FUE UN DÍA...



Fue un día gris y triste, 
con lluvia en los tejados y las calles,
y el agua que llegaba de los cielos
buscaba, en las aceras,
la figura de los hombres.

Fue un día gris, repito,
y el alma se encogía tratando de volver
a su refugio en el recuerdo,
a ese desván oscuro y polvoriento
de mi alma.

Fue un día que pasó, y atrás quedó,
quemando tentaciones 
y mil ganas de caer y abandonar 
en la batalla 
por causa de esas fuerzas que no tengo 
y que me faltan.

Pero pude acabar, cansado y sudoroso,
esta primera etapa.

Rafael Sánchez Ortega ©
20/11/18

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