NO TE RINDAS, AMOR...
No te rindas Amor, nunca abandones,
porque siempre estaré junto a tu herida,
y tendrás el alivio de mis labios
"tu paciente y sencilla poesía..."
No te rindas ni temas al destino
porque siempre tendrás lo que precisas,
el ungüento precioso de los dioses
y el olor de la dulce manzanilla.
No te rindas ni tires la toalla
porque siempre tendrás mi compañía,
estaré con mis flores y mis versos
para ti, como siempre, en la campiña.
No te rindas ni temas a la gente
que te dio las palabras tan bonitas,
y que luego cambiaron sus versiones
por las otras plagadas de mentiras.
No te rindas Amor, no estás vencido
mientras siga en tus labios la sonrisa,
a pesar de la lágrima salada
que ahora moja con pena tu mejilla.
No te rindas ni temas al futuro
porque él te dará lo que precisas,
ese pan y alimento de tu alma
con el agua tan pura y cristalina.
No te rindas ni cedas en tu intento
de encontrar en la vida la alegría,
aunque algunos se ensañen con tus sueños
y aunque otros los nieguen y maldigan.
No te rindas y encojas por el miedo
ni tampoco le temas a la brisa,
a pesar de las voces añoradas
que recuerdas con formas cristalinas.
No te rindas Amor, nunca abandones
aunque ciegue el dolor a tus pupilas,
yo estaré, como siempre, en tu costado:
"tu paciente y sencilla poesía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/14
porque siempre estaré junto a tu herida,
y tendrás el alivio de mis labios
"tu paciente y sencilla poesía..."
No te rindas ni temas al destino
porque siempre tendrás lo que precisas,
el ungüento precioso de los dioses
y el olor de la dulce manzanilla.
No te rindas ni tires la toalla
porque siempre tendrás mi compañía,
estaré con mis flores y mis versos
para ti, como siempre, en la campiña.
No te rindas ni temas a la gente
que te dio las palabras tan bonitas,
y que luego cambiaron sus versiones
por las otras plagadas de mentiras.
No te rindas Amor, no estás vencido
mientras siga en tus labios la sonrisa,
a pesar de la lágrima salada
que ahora moja con pena tu mejilla.
No te rindas ni temas al futuro
porque él te dará lo que precisas,
ese pan y alimento de tu alma
con el agua tan pura y cristalina.
No te rindas ni cedas en tu intento
de encontrar en la vida la alegría,
aunque algunos se ensañen con tus sueños
y aunque otros los nieguen y maldigan.
No te rindas y encojas por el miedo
ni tampoco le temas a la brisa,
a pesar de las voces añoradas
que recuerdas con formas cristalinas.
No te rindas Amor, nunca abandones
aunque ciegue el dolor a tus pupilas,
yo estaré, como siempre, en tu costado:
"tu paciente y sencilla poesía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/14
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