COMO UNA BARCA ZARANDEADA POR LOS VIENTOS...
Como una barca zarandeada por los vientos
y abandonada en medio de los mares,
así recorro yo la vida y la distancia
en medio de ilusiones que despiertan
nuevamente de la infancia,
que reclaman ese rumbo más tranquilo,
esa estrella que ilumide desde el cielo mi derrota
y esa mano que se ofrezca en una playa
y que alumbre con su antorcha por las noches
mi camino.
Pero llegan los reflujos
y los flujos de la vida y las mareas
y con ellos las pasiones y la sangre tan ardiente
que caldea los sentidos
y es entonces cuando luchan nuestras almas,
cuando sufren y pelean por un poco de cordura
en el tiempo que se escapa,
que se marcha sin remedio y que no vuelve,
que se pasa con la nube de los cielos
y también con el tic-tac de los relojes.
Me detengo ante el abismo contemplando lo factible
de acabar esta pelea,
esta lucha ya perdida de antemano,
este cúmulo de opciones que me llevan a la nada,
esta muerte solitaria y en silencio
de los días y las noches que se olvidan
de que existo y de que lloro,
de que pido una limosna solamente,
un poquito de cariño como el niño de aquel cuento.
Más no importa cuanto grite.
El destino está fijado en la agenda de otras manos
que no alcanzo,
que no veo, que no siento
y es posible que esas manos
sólo existan en mis sueños.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/03/12
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