PARECE QUE SE DUERMEN...
Parece que se duermen las estrellas
y son acurrucadas por la luna,
sus ojos parpadean levemente
y rompen la quietud de la negrura.
Hay una soledad en esta noche
que llega hasta nosotros, con la bruma,
nos habla y nos susurra, sin palabras,
y aumenta las tensiones y las dudas.
Yo quiero que se rompa este silencio,
que griten las deidades lo que ocultan,
que surjan las pasiones y, las almas,
soporten las galernas más impuras.
Ya sé que es imposible todo esto
que surge de mi mano y de mi pluma,
y puede que me tachen de cobarde,
incluso de habitar en la locura.
A veces se construyen los castillos
encima de verdades diminutas,
se olvidan los cimientos y los cuerpos
que yacen en las fosas y en las tumbas.
Se olvidan las miradas ruborosas,
cual humo de un tabaco como excusa,
los cuerpos sudorosos y cansados
que buscan en la noche su permuta.
No sé si estremecerme porque veo
a un mundo que agoniza, por mi culpa,
atado a mil prejuicios, inherentes,
a un tiempo juvenil y sin preguntas.
Despierta corazón, si estás dormido,
y rompe, en esta noche, la penumbra,
no dejes que se pudra en tus entrañas
la rosa del Amor, que hiciste tuya.
"...Parece que se duermen las estrellas
y acudo, en mi candor, hasta su cuna,
no quiero que se queden sin palabras
los versos que en silencio me torturan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/16
y son acurrucadas por la luna,
sus ojos parpadean levemente
y rompen la quietud de la negrura.
Hay una soledad en esta noche
que llega hasta nosotros, con la bruma,
nos habla y nos susurra, sin palabras,
y aumenta las tensiones y las dudas.
Yo quiero que se rompa este silencio,
que griten las deidades lo que ocultan,
que surjan las pasiones y, las almas,
soporten las galernas más impuras.
Ya sé que es imposible todo esto
que surge de mi mano y de mi pluma,
y puede que me tachen de cobarde,
incluso de habitar en la locura.
A veces se construyen los castillos
encima de verdades diminutas,
se olvidan los cimientos y los cuerpos
que yacen en las fosas y en las tumbas.
Se olvidan las miradas ruborosas,
cual humo de un tabaco como excusa,
los cuerpos sudorosos y cansados
que buscan en la noche su permuta.
No sé si estremecerme porque veo
a un mundo que agoniza, por mi culpa,
atado a mil prejuicios, inherentes,
a un tiempo juvenil y sin preguntas.
Despierta corazón, si estás dormido,
y rompe, en esta noche, la penumbra,
no dejes que se pudra en tus entrañas
la rosa del Amor, que hiciste tuya.
"...Parece que se duermen las estrellas
y acudo, en mi candor, hasta su cuna,
no quiero que se queden sin palabras
los versos que en silencio me torturan..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/03/16
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