PARA EMPEZAR...
Para empezar un nuevo interrogante
vislumbro un mar carente de navíos,
las olas tienen mástiles sin velas
y las gaviotas vuelan con su abrigo.
Comienzan ilusiones y esperanzas
a despertar dejando mil suspiros,
en este año que comienza ahora
y en un invierno muy sutil y fino.
No quiero que se queden enterrados
los sueños con princesas y castillo,
aquellos que nacieron en la infancia
y fueron compañeros del camino.
No quiero que los versos se marchiten
ni que las rosas sientan el rocío,
al menos sin rozarlas con mis dedos
para robar en ellas sus latidos.
Dejemos que se queden las respuestas
ancladas en el tiempo con su grito,
no importan los mensajes y palabras,
si en el campo se escuchan a los grillos.
Rescato solamente la ternura,
el viento con la brisa, como armiño,
también ese silencio tan sublime
que rompen las cascadas en el río.
Pero cierro ventanas y las puertas,
no quiero que me vea el enemigo,
el hombre que se mira en un espejo
y vuelve, sin saberlo, a ser un niño.
El niño que escribía a las estrellas,
el hombre soñador y empedernido,
aquel que en una noche de verano
quería, simplemente, estar contigo.
"...Para empezar un nuevo interrogante,
preciso de otro mundo más tranquilo,
quizás de personajes diferentes
y puede que así sea más sencillo.
Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/18
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