CIERRA LOS OJOS SIN MIEDO...
Cierra los ojos sin miedo
y no temas. Porque así volverás
sin querer a la vida...
...Sentirás la febril impaciencia
de escuchar sus latidos.
Notarás el oscuro silencio
que precede a las sombras.
Una llama de ardiente pasión
correrá por tus labios.
Y una eterna lujuria brotará
en tus entrañas...
...Y sin prisas ni pausas cerrarás los ojitos
y vendrás a mi lado,
a sentir el latido que nace en mi pecho,
a escuchar el arpegio que grita tu nombre,
a mecer en la cuna dorada tus sueños
y a mirar como llega la luna de otoño
y se pierde en los cielos.
Serás tú la que rompa las sombras,
la que rasgue la oscura cortina
que oculta el silencio,
la que llene de música alegre la casa,
la que traiga la dulce sonrisa de plata
que tanto enamora
y esa luz deseada, que buscan los ciegos,
los hombres que quieren ser niños de nuevo,
los niños que hablando se aman.
Tú serás esa llama que brota del fuego,
la pasión que enamora,
el suspiro que brota despacio,
el susurro que lleva mi nombre,
el temblor de la piel en la noche,
la locura que mueve mis dedos
y el reloj que detiene las horas
y el tiempo.
Y al final estaremos unidos
por lazos de seda,
con miradas y frases que junten
sus hilos,
con caricias y roces que suban de tono,
con resacas profundas y a veces ligeras,
con aromas que dejen salitres y rosas,
y con fuego que agote a las almas y cuerpos
y les haga sentir ese amor que desean,
la pasión que precisan los pechos ardientes,
y la tierna emoción de sentir a la mano querida
rozar a tu pelo
y extenderse a tu espalda...
Rafael Sánchez Ortega ©
08/10/14
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