UNA VEZ YO TUVE UN SUEÑO...
I
Una vez yo tuve un sueño,
fue una noche muy lejana,
una noche donde alguien
se asomó por mi ventana.
Yo era entonces muy pequeño
y temblaba como un niño,
al pensar que aquella sombra
me alejara del cariño.
Me alejara de mi casa
impidiéndome ser hombre,
o un muchacho simplemente
del montón y sin renombre.
Una estrella de los cielos
me miró muy conmovida
y me dijo en un susurro
que luchara por mi vida.
Y con paso decidido
trabajé duro la tierra,
entregando lo que tengo
y hasta el alma en esta guerra.
II
Sobre el pecho yo mantengo
una herida muy certera,
la del arco de Cupido
con su flecha traicionera.
Por el campo se estiraban
las espigas de amarillo,
ese trigo y la cebada
que nos ciegan con su brillo.
Es entonces el momento
de anunciar nuestra partida,
de arrastrarse por el barro
suplicando por la vida.
Sólo Dios puede salvarme
si en él creo firmemente,
más sino, no queda otra
que aguantar como un valiente.
Porque sólo los cobardes
hacen mofa del destino,
y se niegan que se mueren
y hasta olvidan su latido.
III
Ya se apagan los tambores
y la noche está acabada,
llega el alba y no me avisa
ni tampoco al alma amada.
Es de día y no lo siento,
pues se acaba nuestra historia,
caballero sin caballo
malherido y sin su gloria.
Si resuenan las campanas
a través de los maizales,
no te apures ni preocupes
y no pises los cristales.
Hay cuchillos por el suelo
y hasta sangre por los valles,
hoy la niebla se despierta
desnudita por las calles.
Una linda mariposa
vuela y sube por la parra,
mientras suenan unas cuerdas
primorosas de guitarra.
IV
"...Una vez yo tuve un sueño
y soñé una cosa rara,
¡que viviera simplemente,
para amar a quien me amara!..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/03/12
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