QUIZÁS NO SE PRECISAN LAS PALABRAS
Quizás no se precisan las palabras
para expresar con ellas sentimientos,
quizás el simple soplo de la brisa
te lleve las caricias y los besos.
Pero ya sé que siempre se agradece
el agua y el oasis del desierto,
y la frescura dulce del rocío
llegando de mañana y en silencio.
Hay tiernas sensaciones con el alba
que bajan fantasías de los cielos,
y corren a las almas presurosas
y sacan a sus cuerpos de los sueños.
Por eso estos momentos son sagrados,
las sombras se retiran con sus velos,
se apagan las estrellas parpadeantes
y quedan soñolientos los fareros.
La reina de la noche ya no brilla,
se mece entre canciones con el viento,
las nubes que aparecen ya la adornan
y queda solitaria sobre el fresno.
La luna encantadora de los niños,
que surge con su magia de los cuentos,
la luna que escribieron los poetas
vaciando con sus plumas los tinteros.
Por eso quedan mudas las palabras,
por eso ya se ahogan los recuerdos,
y vibran en el alma sensaciones
que mandas con tus letras al cuaderno.
El álbum de la vida está en las letras
y quedan condensadas en los versos,
los mismos que se ven en tu mirada,
aquellos que me cuentan tus secretos.
"...Quizás no se precisan las palabras,
pensaba aquel poeta tan bohemio,
quizás el beso humilde de mis ojos,
la diga simplemente lo que siento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/10
para expresar con ellas sentimientos,
quizás el simple soplo de la brisa
te lleve las caricias y los besos.
Pero ya sé que siempre se agradece
el agua y el oasis del desierto,
y la frescura dulce del rocío
llegando de mañana y en silencio.
Hay tiernas sensaciones con el alba
que bajan fantasías de los cielos,
y corren a las almas presurosas
y sacan a sus cuerpos de los sueños.
Por eso estos momentos son sagrados,
las sombras se retiran con sus velos,
se apagan las estrellas parpadeantes
y quedan soñolientos los fareros.
La reina de la noche ya no brilla,
se mece entre canciones con el viento,
las nubes que aparecen ya la adornan
y queda solitaria sobre el fresno.
La luna encantadora de los niños,
que surge con su magia de los cuentos,
la luna que escribieron los poetas
vaciando con sus plumas los tinteros.
Por eso quedan mudas las palabras,
por eso ya se ahogan los recuerdos,
y vibran en el alma sensaciones
que mandas con tus letras al cuaderno.
El álbum de la vida está en las letras
y quedan condensadas en los versos,
los mismos que se ven en tu mirada,
aquellos que me cuentan tus secretos.
"...Quizás no se precisan las palabras,
pensaba aquel poeta tan bohemio,
quizás el beso humilde de mis ojos,
la diga simplemente lo que siento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/07/10
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