HOY LA PALABRA GRACIAS...
Hoy la palabra gracias va en mi pecho
y no de una manera alambicada,
es algo que ahora siento firmemente
y quiero transmitirlo con palabras.
Palabras egoístas, quizás torpes,
con mezcla de inquietud y apasionadas,
pero es lo que me sale de muy dentro
y trato con mis letras de expresarlas.
Doy gracias al amigo que, sincero,
me ayuda en el silencio y la distancia,
me dice que no tenga miedo al miedo
y reza por mi alma una plegaria.
Doy gracias a la eterna poesía,
la base de la vida y mi cruzada,
sin ella marcharía a la galerna
sin rosas y violetas en las alas.
Doy gracias a los niños que sonríen
y a tantas manecitas encantadas,
se mueven suplicando un "padrenuestro"
y luego recogiendo las migajas.
Doy gracias a la vida, en su conjunto,
y al Dios que nos la ofrece y la regala,
nosotros somos simples testaferros,
notarios de este tiempo que se pasa.
Doy gracias a mi eterna compañera
y al ángel tan bendito que me alcanza,
me cuidan en sus brazos, con caricias,
dejándome la fe con la esperanza.
Por eso en estas gracias tan sinceras
no olvido a quién me amó y quién me ama,
a Dios, por su paciencia, sobre todo,
y amigos, familiares de mi casa.
"...Hoy la palabra gracias va en mi pecho,
y quiero a todo el mundo así gritarla,
doy gracias a la vida y a los hombres
y al cielo, en especial, por su importancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/16
y no de una manera alambicada,
es algo que ahora siento firmemente
y quiero transmitirlo con palabras.
Palabras egoístas, quizás torpes,
con mezcla de inquietud y apasionadas,
pero es lo que me sale de muy dentro
y trato con mis letras de expresarlas.
Doy gracias al amigo que, sincero,
me ayuda en el silencio y la distancia,
me dice que no tenga miedo al miedo
y reza por mi alma una plegaria.
Doy gracias a la eterna poesía,
la base de la vida y mi cruzada,
sin ella marcharía a la galerna
sin rosas y violetas en las alas.
Doy gracias a los niños que sonríen
y a tantas manecitas encantadas,
se mueven suplicando un "padrenuestro"
y luego recogiendo las migajas.
Doy gracias a la vida, en su conjunto,
y al Dios que nos la ofrece y la regala,
nosotros somos simples testaferros,
notarios de este tiempo que se pasa.
Doy gracias a mi eterna compañera
y al ángel tan bendito que me alcanza,
me cuidan en sus brazos, con caricias,
dejándome la fe con la esperanza.
Por eso en estas gracias tan sinceras
no olvido a quién me amó y quién me ama,
a Dios, por su paciencia, sobre todo,
y amigos, familiares de mi casa.
"...Hoy la palabra gracias va en mi pecho,
y quiero a todo el mundo así gritarla,
doy gracias a la vida y a los hombres
y al cielo, en especial, por su importancia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/16
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