EL BESO AQUEL...
El beso aquel que me diste
me supo a miel, en el alma,
y fue más que una caricia
lo que tus labios dejaran;
fue pasión en ese encuentro
un fogonazo sin bala,
un suspiro retenido
que tu boca me pasaba;
pero ocurrió tan deprisa
que sentí, que en lontananza,
me llamaban otros labios
con candor, que envenenaban,
y me pasó que, confuso,
perdí el norte y la distancia,
y me olvidé de tu beso
por otros que me llamaban.
Quiero un beso de tus labios
y la miel que me brindaras,
aquel día, tan lejano,
con tu boca de gitana,
porque quiero revivirlo,
y enmendar así la falta
de encontrar el paraíso
que cambié por otras caras,
porque hay labios diferentes
que te ofrecen y te engañan,
con la fresa y las cerezas,
y susurros con la nata,
pero el beso que deseo
es de un labio que no amarga,
y que entrega, sin palabras,
lo que siente y lo que ama.
"...Aquel beso que me diste
hoy lo busco por la playa,
pues preciso de la brisa
y la miel tan deseada..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/12/17
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