CON LA NIEVE ESPERANDO EN LA MONTAÑA...
Con la nieve esperando en la montaña
y la brisa lanzando mil suspiros,
me despierto y me marcho hacia su lado,
a pasar unos días muy tranquilos.
Dejaré que se duerman los recuerdos
en un pozo profundo y un abismo,
y que queden sellados para siempre
el dolor que causaron sus espinos.
Es muy grande la herida que presenta
este pecho cansado y dolorido,
y también estos músculos, sin fuerza,
que caminan apenas con un hilo.
Yo sé bien lo que cuesta una derrota
y guardar en los labios ese grito,
el del llanto apagado de unos ojos
que desbordan sus aguas con sigilo.
Pero debo volver con la esperanza
a los brazos que esperan a los míos,
a sentir ese pecho desbocado
que mi nombre pronuncia en sus latidos.
Y se queda contigo mi palabra,
corazón que me amas como un lirio,
la paciente y hermosa cenicienta
que paseo de noche junto al río.
Y yo sé que vendrás en este viaje
para andar, a mi lado, en el camino,
para ir con mi sombra por la senda
a escuchar el susurro de los grillos.
Es posible que quedes cautivado
y te inundes Amor, con el cariño,
que desprenden los bosques y montañas
y el candor de sus besos infinitos.
"...Con la nieve esperando en la montaña,
hoy me duermo en tus brazos como un niño,
y te digo que sí, que si te quiero
deseando tus besos revivirlos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/14
y la brisa lanzando mil suspiros,
me despierto y me marcho hacia su lado,
a pasar unos días muy tranquilos.
Dejaré que se duerman los recuerdos
en un pozo profundo y un abismo,
y que queden sellados para siempre
el dolor que causaron sus espinos.
Es muy grande la herida que presenta
este pecho cansado y dolorido,
y también estos músculos, sin fuerza,
que caminan apenas con un hilo.
Yo sé bien lo que cuesta una derrota
y guardar en los labios ese grito,
el del llanto apagado de unos ojos
que desbordan sus aguas con sigilo.
Pero debo volver con la esperanza
a los brazos que esperan a los míos,
a sentir ese pecho desbocado
que mi nombre pronuncia en sus latidos.
Y se queda contigo mi palabra,
corazón que me amas como un lirio,
la paciente y hermosa cenicienta
que paseo de noche junto al río.
Y yo sé que vendrás en este viaje
para andar, a mi lado, en el camino,
para ir con mi sombra por la senda
a escuchar el susurro de los grillos.
Es posible que quedes cautivado
y te inundes Amor, con el cariño,
que desprenden los bosques y montañas
y el candor de sus besos infinitos.
"...Con la nieve esperando en la montaña,
hoy me duermo en tus brazos como un niño,
y te digo que sí, que si te quiero
deseando tus besos revivirlos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/09/14
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