COMENZARON LOS SUEÑOS AZULES...
Comenzaron los sueños azules
con su magia, candor y embeleso,
y otra vez yo miré a los cristales,
para ver si llegaban muy lejos.
Pero aquellos quedaba cercanos
tras un bosque de robles eternos,
donde solo los ríos rompían
la quietud de aquel dulce silencio.
¡Qué bonitos los sueños azules
con su gracia sutil y misterio!,
¡qué ternura tan grande dejaban
la figura sin par de los ciervos!
Porque todo nacía en el alma
y surgía, de pronto, a los sueños,
con la gasa de añiles oscura
y la fina que cubre los cielos.
Comenzaron los sueños azules
y corrí, como un niño, tras ellos,
sin saber que los sueños se escapan
y se van a través de los dedos.
Así vuelan las nubes de seda
y se posan en labios eternos,
que las buscan, quizás presurosos,
como ansían también a los besos.
Mariposas de lindos colores
que nos dejan cabriolas y rezos,
y esa nota que llega hasta el alma,
y el suspiro que arranca del pecho.
...Yo quisiera, sin duda, esta noche,
susurrar a la luna mis sueños,
y dormir bajo el manto de plata
de su luz permanente y reflejo.
"...Comenzaron los sueños azules
y en los mismos quedé prisionero,
con un lazo de seda tan fino
que alejó, para siempre, mis miedos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/08/14
con su magia, candor y embeleso,
y otra vez yo miré a los cristales,
para ver si llegaban muy lejos.
Pero aquellos quedaba cercanos
tras un bosque de robles eternos,
donde solo los ríos rompían
la quietud de aquel dulce silencio.
¡Qué bonitos los sueños azules
con su gracia sutil y misterio!,
¡qué ternura tan grande dejaban
la figura sin par de los ciervos!
Porque todo nacía en el alma
y surgía, de pronto, a los sueños,
con la gasa de añiles oscura
y la fina que cubre los cielos.
Comenzaron los sueños azules
y corrí, como un niño, tras ellos,
sin saber que los sueños se escapan
y se van a través de los dedos.
Así vuelan las nubes de seda
y se posan en labios eternos,
que las buscan, quizás presurosos,
como ansían también a los besos.
Mariposas de lindos colores
que nos dejan cabriolas y rezos,
y esa nota que llega hasta el alma,
y el suspiro que arranca del pecho.
...Yo quisiera, sin duda, esta noche,
susurrar a la luna mis sueños,
y dormir bajo el manto de plata
de su luz permanente y reflejo.
"...Comenzaron los sueños azules
y en los mismos quedé prisionero,
con un lazo de seda tan fino
que alejó, para siempre, mis miedos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/08/14
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