ME PREGUNTAS ¿QUÉ ES AMAR...?
Me preguntas ¿qué es amar?
y carezco de respuestas coherentes
para darte.
Sin embargo voy a ver si yo consigo
transmitirte lo que siento,
lo que pienso, lo que hace esa sublime
sensación en mis sentidos
cuando noto tu presencia,
cuando busco tu recuerdo,
cuando ansío tu figura,
cuando vuelvo a las caricias
y los besos que nos dimos
y en los muchos, que nos quedan de entregar
y recibir, si Dios lo quiere.
No es pasión lo que me embarga,
ni es deseo contenido de unos años juveniles.
Es el hoy, y es el presente,
cuando miro a los rincones
tan cercanos de mi vida,
cuando veo a las palomas en el parque,
a los niños que ahora juegan al balón
que se les marcha y la tierna pelotita
que rebota hasta las aguas de aquel río,
y nosotros, sin saberlo,
compartimos ese instante,
y lo hicimos sin presión y sin cadenas,
sin que nadie nos dijera ni obligara
a que lo hiciéramos,
ya que fueron nuestros pasos los que hicieron
esa imagen en un acto irreflexivo de dos almas.
Y también son los recuerdos,
que hoy rescato de esa tarde
y aquel banco donde juntos nos sentamos,
y me hablaste de tus cosas mientras yo te sonreía
y te miraba con mis dedos que rozaban en tu pelo.
¿Qué es amar?...
Ya te digo que el amor no son recuerdos
solamente,
porque amar es mucho más y está presente.
Es el hoy, es este instante en que te escribo,
mientras duermes.
Son los dedos que nerviosos van pulsando
tecla a tecla estas palabras
y siguiendo los dictados de mi alma;
y aunque sé que estás muy lejos,
yo te amo con la fuerza irresistible
que me llega por las venas
y no sé cómo explicarlo.
Y te siento tan cercana
que con solo doblegar a mis pupilas,
y cerrarlas sin esfuerzo,
ya estarías a mi lado y en mis brazos.
Y también sé que amar es el sufrir,
como ayer yo lo he pasado y he sufrido
en un lunes tan horrendo e interminable
donde todo me faltaba
y una eterna sensación de malestar
y de agonía se aplastaba en mis sentidos,
porque sé que yo te amaba
y que estabas en mi alma y en mi pecho,
porque sé cuánto te quiero
y no supe así decirlo ni tampoco
demostrarlo
y a la vez, quiero lograr el equilibrio
tan perfecto de tu alma y de tu cuerpo,
para hacer que nada altere tus sentidos,
con mis actos y también con mis propuestas.
Es por eso que yo siento lo que sientes
y hasta veo y me estremezco
con el lazo con que atas en tu pecho
el tesoro incalculable que allí guardas
en tu caja de cristal
y no quiero que se rompa ni evapore
el sentimiento que te embarga.
Porque quiero que tú logres la sonrisa
en las pupilas
y que en ella continúe y se prolongue
mucho tiempo y se extienda por tu alma.
Y si tengo que perder en esta lucha,
no me importa vida mía,
porque quiero lo mejor para tu vida,
el suspiro inmaculado con la paz de la campiña,
el susurro sugerente de las flores
que te anime a continuarla
y a seguirla con tus sonrisas,
la perfecta sintonía en el trabajo
y la familia.
¿Qué es amar?...
Amar es Dar, yo te decía,
y compartir, y hasta dejar las preferencias
y el orgullo en un rincón
por la persona a quien tú amas,
con el fin de ver en ella las estrellas
que iluminan sus pupilas,
el temblor irreverente de sus labios
cuando sientan a tus besos,
y es también esa locura que nos hace murmurar
en el silencio de la noche
ese nombre tan amado
y abrazarnos una vez y dos y tres,
a la almohada, esperando
que la misma nos devuelva los latidos
tan ansiados.
¿Qué es amar?...
Yo no lo sé, cosita linda,
aunque siga los dictados de mi pecho
y de mi alma,
como tú haces conmigo,
y si quieres y deseas,
buscaremos una estrella, cualquier día,
que nos diga lo que entraña esta pregunta,
lo que esconde entre sus letras,
para ir hasta su lado y saciarnos del amor
eternamente.
Te amo mi vida, te amo...
Rafael Sánchez Ortega ©
20/05/14
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