CUANDO VEO Y CUANDO LEO...
Cuando veo y cuando leo ciertas cosas
me pregunto si es verdad que estoy despierto,
si no son las campanillas celestiales
las que suenan y desgranan cual borregos.
Pero tengo que decir, en desagravio,
que el borrego que he citado no está ciego,
y que pasta mansamente en las praderas
mientras mueve su cabeza bajo el cielo.
Son los hombres, los borregos que ahora cito,
los voceras y llamados plañideros,
los que saben desde el alfa hasta el omega
y predican los más crudos sentimientos.
Son profetas de boquilla, solamente,
que transmiten la locura de los necios,
el perfecto pentagrama de la vida
en un cuadro de ajedrez que está desierto.
Cuando veo y cuando escucho a tanto listo
me pregunto dónde está lo verdadero,
la palabra que, sincera, nos permita,
distinguir la realidad, de tanto cieno.
Yo no quiero las mentiras de los hombres,
ni esos labios que resultan traicioneros,
aunque digan las verdades con sonrisas
y confundan sus envases con mil sueños.
Yo no quiero a las personas que me engañan,
y que mienten sin ambages ni recelos,
porque aspiran a trepar, en esa hilera,
de parásitos, ladrones y usureros.
Es muy triste confirmar que te han mentido
muchas gentes y personas con sus versos,
y lo hacen con sentencias venenosas
que pasean por un mundo que está muerto.
"...Cuando veo y cuando siento a tanta gente
anunciar la solución del universo,
hay un algo que me deja sin palabras
y yo mismo me estremezco, y no de miedo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/16
me pregunto si es verdad que estoy despierto,
si no son las campanillas celestiales
las que suenan y desgranan cual borregos.
Pero tengo que decir, en desagravio,
que el borrego que he citado no está ciego,
y que pasta mansamente en las praderas
mientras mueve su cabeza bajo el cielo.
Son los hombres, los borregos que ahora cito,
los voceras y llamados plañideros,
los que saben desde el alfa hasta el omega
y predican los más crudos sentimientos.
Son profetas de boquilla, solamente,
que transmiten la locura de los necios,
el perfecto pentagrama de la vida
en un cuadro de ajedrez que está desierto.
Cuando veo y cuando escucho a tanto listo
me pregunto dónde está lo verdadero,
la palabra que, sincera, nos permita,
distinguir la realidad, de tanto cieno.
Yo no quiero las mentiras de los hombres,
ni esos labios que resultan traicioneros,
aunque digan las verdades con sonrisas
y confundan sus envases con mil sueños.
Yo no quiero a las personas que me engañan,
y que mienten sin ambages ni recelos,
porque aspiran a trepar, en esa hilera,
de parásitos, ladrones y usureros.
Es muy triste confirmar que te han mentido
muchas gentes y personas con sus versos,
y lo hacen con sentencias venenosas
que pasean por un mundo que está muerto.
"...Cuando veo y cuando siento a tanta gente
anunciar la solución del universo,
hay un algo que me deja sin palabras
y yo mismo me estremezco, y no de miedo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/03/16
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