LA ESPERA...
(Con todo mi respeto y admiración a Mario Benedetti y su poema "Espero" que ha sido el causante de estos versos. Las palabras entrecomilladas pertenecen a su poema. Igualmente el argumento está inspirado en el poeta uruguayo. Por lo tanto casi nada es mío en estos versos, y así lo reconozco).
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Te busco cuando la noche convierte en fantasía
las ilusiones del día ya perdidas.
Sin embargo yo sé que no estarás ni vendrás,
que tendré que conformarme con tu ausencia,
porque la distancia es grande
y la noche tiene el hielo
que desprenden de sus ojos las estrellas.
Y también sé que no estarás para mí
porque, como decía el poeta,
"creo saber todo de ti"
y aunque me equivoque no lo reconoceré.
Yo sé que la noche pasará y con ella las lágrimas,
que vendrá un nuevo día,
y también sé que tu amor es real,
pero eso nunca lo dirás,
ni yo lo escucharé tampoco de tus labios.
Reconozco que soy un idiota al buscarte,
al pensar en ti, al llevarte en mi corazón,
al sentir como siento,
porque en el fondo sé que nunca estarás
para mí.
Sé que vivimos dos vidas diferentes
y que tú estás allá, en tu mundo y en tu vida,
y yo aquí, añorando un pasado y un recuerdo
donde un beso, una voz y tu palabra
marcaron ese punto de inflexión y despedida
sin vuelta ni retorno.
Y sí, ya sé que "es triste hablar así",
cuando el alba se oscurece por mis lágrimas,
cuando la luna se oculta avergonzada
al ver la soledad que me rodea.
Porque en realidad "me siento sólo y lo sé"
y debo admitir que esta soledad,
es el reflejo que devuelve mi figura
al mostrarse en el espejo de tus ojos.
Perdóname si alguna vez te he ofendido
porque nunca mi intención fue la de herirte.
Siempre soñé con amarte y quererte
y quizás forjé, con esos sueños,
mil utopías sin sentido.
Mi vida se acaba y lo sé.
Me ahogo con tu ausencia en esta espera.
Tú eras la razón de mi existir
y ahora no soy yo el que te llama
sino unos labios heridos y sedientos.
¿Por qué estoy aquí, escribiendo y no allí,
en silencio y a tu lado?
Quizás porque mi mundo es la poesía y tú lo sabes;
y en él, la fantasía y realidad se mezclan y confunden
produciendo este delirio.
Quizás porque las noches pasan y yo quedo
enjuagándome unas lágrimas resecas
producidas por tus labios y quizás por mi ceguera.
Y sin embargo las preguntas siguen ahí:
¿Por qué no te olvido y me olvido de que existes?
¿Por qué esta soledad tan angustiosa?
¿Por qué te busco a pesar de que sé que no vendrás
ni atenderás a mis llamadas cuando más te necesito?
Rafael Sánchez Ortega ©
22/07/14
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