EN MEDIO DE LA VIDA Y DE LOS SUEÑOS...
En medio de la vida y de los sueños
mostraba una sonrisa encantadora,
un trozo de canción, en la mañana,
brotaba sutilmente por su boca.
Los ojos se cerraban con su canto,
vagaban por regiones muy remotas,
subían por montañas a sus cumbres,
bajaban por cañadas peligrosas.
El pájaro cantor, que se escuchaba,
rompía los silencios con sus notas,
hacía con las nubes maravillas,
secando la humedad de tantas cosas.
Algunos corazones muy sensibles
también se desgranaban gota a gota,
sacando sus neblinas de las almas
de modo que pudieran ser preciosas.
En medio de la vida y de los sueños,
mi mano se encontró que estaba sola,
y entonces, por virtud de un bello canto,
sintió la cercanía de tu boca.
Tu mano apareció de la penumbra,
tus dedos se acercaron a mi ropa,
tus ojos me miraron fijamente
y entonces te sentí, junto a las olas.
Estabas corazón tan concentrado,
altivo en tu quehacer, sobre la roca,
ajeno a los vaivenes de la sangre
buscando el norte fiel, de tu derrota.
Tenías el latido acelerado,
marcando ese tic-tac que dan las horas,
segundos que se pasan lentamente
y son, cual florecillas, tan hermosas...
"...En medio de la vida y de los sueños
mi mente y la razón se volvió loca,
tenía que entregarte mil caricias
y en ellas este beso con mi rosa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/16
mostraba una sonrisa encantadora,
un trozo de canción, en la mañana,
brotaba sutilmente por su boca.
Los ojos se cerraban con su canto,
vagaban por regiones muy remotas,
subían por montañas a sus cumbres,
bajaban por cañadas peligrosas.
El pájaro cantor, que se escuchaba,
rompía los silencios con sus notas,
hacía con las nubes maravillas,
secando la humedad de tantas cosas.
Algunos corazones muy sensibles
también se desgranaban gota a gota,
sacando sus neblinas de las almas
de modo que pudieran ser preciosas.
En medio de la vida y de los sueños,
mi mano se encontró que estaba sola,
y entonces, por virtud de un bello canto,
sintió la cercanía de tu boca.
Tu mano apareció de la penumbra,
tus dedos se acercaron a mi ropa,
tus ojos me miraron fijamente
y entonces te sentí, junto a las olas.
Estabas corazón tan concentrado,
altivo en tu quehacer, sobre la roca,
ajeno a los vaivenes de la sangre
buscando el norte fiel, de tu derrota.
Tenías el latido acelerado,
marcando ese tic-tac que dan las horas,
segundos que se pasan lentamente
y son, cual florecillas, tan hermosas...
"...En medio de la vida y de los sueños
mi mente y la razón se volvió loca,
tenía que entregarte mil caricias
y en ellas este beso con mi rosa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/03/16
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