VEN...


Ven a sentir la yema de mis dedos
y dejaré que rocen tu cintura;
¡te necesito amor, te necesito!,
a pesar de los miedos y las dudas.

Ven hasta mi cerrando bien los ojos
y deja que te envuelva la locura,
así comprenderás cuánto te quiero
mientras salen suspiros de tu blusa.

Ven corazón, y tómame las manos,
contempla sus latidos y ternura,
observa que ha llegado ya el invierno
y tiemblan las estrellas y la luna.

Ven sin pensar, corriendo hasta mi lado,
y no digas ni busques las preguntas,
¡te necesito amor, te necesito!,
y el tiempo que preciso es la premura.

Ven a mirar la rosa de los vientos,
iremos de paseo a la laguna,
unamos nuestros pechos y latidos
más allá de las sombras y la bruma.

Ven a vivir la magia de la noche,
a contemplar en ella la blancura,
ese color que mandan las estrellas
con el lenguaje de su lengua muda.

Ven a escuchar el mar y la resaca
y escucha junto a mi su hermosa música,
¡te necesito amor, te necesito!
y lo grita un corazón que a ti te busca.

Ven a beber el néctar de mis labios
que lleva hasta los tuyos la permuta,
el beso intercambiado simplemente,
que deje entre tus labios mi cordura.

Ven a tomar el premio por tus besos,
yo te daré la rosa y la fortuna,
la rosa inmaculada de la vida
que sigue paso a paso tu andadura.

Ver a dormir tus sueños, para siempre,
no temas las pasiones vagabundas,
¡te necesito amor, te necesito!
y ahora, como entonces, más que nunca.

Rafael Sánchez Ortega ©
05/12/11

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