HOY TE HE VISTO, ENTRE MEDIO DEL GENTÍO...
Hoy te he visto, entre medio del gentío,
cruzando aquella calle,
y en busca del tranvía.
Llevabas la sonrisa encantadora,
prendida de unos labios temblorosos.
No sé si los gorriones te buscaron
y fueron tras tus pasos dulcemente.
No sé si en los jardines, el rocío,
mojaba las pestañas de las rosas.
Más sé que los latidos de mi pecho,
ya viejo y muy cansado,
formaron una eterna algarabía.
De pronto me encontré que te esfumabas
en medio de la gente y de la calle.
Tan sólo me quedé con tu figura
marchando muy deprisa hacia el trabajo.
Sentí la soledad, dentro muy dentro,
y un nombre se me vino hasta los labios.
Estabas en mi boca y mi garganta,
estabas en la sed de mis deseos.
Estabas sin estar cerca, tan cerca,
que sólo precisaba tu palabra,
tus ojos de mirada seductora
hablando sin parar a mi persona.
Y así me desperté, con este sueño,
prendido de alfileres y nostalgias,
un sueño de ilusión y fantasía
llevando a las alturas el cometa,
los globos de colores de la infancia,
la bella mariposa de la vida,
el canto de las hadas y sirenas,
la luz inmaculada de la luna,
el beso de las nubes en los cielos,
la brisa que nos mandan las estrellas,
la nota que rasgaba la guitarra,
y el eco de una dulce melodía...
No sé si la sonrisa de los dioses
vendrá con tu recuerdo.
He soñado contigo
y he visto que llegabas en mi sueño.
¿Cuánto te quedarás en este sueño?
¡quizás ni tú lo sabes...!
Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/12
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