QUE CALLEN LAS CAMPANAS ESTA NOCHE...
Que callen las campanas esta noche
y suenen la ilusión y la alegría,
que olviden las personas el derroche
y vivan de verdad el día a día.
Que mueva Santa Claus el carricoche
y brinde por la paz y la armonía,
que busque la quietud de medianoche
y viva para siempre su folía.
Nosotros bridaremos a su lado
bebiendo de la copa dulcemente.
Diremos un adiós a ese pasado
que deja su recuerdo en el ambiente.
Iremos al encuentro tan ansiado
del año que comienza nuevamente.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/11
SE CORREN LAS CORTINAS DEL TEATRO...
Se corren las cortinas del teatro
y acaba la función del dos mil once,
se quedan en el tiempo suspendidos
las huellas de personas con su nombre.
Y quedan en el aire los aromas
de brisas, de suspiros y de flores,
también entre magnolias encantadas
se quedan tantos sueños de los hombres.
Quisiera que la puerta se cerrara
dejando tras la misma decepciones,
los días con los miedos transcurridos,
las lágrimas mirando al horizonte.
No quiero regresar a ese pasado,
el mismo está plagado de estaciones,
de vías y partidas hacia sitios
con trenes que pasaron sin rencores.
La hora del adiós quedó latente,
marcada para siempre en los relojes,
fijando el punto exacto de partida,
aquel en que cruzaron sus vagones.
Se corren las cortinas, como digo,
y empieza otra función con un remonte,
un duro vía crucis nos espera
tratando de subir sus escalones.
Empieza otra función y, el día a día,
nos dice que comienza el dos mil doce,
un año con promesas en el aire
con sueños de campiñas y de alcores.
Con nieves primerizas en las cumbres,
con bellas primaveras y sus noches,
con tardes del estío primorosas
y otoños embriagantes con sus voces.
Yo debo confiar en la esperanza
del año que comienza de colores
y puede que persiga a las estrellas
llevando mis susurros y oraciones.
La eterna fantasía de la vida,
los versos rescatados de los dioses,
aquellos de la Iliada y la Odisea,
leídos entre sueños y canciones.
"...Se corren las cortinas del teatro
y cierro sus recuerdos ya sin norte,
hoy busco entre las nieblas del futuro
el beso de tus labios soñadores..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/12/11
SE PRODUCE UN GRAN SILENCIO...
Se produce un gran silencio
cuando lloran las estrellas,
y unas lágrimas furtivas
acompañan los cometas.
Te preguntas por qué lloran
si son blancas y tan bellas,
y si llevan la sonrisa
en sus labios siempre prestas.
Si acompañan a la luna
y también a las sirenas,
y hasta escuchan sus canciones
de jarana y de berbena.
Lloran, quietas y en silencio,
y nos dejan su tristeza,
las estrellas tan preciosas
diminutas y coquetas.
Yo quisiera ser un hada
con poderes sobre ellas,
y llevarles la ternura
que precisan y desean.
Les daría mi pañuelo
con la brisa siempre fresca,
que aliviara sus dolores
y también todas sus penas.
Les daría un dulce beso
en su cara y en sus cejas,
restañando en sus mejillas
esas lágrimas tan tercas.
Más no haría una pregunta
por el llanto, tan siquiera,
y mis labios, sin palabras,
hablarían sin reserva.
Contarían los momentos
de las noches tan serenas,
en que vine a comtemplarlas
desde el patio de la iglesia.
Les diría de otros ratos
en la barra y la ribera,
con mi mano hacia los cielos
intentando recogerlas.
Más también les hablaría
de mis sueños y poemas,
de los versos inspirados
en la playa y en la arena.
Les diría tantas cosas
intentando protegerlas,
y secarlas ese llanto
y esas gotas con sus perlas...
"...Se produce un gran silencio
cuando lloran las estrellas,
y sus lágrimas furtivas
yo no quiero que se pierdan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/12/11
HAY SILENCIO EN LOS PASILLOS...
Hay silencio en los pasillos
y dolor en este cuarto,
el silencio de la noche
y el dolor del ser amado.
Pasan lentos los minutos
y hasta el tiempo se hace largo,
se oyen ayes y quejidos
de los cuerpos encamados.
Yo contemplo todo esto
y no sé como explicarlo,
nada encaja en la rutina
ni plasmarlo en el diario.
Es difícil describir
los matices de este cuadro,
hay tristezas por doquier
que palpitan a tu lado.
Hay dolores escondidos
en el fondo de los labios,
hay tristeza en las mejillas
y en los ojos ya cansados.
Una vela se termina
sin saber como ni cuando,
ya no hay llamas en el cuerpo
porque el mismo está apagado.
Una lágrima discurre
lentamente, cara abajo,
ni siquiera la restañas
con tus dedos y tu mano.
Hay un timbre de tristeza,
de dolor y desengaño,
cuando sientes lo que pasa
y no puedes remediarlo.
Sientes frío y sientes pena,
una herida en el costado,
de la rosa de la vida
con su espina como un clavo.
Todo pasa y pasa el tiempo,
el mañana está cercano,
No hay dolor que siempre dure
aunque hoy cueste soportarlo.
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 29/12/11
VOLVERÁS...
Volverás a escuchar el rumor de las olas,
a pesar de la bruma y las tardes
tranquilas,
a pesar del silencio que desgrana
tu alma,
a pesar de la vida que te llega
y golpea,
como fiera marea que se viene
y se va.
Volverás a escribir y mirar a la luna,
a pesar de la niebla y las noches
oscuras,
a pesar de tus versos cargados
de sueño,
que contagian al cielo en los viejos
poemas,
y se quedan dormidos en un sueño de paz.
Volverás a luchar, como siempre luchaste,
por un mundo más justo,
por un mundo mejor,
a pesar de los hombres sin ley y sin orden,
a pesar de sus vicios
y su fea maldad.
Volverás a soñar con el amor de tu vida,
la persona perfecta que te hizo dudar,
a pesar de sus pasos, a veces menudos,
buscando los sueños
por tierra y por mar.
Volverás, viejo amigo, a mirar las estrellas,
y a entender las canciones que cantaron
los dioses,
y dejaron prendidas del cielo
para que tú las observes,
y estirando tu mano puedas siempre soñar.
Volverás a llorar ese llanto sin agua,
esas lágrimas huecas que te saben a sal,
a pesar de la media sonrisa,
la que aflora a tus labios,
que unas veces es triste, con sabor a tabaco,
y otras dulce y tan fina
que te sabe a la miel.
Volverás a sentir todo esto, ¡sin duda!,
a escuchar el silencio,
a escribir a los ojos sin nombre,
a luchar contra el viento que azota,
a soñar con los labios que esperan,
a mirar de verdad al presente,
a llorar por el alma
que te hace llorar...
...Pero puede que entonces
enmudezca tu lengua,
se te atrofien los dedos,
se te amargue el poema
y te olvides de amar...
Y si eso te ocurre, ten presente una cosa,
es el fin de tu tiempo en la vida,
es la eterna campana que llega sonando,
la que avisa y no suena,
la que llama a los hombres,
la que apaga su risa
y oscurece el amor,
la que surge sutil y endiablada en la sombra,
la que atrapa tu cuerpo para el viejo ciprés
que vigila el cuaderno y nos dice su adiós...
Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/11
AQUÍ ESTOY, A TU LADO, NUEVAMENTE...
Aquí estoy, a tu lado, nuevamente
escuchando el susurro de las aguas,
esa voz tan constante y cadenciosa
cuando baja hasta el mar en su llegada.
Es entonces el grito ya cansado
quien extiende sus pliegues en la sábana,
una arruga se forma en la bahía
alterando la paz de su templanza.
Hay en ti, viejo río que discurres,
un legado de nieves y montañas,
es la marca sagrada de las cumbres
donde el sol se fundió para que andaras.
Y trazaste los cauces caudalosos
con el miedo pegado a las espaldas,
te atreviste a rasgar desfiladeros
y a saltar por barrancos y cascadas
Pero llegas, por fin, del largo viaje
a dormir con la mar y con la barra,
en un viaje de largo recorrido
donde quedan silentes tus pestañas.
Eres río, la arteria de una vida,
y a la misma la alegras y la calmas,
tu latido es el canto de los olmos
y también del molino que te aguarda.
Yo te miro y escucho largo rato
mientras pienso en las charcas encantadas,
en el chopo grabado en la ribera
con dos nombres sellando su alianza.
Y recuerdo temblando aquel momento,
y el mensaje nacido sin palabras,
una mano tenía entre mis manos
y unos ojos buscaban mi mirada.
Y soñé, como sueñan los amantes,
y besé y me besaste sin tardanza,
mientras tú, río bravo de la vida,
con tu arrullo alocado me abrazabas.
Qué placer más sutil y generoso
puede un hombre sentir mientras lo aman,
cuando sabe que el alma se lo roba
otra alma de un río enamorada.
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 27/12/11
ME MIRO EN EL ESPEJO DE LA VIDA...
Me miro en el espejo de la vida
y veo aquella estampa de hace tiempo,
el niño que soñaba con castillos,
el joven que volaba por los cielos.
Un mundo de ilusión y de colores
escapa lentamente del espejo,
un mundo que ha quedado retratado
y aflora sin cesar en los recuerdos.
La vida se compone de estaciones,
etapas con lugares y momentos,
segundos que transcurren día a día
vividos en presentes muy diversos.
Vivimos como viven los mortales
tratando de sacar el buen provecho,
de todo lo que pasa a nuestro lado,
de todo lo que ansían los deseos.
Más todo en esta vida se termina,
y toda algarabía tiene un precio,
corremos una marcha sin dorsales,
sin meta y sin andén, al cementerio.
Me miro y me contemplo fijamente
y a fuerza de mirar al fin me veo,
observo mis pupilas tan cansadas,
las canas plateadas y cabellos.
Un cuerpo envejecido se refleja
y trato de tocarlo con mis dedos,
presiento que ese cuerpo que palpita
responde a mis latidos y reflejos.
No sé cuanto me queda en la carrera,
tampoco sé el camino y el sendero,
ignoro si hay posada al caminante
y un poco de cariño muy sincero.
Ignoro si un ciprés me está esperando
cubriendo con su sombra el cementerio,
allí, donde de niño me perdía
por culpa del terror y de mis miedos.
Por culpa de vivir en la clausura
marcada por lecturas y entre rezos,
de espaldas a la vida que dejaba
la brisa del nordeste con su beso.
"...Me miro en el espejo de la vida
un año que se acaba en un invierno,
más todo continúa mientras tanto
la vida, con su escorzo y su lamento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/12/11
VUELVE AMIGO A TU BARCA...
Vuelve amigo a tu barca,
a tu vela y bauprés,
y no olvides que existe
una estrella en Belén.
Una estrella de plata
con un beso de miel,
que te mira y te lleva
sin dejarte caer.
¡Ay amigo sin nombre
nunca des un traspié,
ni apresures tus pasos
por dejar la niñez!
Sigue siempre las huellas
de aquel bello corcel,
que pasó por tu puerta
sin montura y arnés.
En su grupa, gallarda,
una joven de bien,
cabalgaba curiosa
en total desnudez.
Pero el cuerpo tan lindo
te llegó a estremecer,
tú pensaste en la helada
y el invierno cruel.
Vuelve amigo a tu barca
y hasta olvida el ayer
el pasado no existe
se quedó en el andén.
Lo dejaste enterrado
entre el polvo y papel,
en aquellas cuartillas
que le vieron nacer.
"El pasado no existe"
-dice el verso al revés-
y una sombra te alcanza
sin poderla leer.
Ese verso cruzado
fue sincero a su vez,
pues tus labios buscaba
para en ellos beber.
Y tus labios amigo
hoy se quejan de sed,
de la niña que antaño
esperaba aquel tren.
"...Vuelve amigo a tu barca,
fija el remo al carel,
abandona el pasado
para ir al edén..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/12/11
LLEVO UNA PENA EN EL ALMA...
Llevo una pena en el alma
que ya no puedo conmigo,
soy el pastor y el testigo
que busca ansioso la calma.
Soy un ciprés solitario
que cuida del camposanto,
lloro con él, en un llanto,
para purgar mi calvario.
Siento que pasan los días
y que se acaba la suerte,
pero camino muy fuerte
con mis alforjas vacías.
Es Navidad y ha nacido
un Niño Dios en Belén,
por eso suena también
la guitarra y el cumplido.
Hay una lágrima tensa
que cruza rauda en el cielo,
es un suspiro, un anhelo,
con que esta noche dispensa.
Yo siento dentro, muy dentro,
una tormenta que brama,
un temporal que derrama
sangre y dolor al encuentro.
Es una herida sangrante
del corazón que se empeña,
en perseguir esa enseña,
en la mirada distante.
Suena la cuerda rasgada
de la guitarra flamenca,
pasa la sombra mostrenca
con su guirnalda encantada.
Y yo me quedo pensando;
pienso en mis penas y dudas,
¡en tantas cosas tozudas!,
que por amor voy callando.
"...Llevo una pena que gime,
con infinita tristeza,
pero esta pena es belleza
para que el alma se anime..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/11
EN UN RINCÓN DEL ALMA...
En un rincón del alma
existe un gran dolor,
es rosa con espinas
y el eco de tu voz.
Allí guardo las letras
que tu mano trazó,
esos signos que leo
y releo con pasión.
Allí guardo la luna,
las estrellas y el sol,
los momentos tan bellos
que vivimos los dos.
Allí está la laguna
que nos dijo su adiós,
con sus aguas tan negras
y los pinos en flor.
Allí tengo el arco iris,
la corona de Dios,
los colores tan lindos
que una mano pintó.
En un rincón del alma
existe un gran amor,
escondido y confuso
que quizás se durmió.
Allí están esos sueños
que tu voz me brindó,
y la linda sonrisa
que mis labios besó.
Allí está la trainera
con el remo y timón,
la que juntos pintamos
a la luz del farol.
Allí están esas aguas
y su fiel corazón,
nuestras olas tan bellas,
con su fiero rumor.
Allí están los poemas
que mi mente soñó,
y estás tú en esos versos
y también estoy yo.
"...En un rincón del alma
existe un gran dolor,
por aquello que tuve
y que hoy se perdió..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/12/11
NO EXISTE LA SONRISA COMPLACIENTE...
No existe la sonrisa complaciente
que llegue hasta mi lado en este día,
ni existe la palabra y el sedante
que calme al corazón de sus heridas.
Yo miro por las plazas y mercados
tratando de encontrar en las esquinas,
quizás ese camino hacia el mañana
en busca de la paz y la alegría.
Más sólo me responde la tristeza
que llevo en el morral y en la mochila,
el alma se confunde nuevamente
y trata de esbozar una sonrisa.
Sonrisa que le arrancan unas aves
en forma de pacientes golondrinas,
que vuelan sin un rumbo definido
siguiendo los abrazos de la brisa.
Hay una soledad en las montañas
con nieve blanquecina entre sus cimas,
los ríos revoltosos van cantando
y bajan hacia el mar y su bahía.
Me sigo debatiendo entre mil dudas
y pienso que mi vida se termina,
se acaban los momentos tan hermosos
soñados con el mar, junto a su orilla.
La vida es un periodo y un instante,
el rato de una dulce melodía
el soplo de unos labios amorosos
que besa sin recato la mejilla.
La vida es un instante del presente,
cargada con recuerdos y franquicias,
a veces la tomamos y vivimos
y en otras emprendemos una huída.
Ahora que me invade la tristeza
no tengo la viveza ni la chispa,
me falta la sonrisa que deseo,
la cara tan ardiente y conocida.
Me faltas corazón, y así lo digo,
extraño tu tic-tac con que palpitas,
extraño ese susurro de tus labios
trayendo hasta los míos tu sonrisa.
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 23/12/11
PUNTO Y SEGUIDO...
(A Jesús...)
Podrá escribir la pluma más certera
mil cuentos de ilusión y fantasía,
más tu letra Jesús, y tu alegría,
es chispa que deleita y que se espera.
Tú tienes esa gracia y la solera,
forjadas en el alma día a día,
la llevas al papel con valentía
y en ella tu sonrisa más sincera.
Por eso nos escondes con cuidado
el chiste entre las letras que ha nacido,
la frase y la ocurrencia que has dejado
oculto en el escrito el muy ladino.
Tú eres el amigo ilusionado
y el hombre singular, de oído fino.
Rafael Sánchez Ortega ©
12/12/11
NO QUIERO DESPEDIRME EN ESTAS LÍNEAS...
No quiero despedirme en estas líneas
ni trazar un paréntesis muy largo,
prefiero los espacios más abiertos,
los cielos tan celestes de azul claro.
Es fácil que recuerde tantas flores
tomadas los domingos con mi mano,
y puede que también las margaritas
con pétalos floridos y tan blancos.
Ahora que las noches son más largas
adornan las estrellas con su encanto,
asoman esos guiños tan distantes
que hablan y acompañan nuestros pasos.
Me marcho y me despido para siempre,
me voy hacia esos mundos tan lejanos,
allí donde no existen las fronteras,
ni el odio ni el dolor, tampoco el llanto.
Me voy hacia esa tierra de utopía
que sueñan los poetas en verano,
la tierra del albero y los alcores
mezclada con el trigo de los campos.
Un libro me acompaña con sus versos
nacidos día a día por mi mano,
en ellos, con paciencia religiosa,
están esos secretos que yo guardo.
No quiero despedirme en estas líneas
y dar la sensación de un derrotado,
la vida se compone de momentos,
de ciclos que transcurren año a año.
Yo creo que mi tiempo ha transcurrido,
la aguja del reloj ya se ha parado,
espero que mis ojos se me cierren
y acabe este momento tan extraño.
Aquí se quedarán tantas promesas,
los besos y los sueños tan asiados,
las largas caminatas en la noche
en busca del amor y del abrazo.
Aquí se quedará mi sepultura
y el alma volará mucho más alto,
arriba, más allá de las estrellas,
al cielo y a ese Dios a quien yo amo.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/12/11
SE DESPIERTA...
Se despierta desnudo el nuevo día
y con él amanece la mañana,
hoy la bruma amenaza la alegría
de ese sol que penetra la ventana.
Una niebla creciente que porfía,
una noche pasada y ya lejana,
un temblor impaciente que nacía
y un guiñol de la vida tan cercana.
Así es este mundo en que vivimos
un compendio de sombras y de luces.
Un binomio de lucha encarnizada
un vivir sin saber que nos morimos.
Al final un carmelo con sus cruces
nos dará ese abrazo en su morada.
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 20/12/11
EN UN RINCÓN DEL ALMA...
En un rincón del alma
las flores languidecen,
se apagan los suspiros
y el viento no se siente.
¡Qué cosa más hermosa
saber lo que se tiene,
la vida, los amigos,
la casa en que nacieres!
De pronto el calendario
nos dice que ya es viernes,
un viernes del otoño
con lluvia y agua nieve.
Cabalgan por el campo
jinetes en corceles,
que parten al destino
de rosas y claveles.
¡Qué bella es la alborada
y sus amaneceres,
primero prende el rosa
del cielo azul celeste.
Más luego que bostezan,
las nubes se mantienen,
por culpa de la bruma
y luego del nordeste.
En un rincón del alma
se agolpan los papeles,
son pétalos de flores
que nacen y que mueren.
Son lindas margaritas,
recuerdos más bien breves,
surgiendo del pasado
sedientos de saberes.
Ya suenan las campanas
de misa de las siete,
descorren las cortinas
las niñas y mujeres.
Más una muchachita
se pone el traje verde,
y cubre su cabello
para ir al miserere.
¡Qué pena esta muchacha
que corre y que no aprende,
la misa es una cosa
y amar es lo que debe!.
"...En un rincón del alma
está lo que ella quiere,
el labio, la sonrisa
y el beso que la ofrecen..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 19/12/11
DÉJAME QUE TE MIRE...
Déjame que te mire
con los ojos cerrados,
con la cara dormida,
y tus labios temblando.
Tienes paz en el pecho
y descansan tus párpados,
yo quisiera besarte
y tomarte las manos.
Pero sé que no debo
alterar tu letargo,
y por eso te miro
y te sueño y me callo.
Cinco letras tu nombre
como un eco lejano,
cinco letras y un verso
para ti de regalo.
Siempre esperas paciente
sin pedir nada a cambio,
con la eterna sonrisa
y el suspiro velado.
Ondulaban las olas
en tus ojos castaños,
y también las sirenas
que pasaban cantando.
Fuera sopla el nordeste
y la brisa de mayo,
ella roza tus ojos
y tu cuello tan blanco.
Igualmente a tu cuerpo
le estremece un abrazo,
y musitas un nombre
sin poder evitarlo.
A pesar del silencio
yo persigo tus pasos,
y tus labios divinos
porque quiero besarlos.
...He llamado a tu puerta
y te vi en el retrato,
y mis dedos inquietos
un poema trazaron.
Hoy tu nombre pronuncio
y lo escribo y lo guardo,
en el viejo cuaderno
con recuerdos de antaño.
Y aquí está, en el poema,
es tu nombre anotado;
yo lo sé y lo pronuncio
con los ojos cerrados.
"...Déjame que te mire,
es hermoso este rato,
tú descansas y sueñas
con los labios temblando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/12/11
VI UNA FLOR ABANDONADA Y PENSÉ EN TI...
Vi una flor abandonada
y pensé en ti.
Sabía que te gustaría precisamente
esa flor,
sabía que la estabas esperando,
sabía que la querías tocar
con tus dedos,
llevar a la cara,
sentir la suavidad de sus
pétalos rozarte,
porque así eres tú,
tan sencilla,
tan auténtica,
tan entrañablemente sincera...
Y ahora la estás viendo aquí,
en esta imagen,
en este fotograma,
y te preguntas si eres tú
la persona que estoy describiendo,
la receptora de esta flor que contemplas.
Sé que sonríes y mueves la cabeza
negando tal posibilidad porque
¿a qué fin voy a estar pensando
en ti, precisamente ahora,
en esta noche,
cuando me pongo a escribir
y a vaciar mi alma?
Te dices que apenas te conozco,
que apenas hemos hablado
y que cuando lo hicimos fue hace ya
mucho tiempo.
"Es imposible que esta flor sea para mi",
-te dices-, "yo no soy nadie en su vida;
ambos somos como ese cometa que vemos en la noche,
bonito y hermoso, que nos sorprende y admira
y que cuando queremos alzar la mano
para tocarlo ya ha desaparecido en el infinito.
"Por eso es imposible que esta flor sea para mi",
-sigues pensando-.
Yo soy solamente una lectora que
pasaba por aquí, ahora,
y que se ha detenido a leer estas líneas.
Sin embargo tu razón
no sigue la lógica de los sentimientos,
porque si he recogido esa flor es porque sé
que a ti te gustaría,
porque sé que ella arrancaría un suspiro
de tus labios,
porque ella te llevará a pensar en un momento
dado de tu vida,
en un instante,
en un fragmento invisible de ese tiempo
ya caduco y guardado en el recuerdo,
cuando alguien te habló en un susurro,
¡y te sentiste a gusto!.
Quizás recuerdes aquel instante,
¡fue algo maravilloso!,
algo que guardaste celosamente
en el corazón,
algo que no olvidaste
ni olvidas,
aunque a veces dudes
de si todo no fue un sueño,
la persona, el lugar,
el momento, la cara,
los rasgos, pero...
¡No, no puede ser!,
es imposible
que "tú te acuerdes de mi",
yo no soy nadie en tu vida
y nada tenía en aquel entonces,
sólo una voz desconocida y temblorosa
surgiendo entre el rumor de las olas,
mientras recitaba aquel poema, sin palabras...
Pero así fue querida mía,
yo vi una flor abandonada
y pensé en ti.
La tomé casi sin pensarlo
para ofrecértela en esta noche,
para llevarte con ella mi cariño,
para decirte que te amo
y que te espero.
Aunque tú no lo sepas,
aunque te entren mil dudas,
aunque ya no me esperes,
porque siempre has venido conmigo
en mi corazón y en mi alma,
y ahí estás, en esa cajita encerrada,
mientras te hablo sin que lo sepas,
mientras suspiro y te cuento mis cosas,
y también, como ahora,
mientras recojo una flor abandonada
para ti.
¡Sólo para ti...!
Rafael Sánchez Ortega ©
18/12/11
NO NECESITO LOS PREMIOS...
No necesito los premios
ni tampoco los aplausos,
para llevar al cuaderno
unas líneas de mi mano.
Escribo porque preciso
ser honesto y ser honrado,
y liberar a mi alma
de sufrir cierto calvario.
Porque los días se pasan,
-unos buenos y otros malos-,
mientras la vida transcurre
entre resaca y remanso.
Quiero dejar a mis letras
en el cuaderno tan blanco,
y que mi voz se confunda
entre la espiga y el grano.
Entre la mar y el nordeste
donde navega mi barco,
hacia los cielos sin nombre
para alcanzar el Parnaso.
Dicen los niños que sueñan
que nada existe a este lado,
sólo un montón de ilusiones
que la locura ha forjado.
Más quiero ser ese loco,
el que cabalgue temprano,
el caballero sin patria
buscando amor por los campos.
Y en la locura descrita
hay unos versos marcados,
unos poemas distintos
y nadie puede dudarlo.
Y así comienza la historia
la de aquel beso callado,
que nace pronto en el alma
para venir a mis labios.
Por eso niego los premios
y me resisto a cobrarlos,
sólo preciso tu risa
con un suspiro velado.
Rafael Sánchez Ortega ©
17/12/11
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