HOY HE VISTO VIBRAR A LAS MAREAS...
Hoy he visto vibrar a las mareas
llegando muy furiosas a la playa,
dejando los suspiros contenidos
en forma de escuadrones y resacas.
Tenían ese tono, tan amargo,
por culpa del oeste que soplaba,
colores llamativos y plomizos,
mezclados con la espuma de las aguas.
Subía la marea, sin descanso,
el viento con la arena se mostraba,
chocaban en mis piernas sus granitos
y luego se perdían en la nada.
Las conchas se asomaban por el suelo,
en forma de tesoros y de alhajas,
mi mano se extendía hacia las mismas
notando la caricia de su nácar.
Un paso y otro paso en mi camino,
"avante corazón, ten confianza",
así yo me animaba, sin saberlo,
haciendo más amena la distancia.
El viento continuaba impetuoso,
las olas blanquecinas no paraban,
y yo me encaminaba a mi destino
buscando caracolas en el alma.
Las tiernas carantoñas de los niños,
los sueños y palabras de la infancia,
un mundo de utopías y claveles,
vivido, anteriormente, con su magia.
Quisiera revivir esos momentos,
trazando estos instantes sin nostalgia,
el tiempo que pasó ya está pasado.
y un viento diferente nos alcanza.
"...Hoy he visto vibrar a las mareas
y sentí, corazón a tu campana,
venías con las olas y los vientos
y luego, con tus besos, me abrazabas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/16
llegando muy furiosas a la playa,
dejando los suspiros contenidos
en forma de escuadrones y resacas.
Tenían ese tono, tan amargo,
por culpa del oeste que soplaba,
colores llamativos y plomizos,
mezclados con la espuma de las aguas.
Subía la marea, sin descanso,
el viento con la arena se mostraba,
chocaban en mis piernas sus granitos
y luego se perdían en la nada.
Las conchas se asomaban por el suelo,
en forma de tesoros y de alhajas,
mi mano se extendía hacia las mismas
notando la caricia de su nácar.
Un paso y otro paso en mi camino,
"avante corazón, ten confianza",
así yo me animaba, sin saberlo,
haciendo más amena la distancia.
El viento continuaba impetuoso,
las olas blanquecinas no paraban,
y yo me encaminaba a mi destino
buscando caracolas en el alma.
Las tiernas carantoñas de los niños,
los sueños y palabras de la infancia,
un mundo de utopías y claveles,
vivido, anteriormente, con su magia.
Quisiera revivir esos momentos,
trazando estos instantes sin nostalgia,
el tiempo que pasó ya está pasado.
y un viento diferente nos alcanza.
"...Hoy he visto vibrar a las mareas
y sentí, corazón a tu campana,
venías con las olas y los vientos
y luego, con tus besos, me abrazabas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/16
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