YO QUIERO NAVEGAR EN UN VELERO...
Yo quiero navegar en un velero
que enfile con su proa las estrellas,
que venza el balanceo de las olas
y busque los luceros con sus velas.
Deseo que los sueños lleguen pronto,
que sean realidad tantas promesas,
que vuelen mariposas por las jarcias
y alejen los fantasmas y galernas.
Es fácil que los sueños sean sueños
y acudan los recuerdos con viveza,
rompiendo el pentagrama de alegría
y haciendo mil pedazos esta escena.
Los hombres se enamoran de personas,
los niños de sus juegos y cometas,
los unos se hacen daño con espinas,
los otros con la brisa que no llega.
Yo quiero navegar en un velero
que surque las corrientes y mareas,
y vaya hasta las playas más lejanas
y duerma entre el salitre y las arenas.
Deseo descansar en ese lecho,
allí, donde no llega la tristeza,
al puerto bonancible y muy seguro
que alivie los dolores y las penas.
Es fácil que no encuentre nunca el lecho
y sea mi destino una tormenta,
un duro navegar contra imposibles
en medio de grilletes y cadenas.
Los hombres y marinos nunca lloran,
los niños sí lo hacen con frecuencia,
aquellos son valientes y aguerridos
y en estos solo existen las violetas.
"...Yo quiero navegar en un velero
sin ancla, sin timón y entre la niebla,
para ir hasta la costa a todo trapo
y luego descansar entre sus piedras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/14
que enfile con su proa las estrellas,
que venza el balanceo de las olas
y busque los luceros con sus velas.
Deseo que los sueños lleguen pronto,
que sean realidad tantas promesas,
que vuelen mariposas por las jarcias
y alejen los fantasmas y galernas.
Es fácil que los sueños sean sueños
y acudan los recuerdos con viveza,
rompiendo el pentagrama de alegría
y haciendo mil pedazos esta escena.
Los hombres se enamoran de personas,
los niños de sus juegos y cometas,
los unos se hacen daño con espinas,
los otros con la brisa que no llega.
Yo quiero navegar en un velero
que surque las corrientes y mareas,
y vaya hasta las playas más lejanas
y duerma entre el salitre y las arenas.
Deseo descansar en ese lecho,
allí, donde no llega la tristeza,
al puerto bonancible y muy seguro
que alivie los dolores y las penas.
Es fácil que no encuentre nunca el lecho
y sea mi destino una tormenta,
un duro navegar contra imposibles
en medio de grilletes y cadenas.
Los hombres y marinos nunca lloran,
los niños sí lo hacen con frecuencia,
aquellos son valientes y aguerridos
y en estos solo existen las violetas.
"...Yo quiero navegar en un velero
sin ancla, sin timón y entre la niebla,
para ir hasta la costa a todo trapo
y luego descansar entre sus piedras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/09/14
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