MIS OJOS SE REBELAN Y NO QUIEREN...
Mis ojos se rebelan y no quieren
cerrarse ante la noche y sus abrazos,
la lucha es desigual, estoy de acuerdo,
y pienso en la caricia de sus manos.
Caricia que equivale a una tragedia
a un cuento, sin final, inesperado,
al cerco inenarrable de la muerte
que llega en un segundo sin un canto.
Hay penas que se cantan en los bares,
tragedias solapadas en los llanos,
hay niebla y soledad en las alturas
y un poso de ilusión roza los labios.
Bendita soledad la de los necios,
aquellos que mendigan los pecados,
los pobres que calientan su escudilla
dejando la ilusión entre otras manos.
Algunos mendigamos varias cosas,
un tiempo y un segundo en el espacio,
la tecla indivisible de la vida
que escapa sin querer para otro lado.
Lagunas en la mente del poeta,
locuras que ya rondan los cien años,
allí donde las risas cantarinas
ascienden a los cielos sin caballo.
Espero, sin saber a quien espero,
y miro entre las brumas a lo alto,
al techo irreductible de ese circo
que alberga a los actores y payasos.
La vida es el compendio de ilusiones,
reducto de bufones y lacayos,
que viven predicando la sonrisa
a cambio del susurro de sus labios.
"...Mis ojos se rebelan y no quieren
la burla temblorosa de mi llanto,
allí donde la lluvia se condensa
y es frágil marioneta de unas manos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 07/05/13
cerrarse ante la noche y sus abrazos,
la lucha es desigual, estoy de acuerdo,
y pienso en la caricia de sus manos.
Caricia que equivale a una tragedia
a un cuento, sin final, inesperado,
al cerco inenarrable de la muerte
que llega en un segundo sin un canto.
Hay penas que se cantan en los bares,
tragedias solapadas en los llanos,
hay niebla y soledad en las alturas
y un poso de ilusión roza los labios.
Bendita soledad la de los necios,
aquellos que mendigan los pecados,
los pobres que calientan su escudilla
dejando la ilusión entre otras manos.
Algunos mendigamos varias cosas,
un tiempo y un segundo en el espacio,
la tecla indivisible de la vida
que escapa sin querer para otro lado.
Lagunas en la mente del poeta,
locuras que ya rondan los cien años,
allí donde las risas cantarinas
ascienden a los cielos sin caballo.
Espero, sin saber a quien espero,
y miro entre las brumas a lo alto,
al techo irreductible de ese circo
que alberga a los actores y payasos.
La vida es el compendio de ilusiones,
reducto de bufones y lacayos,
que viven predicando la sonrisa
a cambio del susurro de sus labios.
"...Mis ojos se rebelan y no quieren
la burla temblorosa de mi llanto,
allí donde la lluvia se condensa
y es frágil marioneta de unas manos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
Sierrallana, 07/05/13
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