ES LA LÍNEA DIFUSA DEL PRESENTE
Es la línea difusa del presente
quien separa el pasado del futuro
es la marca invisible del momento
del instante que corre y que vivimos.
Porque amar y entender todas las cosas,
percibir y captar las sensaciones,
es igual a vivir el día a día,
y sentir la alegría de las almas.
El espacio y el tiempo no se pesan
ni se cuentan las olas de los mares,
no se rompen tampoco los encantos
ni se pierde el milagro de los dioses.
Ha llegado la hora del lamento
y te avisa paciente la campana,
es el día de ir hacia ese viaje,
desprovisto de ropa y de maleta.
Una raya separa los destinos,
y también a los seres y las almas,
pues las aves se quedan en el mundo
y los hombres al lado de los dioses.
Sentirán esa lacra del destierro,
esa cárcel sin puertas ni grilletes,
esa hoguera de fuego caldeado
donde cambien pecados por ceniza.
Y su frente por fín, será tatuada,
con la cruz del destino en la cuaresma,
una marca dejada por el polvo
que unos dedos dejaron muy deprisa.
Al final el presente es ya pasado,
y la línea difusa se evapora,
no se sabe muy bien cuando es de día
y si el faro y las sombras estan cerca.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/10
quien separa el pasado del futuro
es la marca invisible del momento
del instante que corre y que vivimos.
Porque amar y entender todas las cosas,
percibir y captar las sensaciones,
es igual a vivir el día a día,
y sentir la alegría de las almas.
El espacio y el tiempo no se pesan
ni se cuentan las olas de los mares,
no se rompen tampoco los encantos
ni se pierde el milagro de los dioses.
Ha llegado la hora del lamento
y te avisa paciente la campana,
es el día de ir hacia ese viaje,
desprovisto de ropa y de maleta.
Una raya separa los destinos,
y también a los seres y las almas,
pues las aves se quedan en el mundo
y los hombres al lado de los dioses.
Sentirán esa lacra del destierro,
esa cárcel sin puertas ni grilletes,
esa hoguera de fuego caldeado
donde cambien pecados por ceniza.
Y su frente por fín, será tatuada,
con la cruz del destino en la cuaresma,
una marca dejada por el polvo
que unos dedos dejaron muy deprisa.
Al final el presente es ya pasado,
y la línea difusa se evapora,
no se sabe muy bien cuando es de día
y si el faro y las sombras estan cerca.
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/10
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