LA VERDAD ES QUE SÍ...
LA VERDAD ES QUE SÍ...
...que a pesar de este estado,
tan cansado y maltrecho
hoy te buscan mis ojos,
y te sigue mi aliento,
te rodean mis brazos
y no sé lo que siento.
Y es así vida mía
con caricias y besos,
ya que nacen del alma
para ir a tu encuentro.
Es preciosa la vida
y vivirla sin freno,
con pasión desbocada
que estremezca los cuerpos.
A pesar del cansancio
y el dolor que ahora tengo,
en los ojos miopes
y también en mis dedos.
Ellos buscan tus ojos
de ese azul tan intenso
y también a tus manos
con sus dedos inquietos.
Hoy no sé lo que digo,
embriagado me encuentro,
de febril calentura
y también de Ibuprofeno.
Pero así son las cosas
de este otoño y mis miedos,
en que busco la brisa
y me abrazan los vientos.
Hay nordestes febriles
y calores inmensos,
que ya secan mi lengua
mientras busca tus besos.
Van pasando las horas
de este día incruento,
pero sigo pensando
que tu amor es eterno.
Y que sigues conmigo
y que voy a tu encuentro,
nos tomamos la mano
para irnos muy lejos,
a ese reino sin nombre,
de ilusión y silencio.
Y seremos felices,
bailaremos sin freno,
en las aguas tranquilas
de ese lago que pienso.
Y tal vez, en la noche,
leeremos un cuento,
que nos dicte la luna
con su abrazo indiscreto.
Más ya ves niña mía
que te adoro y te quiero
y no tengo palabras
de expresar todo esto.
Se me espesa la frente,
las meninges y el velo,
y no sé lo que escribo
porque casi me duermo.
Pero quiero tu abrazo,
tu cariño y tus besos
y la inmensa ternura
que destilan tus dedos.
Es Amor, vida mía
lo que grita mi pecho
y tu nombre pronuncian
estos labios sedientos.
Y repiten tu nombre
Amor mío y te quiero,
y me duermo a tu lado
y te abrazo y te siento.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/14
...que a pesar de este estado,
tan cansado y maltrecho
hoy te buscan mis ojos,
y te sigue mi aliento,
te rodean mis brazos
y no sé lo que siento.
Y es así vida mía
con caricias y besos,
ya que nacen del alma
para ir a tu encuentro.
Es preciosa la vida
y vivirla sin freno,
con pasión desbocada
que estremezca los cuerpos.
A pesar del cansancio
y el dolor que ahora tengo,
en los ojos miopes
y también en mis dedos.
Ellos buscan tus ojos
de ese azul tan intenso
y también a tus manos
con sus dedos inquietos.
Hoy no sé lo que digo,
embriagado me encuentro,
de febril calentura
y también de Ibuprofeno.
Pero así son las cosas
de este otoño y mis miedos,
en que busco la brisa
y me abrazan los vientos.
Hay nordestes febriles
y calores inmensos,
que ya secan mi lengua
mientras busca tus besos.
Van pasando las horas
de este día incruento,
pero sigo pensando
que tu amor es eterno.
Y que sigues conmigo
y que voy a tu encuentro,
nos tomamos la mano
para irnos muy lejos,
a ese reino sin nombre,
de ilusión y silencio.
Y seremos felices,
bailaremos sin freno,
en las aguas tranquilas
de ese lago que pienso.
Y tal vez, en la noche,
leeremos un cuento,
que nos dicte la luna
con su abrazo indiscreto.
Más ya ves niña mía
que te adoro y te quiero
y no tengo palabras
de expresar todo esto.
Se me espesa la frente,
las meninges y el velo,
y no sé lo que escribo
porque casi me duermo.
Pero quiero tu abrazo,
tu cariño y tus besos
y la inmensa ternura
que destilan tus dedos.
Es Amor, vida mía
lo que grita mi pecho
y tu nombre pronuncian
estos labios sedientos.
Y repiten tu nombre
Amor mío y te quiero,
y me duermo a tu lado
y te abrazo y te siento.
Rafael Sánchez Ortega ©
06/10/14
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