Un barco, en la distancia,
dejaba su retrato,
rompiendo el horizonte
el sol en el ocaso.

¡Qué tarde más hermosa
fue aquella, sin dudarlo!
El alma soñolienta,
los pájaros volando.

"...En una tarde fría
tomaba yo tu mano;
temblaron nuestros dedos
y el beso entre los labios..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/10/17

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