ME SIENTO DESTROZADO...
Me siento destrozado, lo confieso,
por culpa del Amor y sus secuelas,
es una comezón, un sin sentido,
y el alma se entristece con su pena.
Los celos tienen culpa de mi estado
haciendo aparición, con su presencia,
en medio de las dudas de la vida
y haciendo que la luz se vuelva niebla.
No existe un equilibrio en los sentidos,
ni verso que me acerque a las estrellas,
existe desazón en las entrañas
y un nudo, vil traidor, que no me deja.
Estoy en una cárcel, sin salida,
en plena libertad, y con cadenas,
atado a sentimientos que me embargan
y en medio de galernas turbulentas.
No atiende la razón a los sentidos
y tiemblan las cortinas hoy más negras,
se rompe la ilusión y las preguntas
azotan con furor en esta guerra.
Los sueños se han quedado arrinconados,
las risas en palomas inconcretas,
y el canto de las aguas de los ríos,
hoy bajan temblorosas y sin fuerza.
Me duele el corazón, y su galope,
sacude las cenizas más diversas,
me siento como un niño acorralado
en medio de una vida y su galerna.
Eterna marejada, en que me encuentro,
maldito laberinto con mil huellas,
precisas e imprecisas que palpitan
dejando su cicuta entre mis venas.
"...Me encuentro destrozado, en esta hora,
y busco entre las nubes la respuesta,
más nadie me contesta a mis preguntas
y muere el corazón en esta espera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/14
por culpa del Amor y sus secuelas,
es una comezón, un sin sentido,
y el alma se entristece con su pena.
Los celos tienen culpa de mi estado
haciendo aparición, con su presencia,
en medio de las dudas de la vida
y haciendo que la luz se vuelva niebla.
No existe un equilibrio en los sentidos,
ni verso que me acerque a las estrellas,
existe desazón en las entrañas
y un nudo, vil traidor, que no me deja.
Estoy en una cárcel, sin salida,
en plena libertad, y con cadenas,
atado a sentimientos que me embargan
y en medio de galernas turbulentas.
No atiende la razón a los sentidos
y tiemblan las cortinas hoy más negras,
se rompe la ilusión y las preguntas
azotan con furor en esta guerra.
Los sueños se han quedado arrinconados,
las risas en palomas inconcretas,
y el canto de las aguas de los ríos,
hoy bajan temblorosas y sin fuerza.
Me duele el corazón, y su galope,
sacude las cenizas más diversas,
me siento como un niño acorralado
en medio de una vida y su galerna.
Eterna marejada, en que me encuentro,
maldito laberinto con mil huellas,
precisas e imprecisas que palpitan
dejando su cicuta entre mis venas.
"...Me encuentro destrozado, en esta hora,
y busco entre las nubes la respuesta,
más nadie me contesta a mis preguntas
y muere el corazón en esta espera..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/08/14
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