HE APRENDIDO EN LA VIDA...
He aprendido en la vida
a escuchar a la tierra,
en los hombres que lloran
con sonrisas y muecas.
Porque existen las almas
que sensibles se alteran,
y sus ojos se nublan
y los labios se agrietan.
He ofrecido las rosas
a las manos que tiemblan,
y a los dedos divinos
robé un beso de cera.
Porque quiero que luzcan
la sonrisa más fresca,
y en sus ojos, sin nubes,
la mirada esté tierna.
Y es el hombre y la vida
la pregunta y respuesta,
la que aturde y subyuga
como eterna inocencia.
Porque es una la vida
que vivimos sin verla,
que seguimos soñando
como flor de un poema.
Y son días y días
escanciando su esencia,
arañando el cuaderno
y tomando sus letras.
Porque el tiempo se pasa
y los sueños se quedan,
formación de rosarios
con sus cuentas pequeñas.
"...He aprendido en la vida
a saber lo que cuestan,
aplacar las pasiones
y las lágrimas frescas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/07/16
a escuchar a la tierra,
en los hombres que lloran
con sonrisas y muecas.
Porque existen las almas
que sensibles se alteran,
y sus ojos se nublan
y los labios se agrietan.
He ofrecido las rosas
a las manos que tiemblan,
y a los dedos divinos
robé un beso de cera.
Porque quiero que luzcan
la sonrisa más fresca,
y en sus ojos, sin nubes,
la mirada esté tierna.
Y es el hombre y la vida
la pregunta y respuesta,
la que aturde y subyuga
como eterna inocencia.
Porque es una la vida
que vivimos sin verla,
que seguimos soñando
como flor de un poema.
Y son días y días
escanciando su esencia,
arañando el cuaderno
y tomando sus letras.
Porque el tiempo se pasa
y los sueños se quedan,
formación de rosarios
con sus cuentas pequeñas.
"...He aprendido en la vida
a saber lo que cuestan,
aplacar las pasiones
y las lágrimas frescas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/07/16
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