HE OÍDO COMO CANTAN LAS ESTRELLAS...
He oído cómo cantan las estrellas
en medio del silencio de la noche,
desgranando despacio al infinito
la tierna melodía de los dioses.
Quizás fue un bello sueño aquella imagen,
que guardo entre sonrisas y dolores,
quizás la tierna estampa de tu rostro
tomada día a día sin reproche.
No quiero que se pierda la sonrisa
mezclada con los miedos y temores,
ni el canto que ofrecían las estrellas
llegando en un susurro hasta los hombres.
Hay cantos de poetas y juglares
hablando de romances y Quijotes,
hay otros que se ofrecen en silencio
y dicen sin palabras lo que esconden.
Recuerdo los violines que sonaban,
la sombra del ciprés en los balcones,
las graves campanadas de la iglesia
marcando su preludio de las doce.
Recuerdo ese momento y no lo olvido,
tampoco los embates tan feroces,
del viento que soplaba sobre el lago
tratando de empañar las ilusiones.
Más pude disfrutar de aquel momento,
tomando otro regalo de las flores,
la dulce sinfonía del aroma
que llevan en sus alas los gorriones.
Pero he de confesar que en aquel canto
había un algo extraño de las voces,
nacido, puede ser, de su silencio,
y el eco enmudecido que responde.
Yo pude recibir de las estrellas,
los cantos más hermosos sin redobles,
nacidos del silencio y las caricias,
por medio de sus labios soñadores.
"...He oído como cantan las estrellas
y puede que quizás sus corazones,
la noche y el silencio están presentes
hablando con las hayas y los robles..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/12/11
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