UNA DULCE PROMESA...


Una dulce promesa
me llegó con la luna,
en sus rayos de plata
que sembraron mil dudas.

Precisaba el aliento
y también la frescura,
de ese labio impaciente
que entregaba la luna.

Pero todo fue en vano
y volvieron las brumas,
con las nubes inquietas
que ocultaron la luna.

Supliqué en el silencio
y recé a las alturas
por el rayo de nieve
que ofrecía mi luna.

Recibí por respuesta
unas gotas de lluvia,
como un llanto que al cielo
le dejaba la luna.

Y quedé suspirando
en cruel calentura,
con un sueño impaciente
y sin rayos de luna.

Me dormí con el llanto
y también con mi pluma
y unos versos sin nombre
que añoraban la luna.

Más surgió la sorpresa
y quizás la fortuna,
de escuchar la guitarra
una noche con luna.

No sé bien los misterios
de la excelsa locura,
ni que cuerda ha tocado
la guitarra a la luna.

Pero sé que me ha vuelto
la promesa fecunda,
en la nota rasgada
de otro rayo de luna.

"...Corazón que galopas
por ardientes llanuras,
ven a mí con tus besos
y tus rayos de luna..."

Rafael Sánchez Ortega ©
Huesca, 25/05/13

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