ESTARÉ CONTIGO...
Estaré contigo
mi paloma blanca,
aunque tú no quieras
despertarte al alba.
Tomaré la rosa
del jardín, sin falta,
y una vez con ella
volveré a la casa.
A beber caliente
el café en la taza,
y ese cigarrillo
que ya sé me mata.
Porque quiero verte
y saber que marchas,
a vivir tu día
y estirar las alas.
Estaré contigo
mi gentil cigarra,
para oír tus cantos
con sabor a nata.
Bellos torbellinos
de blancura y nácar,
dulces caracolas
de una extensa playa.
Margaritas tiernas
bailarán con ganas,
mientras tú las silbas
y ante ti se callan.
Porque son zafiros
de estrellas lejanas,
quizás amapolas
en olas muy bravas.
Estaré contigo
mariposa extraña
que con tus colores
mis pupilas alzas.
Eres diminuta
pero traes la salsa,
el placer inmenso
y la eterna calma.
Eres impaciente
y mi mano alcanzas,
me trasladas lejos
a estirar tu capa.
Tierna poesía
que hasta ti me llama,
y me lleva, afuera,
al jardín de infancia.
Estaré contigo
mi princesa y hada,
corazón hermoso
que alimenta el alma.
Y en la nueva tarde
volveré a tu casa,
tomaré tu mano
tan sincera y clara.
Porque estoy contento
y tu voz me alcanza,
me anima los labios,
te beso sin pausa.
Dormiremos juntos
una siesta larga
tras rezar al cielo
y escuchar su nana.
"...Estaré contigo
junto al bosque de hayas,
corazón hermoso,
que me das tu magia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/16
mi paloma blanca,
aunque tú no quieras
despertarte al alba.
Tomaré la rosa
del jardín, sin falta,
y una vez con ella
volveré a la casa.
A beber caliente
el café en la taza,
y ese cigarrillo
que ya sé me mata.
Porque quiero verte
y saber que marchas,
a vivir tu día
y estirar las alas.
Estaré contigo
mi gentil cigarra,
para oír tus cantos
con sabor a nata.
Bellos torbellinos
de blancura y nácar,
dulces caracolas
de una extensa playa.
Margaritas tiernas
bailarán con ganas,
mientras tú las silbas
y ante ti se callan.
Porque son zafiros
de estrellas lejanas,
quizás amapolas
en olas muy bravas.
Estaré contigo
mariposa extraña
que con tus colores
mis pupilas alzas.
Eres diminuta
pero traes la salsa,
el placer inmenso
y la eterna calma.
Eres impaciente
y mi mano alcanzas,
me trasladas lejos
a estirar tu capa.
Tierna poesía
que hasta ti me llama,
y me lleva, afuera,
al jardín de infancia.
Estaré contigo
mi princesa y hada,
corazón hermoso
que alimenta el alma.
Y en la nueva tarde
volveré a tu casa,
tomaré tu mano
tan sincera y clara.
Porque estoy contento
y tu voz me alcanza,
me anima los labios,
te beso sin pausa.
Dormiremos juntos
una siesta larga
tras rezar al cielo
y escuchar su nana.
"...Estaré contigo
junto al bosque de hayas,
corazón hermoso,
que me das tu magia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/03/16
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