QUIZÁS SI LAS ESTRELLAS...
Quizás si las estrellas
tuvieran un abrigo,
podrían, en la noche,
temblar y no de frío.
Podrían, con sus luces,
ser faros en caminos,
serenos de los campos
cuidando los olivos.
Serían, si quisieran,
ser musas del Olimpo,
con rosas irisadas
luciendo en sus vestidos.
Es fácil que, hasta algunas,
bajaran a los libros,
a versos y poemas
con nanas de los niños.
Quizás, en su locura,
vinieran un ratito,
a ver a los humanos
luchar con los molinos.
Eternos Don Quijotes
siguiendo su destino,
detrás de las estrellas
que nunca han conocido.
Por eso, por las noches,
se cubren de rocío,
y lloran dulcemente
sus ojos tan bonitos.
Son lágrimas del cielo,
cometas y suspiros,
susurros de unos labios
que dictan unos ripios.
"...Quizás si las estrellas
tuvieran lo que digo,
podrían, por las noches,
hablarnos un poquito.
Contarnos de la luna,
rozarnos con sus rizos,
traer las mil caricias
que quiero aquí, conmigo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/16
tuvieran un abrigo,
podrían, en la noche,
temblar y no de frío.
Podrían, con sus luces,
ser faros en caminos,
serenos de los campos
cuidando los olivos.
Serían, si quisieran,
ser musas del Olimpo,
con rosas irisadas
luciendo en sus vestidos.
Es fácil que, hasta algunas,
bajaran a los libros,
a versos y poemas
con nanas de los niños.
Quizás, en su locura,
vinieran un ratito,
a ver a los humanos
luchar con los molinos.
Eternos Don Quijotes
siguiendo su destino,
detrás de las estrellas
que nunca han conocido.
Por eso, por las noches,
se cubren de rocío,
y lloran dulcemente
sus ojos tan bonitos.
Son lágrimas del cielo,
cometas y suspiros,
susurros de unos labios
que dictan unos ripios.
"...Quizás si las estrellas
tuvieran lo que digo,
podrían, por las noches,
hablarnos un poquito.
Contarnos de la luna,
rozarnos con sus rizos,
traer las mil caricias
que quiero aquí, conmigo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/16
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