BEBÍ LA COPA...
Bebí la copa de sabor amargo
y entonces supe que marchabas lejos;
era un iluso por quererte tanto,
era un idiota por ansiar tus besos.
Pero no importa, me dije a mí mismo,
la vida pasa, el temporal acecha,
siente la brisa que mueve a los lirios,
siente la sangre que llevan tus venas.
De todas formas si buscas la luna
observa en el cielo y mira la noche,
verás su cara sin niebla ni bruma
verás, si quieres, su cuello y escote.
Si notas que el cuerpo está muy cansado
regresa a tu casa y vuelve a la cama,
es fácil que encuentres allí el descanso,
es fácil que sueñes y duerma tu alma.
Rafael Sánchez Ortega ©
21/01/18
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