REMINISCENCIAS XX
XX
Porque el ayer carece de presente
y de mañana,
se acuna y consolida en el recuerdo.
Y allí queda hibernando sentimientos
y nostalgias de un pretérito pasado,
de un futuro cercenado por la sombra
tan cruel del día a día
y un presente que se muestras casquivano
y muy esquivo,
porque siempre va en pasado,
cuando trato de alcanzarlo y detenerlo.
Es por eso que retorno pocas veces
a ese tiempo
y que dejo simplemente que el abrazo
de la brisa,
ponga nota y colorido a las palabras.
Porque todo permanece en el recuerdo,
en la sima tan profunda donde duermen
esos sueños,
en el cofre tan cerrado de las almas
que suspiran,
en los párpados nublados muchos días
por el llanto
y en los labios temblorosos
que emitieron mil suspiros.
Y allí están las emociones contenidas,
las mentiras y verdades más amargas y agradables
que dijeron nuestros labios y escucharon los oídos,
porque todo es confusión en ese acto
y hasta el tiempo me devuelve
los sonidos agridulces con el lodo y la resaca.
Si quisiera, rescataba de ese tiempo mil recuerdos,
mil palabras y mil voces
confirmando que los sueños no eran sueños
y sí fruto de momentos compartidos,
de proyectos de un amor en su inocencia,
de suspiros escapados de dos almas,
de claveles y de rosas que tomaron nuestros dedos,
de miradas que buscaban el ocaso en su delirio
y de aquellos "buenos días" presurosos y nerviosos
que gritaban nuestros pechos.
Porque todo está guardado en ese cofre
que conservo,
y allí duermen simplemente tantas notas,
tantas lágrimas vertidas,
tantos sueños con sus risas,
tantos trazos y dibujos que plasmaron
nuestros ojos en la vida
con un rayo de esperanza en el futuro.
Más no quiero remover esas cenizas
y que de ellas, salgan chispas
que nos hieran nuevamente.
He aceptado la derrota y la mentira
y no me quejo,
aunque tenga la verdad ante mis ojos,
aunque griten las palabras encerradas
deseando ver la vida,
aunque quemen esas letras enviadas, hace tiempo,
proclamando las palabras que ahora evito.
Porque todo es poesía, en esta vida,
y eso busco,
aunque el néctar de ese ayer se me atraviese
en las entrañas,
aunque el presente esté pasado
y diga adiós constantemente
y aunque el futuro sea el sueño y utopía
de los niños,
donde vuelan mariposas, a las sienes de un poeta,
en un bosque inalcanzable
por sus manos infantiles y con miedo.
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/14
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