ME DUELE EL CORAZÓN...
(¡...Me duele el corazón y eso no es bueno!)
Repaso el corazón y abro sus páginas,
me encuentro con sus pliegues y sus versos,
con esa cantidad de información
de mi pasado
dormida en el recuerdo.
Hay páginas difusas y borrosas,
con tinta color sepia y letras vacilantes,
que esperan que las roce con mis dedos,
y las diga unas palabras.
Hay otras que conservan la elegancia
y en ellas un aroma y su fragancia
te transportan a otros tiempos y lugares,
a ese mundo de los sueños y romances,
donde todo era posible.
Hay versos y poemas desgajados de las olas
que buscan una playa, solamente,
que recoja sus suspiros,
los escuche y haga suyos,
acunándolos sin pausa.
Hay cirios que palpitan en la iglesia,
en mitad de la penumbra,
mientras suena, allá, en el coro,
esa música sagrada y diferente que desgrana
el viejo órgano y que baja por las piedras
a las almas.
Hay lindas fantasías olvidadas
de una infancia ya lejana,
donde todo se entremezcla y se confunde,
mientras vuelan las gaviotas a la costa
y la voz de la campana nos recuerda esa hora
tan sagrada de la vuelta hacia la casa.
(¡...Me duele el corazón con sus recuerdos!)
Es malo ser poeta en estos tiempos;
es malo repasar el corazón y abrir sus páginas.
En ellas suele haber muchos recuerdos,
telarañas y caricias olvidadas,
plastilina de otros tiempos de tristeza
con el llanto en las pestañas
y la lágrima cautiva resbalando
hacia la boca.
Es malo corazón sentirse vivo,
saber que la sagre enamorada sigue ahí,
latiendo sin descanso, y pide amor,
amor sin nombre y con mayúsculas,
amor sin rostro y sin figura,
amor de tierra y cielo,
amor sin voces ni palabras...
¡...Me duele el corazón y abrir el mismo
me duele más,
porque te veo allí, diciendo adiós:
"Adiós Amor,
adiós a los momentos tan hermosos
de la vida y de los sueños..."
(¡...Me duele el corazón y no lo siento!)
Rafael Sánchez Ortega ©
13/12/11
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