SI CICATRIZA MI HERIDA...
Si cicatriza mi herida
quizás te vuelva a mirar,
quizás te pida una fresa
con un poquito de sal.
Quizás mi boca reseca
quiera tus labios besar,
mientras que tú, lo que ofreces
es un poquito de pan.
Voy mendigando senderos
entre la sed de llegar,
a la colina lejana
donde se encuentra el corral.
Casa con cuadra y comida,
dulce posada y hogar,
dulce reposo del niño
que ya no lleva pañal.
Lleva coraza y espada
y una mirada fugaz,
para evitar que su pecho
sufra de agudo puñal.
De la palabra traidora,
del comentario falaz,
que con engaños le hiera
en otra herida fatal.
Si cicatriza mi herida
quizás te vuelva a buscar.
porque preciso tus besos
y tu mirada especial.
Esos ojitos tan lindos
con su rubor para amar,
y esa boquita risueña
con su candor de cristal.
Rafael Sánchez Ortega ©
31/03/12
NOSTALGIA.
Es un retrato extraño, el de tu cara,
que miro y remiro en la estampa que conservo.
Recuerdo que me diste esa foto,
la última vez que nos vimos,
en aquella estación donde nos separamos
definitivamente,
aunque ambos no lo sabíamos.
Yo sé que lloré y contemplé tu escrito,
en aquella cuartilla donde habías escrito un poema,
y lo leí una y otra vez, hasta que ya,
temeroso de poder romper la misma,
la doblé y la guardé en un lugar cercano al alma.
Tú me llamaste también en la tarde
para anunciarme que tu viaje iba bien,
pero que estabas triste, que no podías ocultar
que algo te quemaba en el estómago,
algo que se acentuaba a medida que nos alejábamos
en la distancia.
No pude evitar un estremeciento y volví
a recordar los momentos maravillosos,
los instantes pasados en las últimas horas,
los minutos vividos,
los sueños realizados en esa fracción de tiempo,
en la que ambos, tuvimos el valor de hacer parar
el reloj de la vida.
Pero los dos sabíamos que la vida volvería a latir
y a correr la manecilla
y, con ella, volveríamos a la realidad,
a saborear luego, más que nunca, el amor
que habíamos tenido y paleado
en aquel momento extraordinario de nuestras vidas,
pero que ahora llegaba a su fin,
tras el último capítulo del libro que se cerraba,
sin nosotros saberlo.
Rafael Sánchez Ortega ©
30/03/12
HOY NO PUEDO ESCRIBIR LO QUE YO SIENTO...
Hoy no puedo escribir lo que yo siento,
ni quiero reflejar lo que me pasa.
Comparto con la noche silenciosa
la triste soledad de mi nostalgia.
Comparto los secretos de unos labios
besados en su día para nada,
comparto la ilusión del inocente
que goza su locura sin palabras.
Más sé que tu te acercas y que llegas,
que vienes cada noche a mi ventana,
y tocas con tus manos los cristales
y tiemblas como un lirio en la distancia.
Suspiras y meneas la cabeza,
no sabes en verdad que es lo que pasa,
las letras invisibles de mis versos
te dejan un regusto y mil nostalgias.
Afuera parpadean las estrellas
en medio de una luna que les baña,
no sabes si se abrazan en la noche
la luna y las estrellas encantadas.
Tiritan los rosales por el frío
y duermen los gorriones en las ramas,
se tapan los cipreses con sus mantos
atentos a la brisa tan salada.
Y yo, cual buen actor de la comedia,
evito la tragedia que me aguarda,
retiro los espinos de mi pecho
y escribo los renglones que me faltan.
Y escribo para ti, querida mía,
escribo con mi pluma y con el alma,
más dejo en el tintero muchas penas,
no quiero contagiarte de mis lágrimas.
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/12
HAY QUE VER A LOS COBARDES...
Hay que ver a los cobardes
como empujan a las masas,
como ocultan sus perfilen
y el dinero que ellos ganan.
Son valientes de boquilla
que trabajan desde el alba,
defendiendo los derechos
que han tomado por pernada.
Siempre piden libertades
amparados en pancartas,
escudados en las siglas
de una historia caducada.
Yo defiendo a los obreros
con razón y con palabras
dialogando con quien sea
de justicia asalariada.
Pero quiero libertades
para el hombre que trabaja,
haya huelga o no haya huelga
porque es libre de negarla.
Sindicatos de utopía
con un fondo de nostalgia,
¿qué teméis con tanto celo
que os quema las entrañas?
Yo pregunto, y me pregunto,
si es posible tanta farsa,
y el mentir día tras día
al parado que va a casa.
Porque es tuya la respuesta
sindicato y te la callas,
en función de subvenciones
de prebendas y otras marzas.
Es bonito quemar ruedas
en accesos a las fábricas
impidiendo a compañeros
el derecho a su soldada.
Es bonito ver los rostros
de holgazanes, como ratas,
que se blindan en la fuerza
de patéticas nostalgias.
Porque saben una historia,
tan manida y falseada
que repiten como loros,
en las ferias y barracas.
Pobre obrero, ¿quién defiende
los derechos de tu espalda,
y el sudor de tantos años
de trabajo y de campaña?
Es por eso que yo acuso
al cobarde que te falta,
y al que impide tus derechos
al trabajo, y te amenaza.
"...Hay que ver a los cobardes
como lanzan sus proclamas,
mientras sufren los parados
y por ellos no hacen nada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/03/12
DAME UN MINUTO SOLO Y BREVEMENTE...
Dame un minuto solo y brevemente
para rozar tu cuerpo con mis manos,
quiero sentir tu cuerpo estremecerse
en medio del torrente y el remanso.
Quiero besar tus senos juveniles,
quiero saciar mi sed en tu costado,
quiero notar la brisa de tu cuerpo,
quiero beber el néctar de tus labios.
Más si es mucho el minuto que te pido,
concédeme un instante, que no tardo,
quiero mirar tus ojos tan hermosos
y el cuello tan sutil y delicado,
la curva cantarina de tu vientre,
que pide y que desea ser amado,
las ramas de ese bosque misterioso
que guardan la pasión con tanto encanto.
Ya sé y sé que el tiempo pasa y pasa,
que corren los segundos sin descanso,
que el tiempo no detiene su camino
y la pasión me sigue desbordando.
Más tengo que apurar la dulce copa,
y este licor yo quiero saborearlo,
quiero sentir mi cuerpo estremecido
junto a tu cuerpo lindo y desnudado.
Más antes de partir deja que llegue,
que cruce los dinteles de tu cuarto,
que busque tembloroso por tus muslos,
el fruto y el placer que tanto amo.
No quiero que me venza la derrota
para caer con ella ante tu tálamo,
yo quiero compartir amor, tu esencia,
la gloria de alcanzar en paz tu abrazo.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/12
VOLABAS GAVIOTA AMIGA...
Volabas gaviota amiga
sobre las olas del mar,
como jugando a la comba
en un contínuo zig-zag.
Volabas con el nordeste
en un vuelo singular,
a lo largo de la playa
y sin volver hacia atrás.
Ya de niño te veía
en tu vuelo angelical,
tan coqueta y sugerente
con tu traje peculiar.
Ese gris de tu plumaje,
y ese blanco angelical,
con el pico amarillento,
toda seria y singular.
Y en tus alas me subía
con mi buena voluntad,
para ver a las sirenas
en la playa despertar.
Y contigo paseaba
por un cielo de cristal,
entre nubes y entre sueños,
que brotaban sin cesar.
Volabas gaviota amiga
con tu vuelo original,
y a ese vuelo me invitaban
tus alitas sin chistar.
Volabas como una diosa
entre la brisa y la paz,
volabas con el cariño
de una gaviota de mar.
Rafael Sánchez Ortega ©
28/03/12
NO SÉ SI MIS BESOS RESPONDEN...
No sé si mis besos responden
al roce sutil de tus labios,
más sé que los mismos te llevan
pasión y deseo a tu lado.
Pasión que ha nacido en el cuerpo
en tardes de abrazos y encantos,
con besos del viento nordeste
vecino, celoso y cansado.
Quizás si miraras mis ojos,
si vieras el fondo del lago,
si acaso tus dedos buscaran
el dulce temblor de mi mano,
quizás se marcharan tus penas,
tus dudas y ceño tan largo,
y entonces quizás me contaras
el cuento del bosque encantado.
Aquel que anhelaba de niño,
mirando hacia el cielo tan alto,
buscando las letras arriba
mis ojos, en paz, embobados.
Más sólo encontré, que la lluvia,
dejaba en mi cara su llanto;
sus labios con besos sinceros
mis labios de niño besaron.
Los labios del niño travieso
que un día con prisa marcharon
corriendo, detrás de las olas,
en busca del beso salado.
Y sólo encontraron la arena,
el limo con cañas y barro,
la oscura corriente del río
con aguas de nieve y de marzo.
No sé si mis besos responden
al beso paciente y soñado,
más sé que contiene cariño
y el amor está ahí, en mis labios.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/12
LAGO TRANSPARENTE...
Lago transparente y cristalino,
escucho tu soledad en el silencio de la noche
y no veo las piedras anaranjadas de tu fondo
porque la oscuridad me envuelve.
Lago transparente que habitas en mi recuerdo
con los chopos y los pinos en tu orilla
y a tu lado aquella sombra deslizante
que bajaba a tu ribera a mirarse
en el espejo reluciente de tus aguas.
Lago transparente que dejabas en mi oído
el suave arrullo del violín y del piano
en una pieza incomparable,
cuyo nombre no recuerdo ni me importa,
ya que entrabas en mi alma como fuego
incandescente,
atrapando mis sentidos y pasiones.
Lago transparente de aguas mansas y calladas,
tan ajenas al bullicio de las gentes,
que con sólo recordarlas ya temblabas
dulcemente y sin quererlo.
...Hoy te pido que me busques
una playa en que dormirme,
una arena que me acoja y que me abrace,
unas olas que susurren en mi oído sus caricias
y tu nombre,
una luna solitaria que se acerque hasta mi lado
y me cante una nana,
una mano que acaricie mis cabellos
y unos labios con el beso
de esas aguas transparentes de tu lago.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/03/12
EN EL PRINCIPIO ERA LA OSCURIDAD...
En el principio era la oscuridad y llegó la luz
y la luz se hizo y dio paso a la vida,
y en la vida surgió la evolución natural
y en un momento dado nació el hombre en la tierra.
Pequeño ciclo en el tiempo
y salto enorme en la concepción del universo.
El reloj biológico de la creación
siguió su marcha imparable
y surgieron las noches y los días,
las luces y las sombras,
los cambios climáticos
y hasta el hombre empezó a balbucear
sus primeras palabras...
Así comenzó una nueva era en el proceso embrionario
mediante la gestación, por alteración natural,
de una semilla desconocida y portadora
de algo nuevo y novedoso
que iba a transformar todo lo conocido
hasta entonces.
En el principio era la oscuridad y yo no existía
ni tampoco mis antepasados,
pero llegó la luz y la luz hizo que la vida
cobrara un protagonismo que no había tenido
hasta entonces,
y con la vida florecieron y brotaron las semillas
de las cuales procedo.
Ignoro el tiempo que me queda
hasta que la luz se apague
y vuelva la oscuridad, otra vez,
a ser la dueña del universo,
la protectora con su manto negro de esa nada
indivisible del principio,
la guadaña que corte el fino hilo
que une la vida y el vacío.
Cuando esto ocurra mis ojos se cerrarán
y sellarán sus pupilas
y entrarán en un profundo sueño,
quizás sin tener tiempo a despedirme,
a decir un adiós y a dejar un beso
en esos labios ardientes de la tierra,
de la que procedo
y a donde volveré para siempre.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/06/12
ME GUSTARÍA...
Me gustaría escuchar de tus labios que me quieres,
que susurras mi nombre por las noches, mientras duermes,
que me busca tu mano en el lecho a pesar de la ausencia,
que palpita tu sangre en las venas cuando ves al cartero
acercarse a tu puerta,
que te quedas pensando y ausente buscando mi rostro y figura
en el fondo del alma.
Me gustaría romper las cadenas
que forman mi vida para ir a tu lado, para estar mucho tiempo mirando
las olas,
para ver al ocaso sin nombre, que llega y se marcha en la tarde de
invierno,
para luego, de noche, salir a mirar las estrellas
y observar ese diálogo sordo en que ellas se hablan,
se cuentan sus cosas y abajo, nosotros,
alzamos la mano intentando cogerlas,
rozar sus guirnaldas de luces variadas,
tocar sus cristales brillantes y hermosos.
Me gustaría que los niños y hombres también te miraran,
sintieran tus besos benditos y nuevos
llamando a la vida,
el grito de seda llegando a tus labios,
la eterna canción de las hadas y gnomos del bosque,
el dulce candor de tu tierna sonrisa.
Me gustaría sentir, y no en sueños, que existes
en mí y en mi vida,
y que abriendo los ojos la vida prosigue,
porque estás a mi lado,
porque vives conmigo y contigo reposo y habito
y hasta toco tu cara de veras,
sin verdades ocultas,
a la vez que pronuncio tu nombre y te amo llorando.
Rafael Sánchez Ortega ©
26/03/12
NACÍ A SU LADO...
Nací a su lado y vivo entre sus olas
en ese mar que llaman del cantábrico,
él me inspiró los versos más sublimes
y los sueños de amores tan tempranos.
Pero fue más que un mar irreverente,
en él bebí el salitre tan amargo,
y me bañé en sus aguas verde oscuras
y me sentí en las mismas muy cercano.
¡Había tanta gracia en esas olas,
tanta pasión oculta entre sus labios!...
que la emoción, apenas contenida,
llegó hasta mi en forma de un abrazo.
No sé porqué perdi su referencia
ni sé porqué razón nos distanciamos,
un día me encontré lejos, ¡muy lejos!
sin ese mar precioso y necesario.
Y entonces comprendí que me faltaba
la sal y el aire puro con su encanto,
del mar, mi mar tan fiel, con sus canciones,
y el roce del nordeste frío y bravo.
El roce de la brisa con sus dedos
un beso me prestó como regalo,
y yo le recogí junto a las olas
con el temblor del sol en el ocaso.
Los hombres que pasaban me miraban,
los niños mi locura rechazaron,
volaban las gaviotas a la costa
y allí quedaba yo, con mi regalo.
El mar de mis amores y mi vida,
el mar que me prestó sus ojos claros,
el mar que bautizó mis ilusiones
y ahora me reclama hasta su lado...
"...Nací a su lado y vivo entre sus olas,
mi mar azul y verde del cantábrico,
él me cedió la gracia y la ternura
que deja entre las almas, a su paso..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/03/12
COMO UNA BARCA ZARANDEADA POR LOS VIENTOS...
Como una barca zarandeada por los vientos
y abandonada en medio de los mares,
así recorro yo la vida y la distancia
en medio de ilusiones que despiertan
nuevamente de la infancia,
que reclaman ese rumbo más tranquilo,
esa estrella que ilumide desde el cielo mi derrota
y esa mano que se ofrezca en una playa
y que alumbre con su antorcha por las noches
mi camino.
Pero llegan los reflujos
y los flujos de la vida y las mareas
y con ellos las pasiones y la sangre tan ardiente
que caldea los sentidos
y es entonces cuando luchan nuestras almas,
cuando sufren y pelean por un poco de cordura
en el tiempo que se escapa,
que se marcha sin remedio y que no vuelve,
que se pasa con la nube de los cielos
y también con el tic-tac de los relojes.
Me detengo ante el abismo contemplando lo factible
de acabar esta pelea,
esta lucha ya perdida de antemano,
este cúmulo de opciones que me llevan a la nada,
esta muerte solitaria y en silencio
de los días y las noches que se olvidan
de que existo y de que lloro,
de que pido una limosna solamente,
un poquito de cariño como el niño de aquel cuento.
Más no importa cuanto grite.
El destino está fijado en la agenda de otras manos
que no alcanzo,
que no veo, que no siento
y es posible que esas manos
sólo existan en mis sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/12
EL AMOR...
El amor es un camino que empezamos,
y seguimos recorriendo, cada día,
Una meta que comienza con la vida,
un sendero tortuoso y escarpado
donde avanzan las personas y las almas.
Una huella que se pierde en la distancia,
y que sigue nuestros pasos ciegamente.
Un suspiro por el aire perseguido,
con el pecho conteniendo los latidos,
y un murmullo entre los labios con un nombre.
El amor es esa eterna paradoja de los sueños
que persiguen los poetas y los locos
en su eterno desvarío,
es el vaso donde beben y se mezclan,
en la dulce borrachera,
los amantes juveniles que no temen la censura,
es la dura travesía del desierto del sediento,
que a pesar de su agonía ve delirios, adelante,
en la forma de un oasis prometido.
El amor es la careta que se quitan los valientes
cuando avanzan hacia el lecho, desnudados,
sin más ropa que les cubra que sus manos,
es el filtro sugerente de unos labios
que precisan a otros labios con su beso,
de unos dedos impacientes que dibujan en los cielos
unas letras seductoras,
de unos cuerpos que se buscan y precisan,
en el flujo y el reflujo de ese ciclo combinado
de mareas y de sangre.
El amor, amigo mío, es todo esto y más si quieres
porque es algo inapreciable,
que se añora y que se ansía,
que se escribe y da lectura
desde tiempo inmemoriable.
Sin embargo nunca olvides una cosa:
El amor está en ti mismo desde el día en que naciste,
va en tu alma y en tu vida,
va en tus sueños e ilusiones
va también en ese canto que se escucha de los mares
y en la tierna sinfonía de la tierra,
desde el alba hasta el ocaso
El amor es un abstracto inexplicable con que sueñan
los poetas y los niños
y es también esa palabra adulterada que se usa
y que se dice, muchas veces,
sin saber por qué se ama.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/12
TENGO UN LIBRO ENTRE LAS MANOS...
Tengo un libro entre las manos
que un día tú me diste,
y le miro y busco entre sus páginas,
el recuerdo que aflore de tu cuerpo
y de tus labios.
Es un libro precioso de poemas
donde tú anostaste unas palabras
y decías en ellas que esos versos
me llevarían a ti, cuando los leyera.
Han pasado muchos años desde aquello
y al tomar hoy ese libro
nuevamente he visto la nota en su solapa
y he pensado en ese tiempo tan lejano,
en los ratos que pasamos,
en las cartas que cruzamos,
en paseos y paseos caminando sin destino
junto al mar, por la ribera.
Eran tiempos juveniles con el alma arrebolada
en la mezcla de pasión y de utopía juveniles
que conducen al amor,
era el tiempo del cariño y la aventura,
era el tiempo de esos pasos primerizos
en que íbamos cubriendo aquella etapa de la vida
y descubriendo nuestros cuerpos.
Aún recuerdo el primer beso que nos dimos
y recuerdo la capilla y el silencio,
en un rincón de aquella ermita.
Y recuerdo los suspiros que salieron de los pechos,
el latido de las almas
y hasta el brillo de los ojos susurrando amor eterno.
...Tengo un libro entre las manos
que me deja estos recuerdos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/12
DEJAREMOS QUE PASE UN ÁNGEL...
Dejaremos que pase un ángel
y toque nuestras almas
para sentir los dedos de los dioses,
entonces cerraremos nuestros ojos
al mundo tan hostil que nos rodea
y haremos de la noche ese refugio
que cuentan tantas plumas y poetas.
Dejaremos que lloren las estrellas
para sentir el beso de sus lágrimas
y otra vez la caricia de las hadas
nos transporte a ese mundo misterioso
de los bosques.
Dejaremos que canten las sirenas
y que vengan de nuevo hasta las playas,
para ver al muchacho vagabundo caminar
con su antorcha entre las manos
a buscar esa imagen deseada.
Dejaremos que hablen nuestros manos
y recorran caminos y senderos,
a través de los cuerpos virginales
que se ofrecen y tiemblan de deseo.
Dejaremos pintar a nuestros dedos
los dibujos y marcas en los cuerpos,
que perfilen los senos sinuosos,
las colinas, los valles y desiertos,
y que bajen sin prisa hasta la gruta
a saciar esa sed de los sedientos.
Dejaremos Sin más, como a los niños,
que se cumplan los sueños imperfectos
y que vengan también las mariposas
a cerrar a su ojos entreabiertos,
recogiendo las almas esa nota,
y su acorde de amor suba a los cielos.
Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/12
A VECES, CUANDO SOÑABA...
A veces, cuando soñaba,
era tal la fantasía,
que vagaba por los bosques,
por aldeas y campiñas.
Caminaba por senderos
en la eterna compañía,
de los ángeles custodios
con su ropa blanquecina.
Caminaba por los mares
y en sus olas se dormía,
acunado entre susurros
de sirenas muy bonitas.
Caminaba simplemente
con el alma muy tranquila,
paso a paso hacia adelante
por el mundo y por la vida.
Eran sueños, lo confieso,
de oropel y fantasía,
de ese tiempo de los niños
que no saben de las prisas.
Que no saben que ser hombre
es buscar una caricia,
una mano que te ayude
y te ofrezca una sonrisa.
Porque el niño, con sus juegos,
vive ajeno a la malicia,
vive y vive solamente
en un mundo de utopía.
Yo quisiera ser el niño
que refleja esta cuartilla,
y quisiera ser el hombre
inocente de aquel día.
Pero el hombre ya no es niño
ha perdido la cartilla,
los cuadernos de la escuela
y las velas encendidas.
Ya no espera cumpleaños
con un beso en la mejilla,
ni regalos que le vengan
con cariño y simpatía.
Ahora espera en ese parque
al gorrión y golondrina,
a que vayan a su lado
y entregarles sus miguitas.
Las miguitas con sus besos
y esa mezcla de ironía,
de ser hombre y de ser niño
en un mundo que dormita.
"...A veces, cuando soñaba,
yo no sé lo que sentía,
pues sacaba siempre el alma
con temblor, estremecida...!
Rafael Sánchez Ortega ©
23/03/12
COMO UN VELERO DESARMADO...
Como un velero desarmado y sin velamen
navego por los mares de la vida,
mi rumbo no lo alientan las personas
ni voy tras una estrella por la noche.
Navego sobre el mar de las pasiones y los llantos,
en medio de las sombras que me ahogan.
No hay nadie en esta ruta imaginaria.
No hay luces de otros barcos por la borda.
Tan sólo es el silencio de los mares
con su brisa y el nordeste,
los que animan esta marcha hacia la nada,
esta eterna singladura hacia el puerto de los sueños.
Tengo grietas en los labios y en el alma
por las olas y el salitre,
tengo el pecho dolorido de gritar a los remeros invisibles
que aceleren su remada;
porque el puerto que se añora está muy cerca de sus manos
si aprovechan el impulso de los vientos.
Pero miro hacia el velero y lo que veo no me gusta.
Hay silencio y soledad en esta nave,
hay soberbia y ambición en un piloto
que maneja su timón junto al cuaderno de poemas.
Y hasta escucho su plegaria a las gaviotas
que recogen una lágrima perdida de sus ojos
y la llevan a la costa.
Es un hombre enamorado
que ha salido a compartir sus ilusiones,
es un joven soñador, quizás imberbe,
el marino convertido en capitán por esta noche,
es el niño que jugaba hasta hace poco en el colegio
y leía la cartilla donde estaba aquel poema que decía:
"Vive por amor día tras día
y búscalo en el mar con alegría..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/12
HE VISTO COMO UN NIÑO...
He visto como un niño contenía los suspiros
que salían de su pecho al perder una caricia.
He sido espectador de aquella imagen
ocurrida en el pasado.
Era un día, como tantos, día hermoso del colegio,
en que los padre a sus hijos, de la mano,
acompañaban a las aulas.
Y aquel niño que yo digo no tenía acompañante,
ni una cara que bajara hasta su cara,
ni unos labios que besaran sus mejillas.
Y miraba sorprendido a sus amigos,
compañeros de la clase,
recibiendo esa caricia y una dulce despedida.
No entendía los motivos de la ausencia de sus padres,
ni tampoco la presencia de los otros, en su caso.
Sin embargo sí notaba ese vacío de la brisa,
ese abrazo que llegaba a los amigos,
ese beso y el cariño con sonrisas y alegrías.
Y también he visto al niño que señalo,
contener en sus pupilas unas lágrimas traidoras,
una muda sensación de desamparo,
una nube que pasaba por sus ojos tan nublados,
una mueca de dolor que le salía de su alma.
Y más tarde pude ver en su mirada la pregunta
sin respuesta a esa ausencia de cariño,
a esa falta de presencia,
a ese abrazo inexistente,
a ese beso, que los otros, sus amigos,
paladeaban en silencio mientras él, con cierta envidia,
no sabía de esos besos.
...He visto como un niño todo esto,
y he llorado en ese llanto.
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/12
¡ESPAÑA, POR DIOS, DESPIERTA...!
¡España, por Dios, despierta!
no te quedes embobada,
los caciques se reparten
los pedazos de tu tarta.
No permitas que esos hombres
hagan burla en las cloacas,
del pasado y de tu historia
por dinero y con falacias.
Lo que vemos es muy triste
en políticos sin cara
que debiendo dar ejemplo
van cubriendo sus espaldas.
Hoy se roba sin careta,
sin fusil y sin espada
y se miente con descaro
porque nunca nada pasa.
Siempre pagan "los de siempre"
los obreros que trabajan,
los que sudan y se apuran
aunque menguen sus ganancias.
Hay un grito por las calles
y mil gritos por las plazas,
animando a resistirse
y a luchar por nuestra patria.
Hoy se siente gran vergüenza
cuando dicen "viva España",
y no importa quien lo diga
porque siempre será un facha.
¡Ay España dónde han ido
tanta historia y tanta raza
de tus hombres y tus gentes
que lucharon por lograrla!
Eran hombres como tantos,
que creyeron en la estampa
de una tierra y una vida
con promesas y esperanzas.
Pero entonces, como ahora,
la avaricia fue la causa,
y otros hombres impidieron
esa paz tan justa y clara.
Si uno saca una bandera
con su raya rojigualda,
a la hoguera le conducen
estas hordas tan satánicas.
¡Ay España no nos llores
precisamos de tu garra,
de tu fuerza y valentía
por vencer esta batalla!
Rafael Sánchez Ortega ©
22/03/12
YA ES CASI MEDIANOCHE...
Ya es casi media noche
y no recuerdo dónde dejé el muñeco de trapo,
ni donde puse los juguetes rotos de la infancia.
No recuerdo dónde están las mariposas de colores
que un día revolotearon a mi lado por el campo,
ni tampoco los cometas, con sus hilos,
que elevaba por la playa.
Ya es casi media noche
y busco sin cesar la alegre golondrina
que escribía tu nombre en los cristales,
y busco el salón con el ángulo oscuro
y el arpa olvidada del poeta,
y la mano de nieve que buscaba las notas
para arrancarles su gemido.
Ya es casi media noche
y no recuerdo dónde fueron los sueños y mi infancia,
dónde quedaron aquellos momentos inolvidables
en que pronuncié tu nombre
y tú acudiste a mis labios y a mi pecho,
con un suspiro imperceptible.
Ya es casi media noche
y he perdido la sonrisa de tus labios
y no sé donde encontrarla,
porque la amnesia me supera
y el vacío me rodea y aunque busco el amor
y le veo en la distancia,
no soy capaz de acercarme para tocarle con mi mano,
para saciarme de su risa y alegría,
para vivir intensamente los momentos
de pasión y del deseo.
Ya es casi medianoche
y aún sigo soñando.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/12
ALGUIEN...
Alguien escribe sobre el mar interior de su alma
y remueve la línea de olas que llegan a la playa
en cada instante,
como letras de un cuaderno de poemas.
Alguien hace bailar a la luna en el mar,
en un vals sin orquesta,
acompañada solamente del embrujo
que dejan las estrellas y su propio reflejo.
Alguien hace que el viento suspire
y se pare la brisa y los hombres sonrían,
y se duerman los campos bajo un manto de sombras.
Alguien hace que tome la pluma esta noche,
que escriba una letra tras otra,
que forme palabras seguidas,
que piense en su nombre,
que trate de ver en sus ojos
el bello mensaje de fe y esperanza
que buscan los míos.
Alguien hace y deshace los sueños más bellos,
los días y noches que uno tras otro
transcurren y pasan.
Alguien escribe de esto y no piensa ni siente,
porque siente sus dedos buscar a las teclas
que pulsan y marcan,
que arrancan gemidos al dulce teclado.
Alguien intenta en la noche buscar
su pasado y su origen,
trazar su destino,
romper las tinieblas
y hacer que su vida no sea un suspiro.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/12
NO DEJARÉ QUE MUERA ESE RECUERDO...
No dejaré que muera ese recuerdo
y la gracia sutil de tu mirada,
¡tenías una cara tan preciosa
mojada por el llanto y por tu lágrima!
Tenías el cabello alborotado
por causa de una brisa enamorada,
robando con sus besos a tu pelo
la gracia y el encanto que llevaban.
Tu cuerpo me esperaba tembloroso,
sufriendo y esperando mi tardanza,
querías refugiarte entre mis brazos
y en ellos encontrar lo que buscabas.
Un poco de cariño solamente,
el roce de mis dedos en tu cara,
la curva sinuosa de tus senos
pidiendo que su sed apaciguara.
Por eso aquel momento fue distinto,
sonaron en la noche las campanas,
durmieron las estrellas en el cielo
ajenas al amor entre dos almas.
Vivimos con fervor aquel instante,
saciamos los deseos y añoranzas,
latieron sin cesar los corazones
y luego nos dormimos hasta el alba.
Al despertar sentí que se encogía
el corazón, al verte allí, acostada,
tu cara reflejaba la pureza
en medio de la luz que te llegaba.
Así que acariciando tu cabello,
tus labios la sonrisa dibujaran,
la noche se perdía entre las sombras
y ahora un nuevo día comenzaba.
Un día de emoción y de sorpresas,
producto del regreso y la distancia,
tenías que partir a tu destino
igual que yo hacia el mío y a mi casa.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/03/12
HOY HE VUELTO A CERRAR LOS OJOS...
Hoy he vuelto a cerrar los ojos
y me he sentido como un muñeco de cristal,
pero un muñeco al que golpeaban
como si fuera un muñeco de trapo
mientras escuchaba el sonido de los cristales rotos
de una figura que ya ni recordaba.
Me pesaban los ojos y me pesaba el alma,
me dolía el pecho como si tuviera en él
clavado un puñal en medio del corazón.
Lloraba de rabia entre gemidos de impotencia.
Quería que no siguieran golpeando al muñeco,
quería dejar de escuchar a los cristales,
que de forma astillada,
crujían en un confuso desorden en mi mente,
quería fundirme, con la noche, en ese sueño
del que mis ojos no querían regresar.
Pero aunque los golpes se sucedían,
ya apenas se escuchaba al cristal fragmentándose,
gritar con ese grito arenisco y rebelde,
pedir ayuda en su lenguaje incomprensible,
rezar porque parase aquel castigo.
Y de pronto me envolvió el silencio
y dejé de sentir el dolor agudo en el pecho.
Llevé mis manos a él y no sentí el puñal
que atravesaba mi corazón,
ni pude tocar la sangre de la herida,
ni palpé cristales rotos a mi alrededor,
ni había un muñeco de trapo tendido
y con los ojos cerrados.
Entonces abrí los ojos y me vi.
Vi el reflejo de lo que pude haber sido
y de lo que era.
Vi al amor que se escapaba en el ocaso
para engullirse con la noche de mi alma.
Y aquí quedé, entre los hombres. Gimiendo
y escribiendo unos versos
con mis renglones torcidos,
sintiendo la carencia del amor en mi pecho
y pronunciando tu nombre Amor,
¡sólo tu nombre!
Rafael Sánchez Ortega ©
20/03/12
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