A PESAR DE LA HERIDA...
A pesar de la herida
continuó caminando,
con la vista nublada
y sin norte sus pasos.
Una marcha sin rumbo
con mil vientos cruzados,
los cabellos, la brisa,
con candor se estiraron.
Y allí estaba el guerrero,
el valiente soldado,
con la eterna sonrisa
de un imberbe muchacho.
Caminaba sin norte,
con la sangre manando,
de una herida incruenta
por ardiente flechazo.
A pesar de la herida,
prosiguió aquel borracho,
con su copa sin vino
y cubierto de barro.
Caminaba en la vida,
vacilantes sus pasos,
a buscar a la estrella
que brillaba temblando.
Una estrella florida,
como luz de algún barco,
prometida y ansiosa
en el mar tan lejano.
Así son los cuarteles
y presidios de mármol,
con garitas altivas,
vigilantes amargos.
"...A pesar de la herida
continuaba soñando,
deliraba aquel hombre
y temblaban sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/14
continuó caminando,
con la vista nublada
y sin norte sus pasos.
Una marcha sin rumbo
con mil vientos cruzados,
los cabellos, la brisa,
con candor se estiraron.
Y allí estaba el guerrero,
el valiente soldado,
con la eterna sonrisa
de un imberbe muchacho.
Caminaba sin norte,
con la sangre manando,
de una herida incruenta
por ardiente flechazo.
A pesar de la herida,
prosiguió aquel borracho,
con su copa sin vino
y cubierto de barro.
Caminaba en la vida,
vacilantes sus pasos,
a buscar a la estrella
que brillaba temblando.
Una estrella florida,
como luz de algún barco,
prometida y ansiosa
en el mar tan lejano.
Así son los cuarteles
y presidios de mármol,
con garitas altivas,
vigilantes amargos.
"...A pesar de la herida
continuaba soñando,
deliraba aquel hombre
y temblaban sus labios..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/12/14
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario