DÍA TRISTE Y TARDE TRISTE
Día triste y tarde triste,
noche oscura que ya llegas
con la lluvia y con la bruma
con las sombras tan siniestras.
Tengo miedo y tengo frío,
y hay un algo que me aterra,
se confunden mis sentidos
y la sangre de mis venas.
Noche oscura que aquí vienes
con tu manto de tristeza,
haz que brille la esperanza
a pesar de las tinieblas.
Quiero amarte bella noche,
que me enseñes las estrellas,
las que veo entre mis sueños
y dibujo con mis letras.
No renuncio a mi pasado
pues mi vida está en la tierra,
ni a las tardes transcurridas,
ni a los días de tormenta.
Días tristes, tardes tristes,
que he vivido con mis penas,
sin saber si en mi destino
hay un premio que me espera.
Eso ansío de mi amada
un abrazo como prenda,
un suspiro de sus labios
con los míos que la besan.
Negra noche que ahora vienes
con tu capa y tu leyenda,
haz que mire entre las sombras
y recobre allí mis fuerzas.
Tengo frío y tengo miedo,
pero llevo el alma abierta,
y te enseño sus rincones
con sus luces y sus nieblas.
Manda un soplo desde el cielo
a este pecho que te reza,
que te pide y que te implora
ese beso que tu llevas.
Día triste y tarde triste,
noche oscura que te acercas,
no te vayas de mi lado
pues tu abrazo es lo que cuenta.
Es sentir ese latido,
ese pulso que acelera,
esa sangre que palpita
y que corre y que bombea.
Es notar como mi pecho,
lleva un trote de carrera,
del caballo desbocado
sin jinete y sin las riendas.
Es beber lo que tu bebes
ese vino de reserva,
de la noche y de las sombras
que has criado en tu bodega.
Es amar como tu amas,
en la noche tan sincera,
es sentir que no estás solo
y es querer y que te quieran.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/01/10
noche oscura que ya llegas
con la lluvia y con la bruma
con las sombras tan siniestras.
Tengo miedo y tengo frío,
y hay un algo que me aterra,
se confunden mis sentidos
y la sangre de mis venas.
Noche oscura que aquí vienes
con tu manto de tristeza,
haz que brille la esperanza
a pesar de las tinieblas.
Quiero amarte bella noche,
que me enseñes las estrellas,
las que veo entre mis sueños
y dibujo con mis letras.
No renuncio a mi pasado
pues mi vida está en la tierra,
ni a las tardes transcurridas,
ni a los días de tormenta.
Días tristes, tardes tristes,
que he vivido con mis penas,
sin saber si en mi destino
hay un premio que me espera.
Eso ansío de mi amada
un abrazo como prenda,
un suspiro de sus labios
con los míos que la besan.
Negra noche que ahora vienes
con tu capa y tu leyenda,
haz que mire entre las sombras
y recobre allí mis fuerzas.
Tengo frío y tengo miedo,
pero llevo el alma abierta,
y te enseño sus rincones
con sus luces y sus nieblas.
Manda un soplo desde el cielo
a este pecho que te reza,
que te pide y que te implora
ese beso que tu llevas.
Día triste y tarde triste,
noche oscura que te acercas,
no te vayas de mi lado
pues tu abrazo es lo que cuenta.
Es sentir ese latido,
ese pulso que acelera,
esa sangre que palpita
y que corre y que bombea.
Es notar como mi pecho,
lleva un trote de carrera,
del caballo desbocado
sin jinete y sin las riendas.
Es beber lo que tu bebes
ese vino de reserva,
de la noche y de las sombras
que has criado en tu bodega.
Es amar como tu amas,
en la noche tan sincera,
es sentir que no estás solo
y es querer y que te quieran.
Rafael Sánchez Ortega ©
25/01/10
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