ES EXTRAÑO...

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Es extraño encontrar una sonrisa
en los rostros que vuelven del trabajo,
aunque a veces se escape un parpadeo
de los ojos serenos y cansados.

Sin embargo se buscan cada día
esos pliegues alegres de los labios,
y hasta el gesto sutil, que con las cejas,
nos remite a momentos añorados.

Es la vida que pasa y se diluye
como lluvia que llega a los tejados,
o cual gota cuajada de rocío
que quedó de testigo por los campos.

Una mota de polvo se levanta
y hasta emprende su vuelo hacia lo alto,
mientras tú, la contemplas dulcemente,
con los ojos abiertos como platos.

Te estremeces, mi tierna mariposa,
mientras sueñas con rostros adorados,
los que forja en tu pecho la inocencia
como seña y reflejo de un retrato.

Hay palabras cargadas de silencio
en un mundo de risas y de llantos,
y hasta existen silencios con palabras
en la voz armoniosa de quien hablo.

¿Dónde están las palabras seductoras,
las que alejan los miedos largo rato,
las que invitan al labio tembloroso
a buscar y besar el labio amado?

¿Dónde están, me pregunto nuevamente,
esos ojos con pétalos tan claros,
donde puedes beber, en sus pupilas,
ese néctar hermoso y deseado?...

"...Es extraño encontrar una sonrisa
en un mundo cruel y tan opaco,
donde el hombre seduce con argucias
y somete a los hombres como esclavos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/15

QUIERO SENTIR ESOS BESOS...

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Quiero sentir esos besos
que el cielo gris hoy me manda,
aunque con gotas de lluvia
que por mi cara resbalan.

Son goterones sin nombre,
dulces migajas de plata,
las que salpican con brío
estas mejillas cansadas.

Vuelvo a sentir a la lluvia,
vuelvo a los sueños de hadas,
y a remolinos extraños
del temporal de las almas.

Quiero sentir esos besos
y así apartar telarañas,
para calmar la secura
de tanta sed que me embarga.

Son la caricia y la brisa
de esa constante resaca,
que llega, besa y se duerme
entre la arena dorada.

Vuelvo a sentir que la sangre
late y golpea con saña,
del corazón que suspira
y por el cuerpo se explaya.

Quiero sentir esos besos
tiernos, sin par, como el agua,
que baja ya por mi frente
y mi camisa la empapa.

Son sentimientos mezclados
entre el dolor y la rabia,
que guarda el hombre muy dentro
por experiencias pasadas.

Vuelvo a sentir que el poema
nace, se escribe y se narra,
con el sudor y la sangre,
de los que sienten y aman.

"...Quiero tener esos besos
y esas gotitas tan claras,
para tener la evidencia
de que tus labios me llaman..."

Rafael Sánchez Ortega ©
28/01/15

A PESAR DE LA NEBLINA...

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A pesar de la neblina miro al cielo.
Tengo sed y necesito sus palabras.
Hay vacío entre la bruma y el silencio.
Hay un halo que conduce hasta la nada.

Me pregunto ¿dónde está la poesía?,
¿dónde anidan los gorriones que ahora callan?,
¿dónde duermen las preciosas margaritas?,
¿dónde están las marejadas y resacas?

Yo sé bien, que con la niebla, no hay respuestas
ni tampoco mariposas en las almas,
ni siquiera se conmueven las estrellas
y por contra los recuerdos se desatan.

Es por eso que la lluvia nos seduce
con el dulce sirimiri, que nos cala,
nos aparta de los cielos tan azules
y nos lleva hasta los brazos de la cama.

Mil preguntas se me vienen a la mente
y se quedan sin salir de la garganta,
mil suspiros de un invierno que adormece
se congelan en el bosque de las hadas.

Hay eterna confusión entre los labios
que quisieran ese beso que les falta,
ese abrazo, sin temor, del ser amado,
que doblegue las fronteras y distancias.

Ya se escucha a Peter Pan junto a los niños,
mientras juegan por el parque y por la plaza,
y se ven los girasoles amarillos
con las gotas de la niebla en sus entrañas.

Es la lluvia, yo me digo, en la modorra,
mientras siento que me pesan las pestañas,
es el beso de unos labios en mi boca,
los que prestan ese néctar que me embriaga.

"...A pesar de la neblina me estremezco.
Soy el niño que jugaba con su barca,
soy el joven soñador con tantos miedos,
soy el verso de un poema que te falta..."

Rafael Sánchez Ortega ©
27/01/15

CONTADOR DE RELATOS...

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Contador de relatos
que buscabas estrellas,
con los ojos perdidos
en cuartillas eternas.

Tú sentías la vida,
las resacas que llegan,
y llenaban tus dedos
la cuartilla de letras.

Escribías a niños
unas nanas coquetas,
que cerraban sus ojos
y pupilas traviesas.

Más también a los hombres
y a las jóvenes bellas,
les dejabas tus frases
y palabras inquietas.

Contador de relatos
y también de poemas,
que trazabas tus versos
con gentil sutileza.

Eran letras sin nombre
en guarismos apenas,
lindos rasgos divinos,
serpentinas de feria.

Era magia invisible
que dejaban la huella,
del bajel del pirata
y canción de taberna.

Se mezclaban los sueños
en un mundo de fiesta,
y una nube cerraba
las pupilas despiertas.

"...Contador de relatos
trae aquí tus leyendas
te daré lo que quieres
aunque tú no lo sepas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
26/01/15

SE HAN ESCAPADO MIS DEDOS...

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Se han escapado mis dedos
y buscado las estrellas,
las pequeñas golondrinas
que volaban tan inquietas.

Pero mis dedos nerviosos
dibujaban otras sendas,
lagos de sal y de hielo
y campiñas con violetas.

Era una piel tan hermosa
con un contacto de seda,
que recorrerla era un sueño,
y era un volcán en las venas.

Era tu piel, mi gitana,
dulce, fresquita y coqueta,
con una cara preciosa
y tus pupilas traviesas.

Se me escapaban los dedos
para escribir un poema,
sobre tu cuerpo encantado
y ese frescor de canela.

Yo te decía "te quiero"
a ti, mi tierna sirena,
mientras el mar respondía
en caracolas risueñas.

Olas que van y que vienen
a descansar en la arena,
para estirarse gozosas
por una playa desierta.

Para dormir a tu lado
en esas noches eternas,
mientras escuchan la nana
que les susurra tu lengua.

"...Se me escaparon los dedos
para acudir a tu puerta,
y recoger los latidos
del corazón que me espera..."

Rafael Sánchez Ortega ©
25/01/15

ERA UN DÍA DIFERENTE...

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Era un día diferente
aunque un día como tantos,
caminabas por la acera
paso a paso y muy despacio.

Contemplabas las gaviotas
de aquel muelle tan cercano,
los barquitos en la ría,
con su quilla sobre el barro.

El paseo terminaba,
allí mismo, junto al banco,
mirador de la bahía
con la sombra de otro árbol.

Contemplaste el horizonte,
la bocana en su letargo,
y la tarde, en el poniente,
despidiendo con su abrazo.

Unos cielos color rosa
se tiñeron, como antaño,
y salieron de los ojos
muchas lágrimas manando.

Mil recuerdos infantiles,
mil suspiros añorados,
de gaviotas y de olas
y marinos solitarios.

Aún recuerdas la figura,
con su pipa y el tabaco,
de aquel hombre tan altivo
contemplando el espectáculo.

Acudía a la atalaya
para ver el mar tan bravo,
y encontrar ese resquicio
de burlarle con dos largos.

Larga historia marinera
con retales encantados,
con suspiros y salitres
que volaban a los astros.

Pero el tiempo continúa
y tú sigues caminando,
ahora vas a la Capilla
con la Salve entre los labios.

Te estremeces nuevamente,
eres parte de un pasado,
un presente que esta vivo
y un futuro ya cercano.

Allí enfrente, tras la encina,
un ciprés está llorando,
quizás es por el nordeste
o la brisa del regato.

Quizás son las melodías
desgranadas de un piano,
o las notas silenciosas
de los ánades y patos.

"...Era un día diferente,
aunque un día de verano,
caminabas por tu Villa,
paseando y recordando..."

Rafael Sánchez Ortega ©
24/01/15

FLAMEABAN AL VIENTO...

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Flameaban al viento
las banderas coquetas,
y también unas faldas
de muchachas traviesas.

Se movían sin orden
por estrechas callejas,
unas piernas bonitas
con pisadas inquietas.

Y aquel niño soñaba
con preciosas princesas,
en lejanos castillos
y también con leyendas.

Eran sueños de niños
con resacas eternas,
con salitre en los labios
de lejanas mareas.

Pero el viento de oeste
ondulaba banderas
y estiraba las faldas
de las niñas aquellas.

Unos ojos azules
perseguían apenas,
aquel cuadro sensible
con imágenes bellas.

Y soltaban los ojos
unas lágrimas tiernas,
y un suspiro los labios
conteniendo la lengua.

Las palabras nacían
y surgían coquetas,
en la boca del niño
por las faldas y prendas.

Él quería luceros
en las noches tan negras,
y también peregrinos,
como algunos cometas.

Porque todo en la vida
era así, cual poema,
un trocito de vidrio
y un cristal de bohemia.

Eran versos sin nombre
y montones de letras,
tras banderas y faldas
de pupilas pequeñas.

Así nacen los cuentos
y así surgen las penas,
tras susurros velados
de unas almas que sueñan.

"...Flameaban al viento
los relatos y temas,
que aquel niño, sin falta,
los tomó con presteza..."

Rafael Sánchez Ortega ©
23/01/15

PUDIMOS CONSEGUIR UNA SONRISA...

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Pudimos conseguir una sonrisa
y en cambio preferimos el silencio,
las notas desgarradas de los labios
marcharon, en la tarde, con el viento.

No sé lo que pasó,
a veces reflexiono y hasta pienso,
recuerdo los minutos transcurridos
y muevo la cabeza sin saberlo.

Había tanta luz en la mirada,
esquirlas que mandaban mil reflejos,
incluso las ardillas juguetonas
seguían nuestros pasos más bien lentos.

Y allí me sumergí,
quedando pensativo y sin tus besos,
mirando tu carita seductora
ausente y transportada a los recuerdos.

Entonces decidimos separarnos,
marchar por los caminos y senderos,
seguir en esa búsqueda diaria
la ruta que nos guíe hacia los cielos.

Quizás nos olvidamos de la vida,
de niños que querían ser maestros,
de jóvenes colmando sus latidos
y adultos con los labios muy sinceros.

Es fácil que quedaran olvidados
los ratos del fogón y los inviernos,
las llamas que saltaban con sus cintas
formando aquella danza con el fuego.

Quemaba la pasión,
las venas acusaban el deseo,
ardieron las pupilas por la fiebre
y en ellas asomaron muchos miedos.

"...Pudimos conseguir una sonrisa
y en cambio suspiraron nuestros pechos,
volaron por el cielo los cometas
y entonces nos quedamos sin los sueños..."

Rafael Sánchez Ortega ©
22/01/15

LO MÁS TRISTE DE LA VIDA...

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Lo más triste de la vida
es decir lo que uno piensa,
y sentir lo que uno siente,
y saber que no te crean.

Es inútil decir nada
con la sombra y la sospecha,
planeando tras tu imagen
como un cuervo ante su presa.

Llora el hombre y llora el niño,
y no tiene una respuesta,
pues él dice las verdades
a ese mundo que contempla.

Se pregunta si es más fácil
la mentira bien repleta,
el engaño y las palabras
candorosas que se esperan.

Lo más duro de la vida
es seguir por una senda,
caminando hacia la nada
y al vacío por la ausencia.

¡Qué bonitas son las frases
melodiosas y certeras,
y las notas de los otros
que fabrican sus cabezas!

No te rindas, Él se dice,
a esta prueba manifiesta,
todos quieren que tú aceptes
todo aquello que les niegas.

Es cansado decir basta
y ejercer de marioneta,
cuando hay ojos que te miran
y analizan tu conciencia.

"...Lo más triste de la vida
es querer sin que te quieran,
es amar sin ser amado
y es saberse candilejas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
21/01/15

A VECES ME PREGUNTO...

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A veces me pregunto si estoy vivo
y es fácil que abandone esa esperanza,
me siento como un triste fugitivo,
que corre y que persigue una añoranza.

Se vive persiguiendo un objetivo:
la llama del amor en lontananza.
Los dedos impacientes con que escribo
protestan destemplados la tardanza.

No existe una respuesta a mi pregunta
y debo continuar el día a día.

Es fácil que me invada la locura
por culpa de esta extraña marabunta.

A veces es difícil la alegría
si anula el corazón a la cordura.

Rafael Sánchez Ortega ©
21/01/15

QUE ME ENTIERREN CON MIS VERSOS...

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Que me entierren con mis versos,
-suplicaba aquel poeta,
ellos fueron mis amigos
y ahora quiero que se duerman.

Que descansen para siempre
de los llantos y las penas,
de mis risas y alegrías
y de honores y de ofrendas.

Que se junten con mis sueños
y que busquen al cometa,
que trazaba filigranas
por mis dedos y cabeza.

Fueron versos especiales
que surgieron letra a letra,
sin caprichos ni ambiciones
en mañanas como estas.

Hubo noches muy febriles
con pasiones muy intensas,
que llenaron los cuadernos
de pequeñas sutilezas.

Se cuidaron bien las formas
tras brillantes candilejas,
con metáforas al paso
que buscaban las estrellas.

Y así un día y otro día
continuaron la faena,
tantos versos caprichosos
de momentos y de fechas.

Pero hablaban de personas,
de miradas indiscretas,
y de labios temblorosos
que perdían la inocencia.

Esos versos que ahora cito
fueron simples marionetas,
transmisores de palabras
y de tiernas candilejas.

Deslumbraron a lectores
con el alma siempre inquieta,
y a los ojos infantiles
que buscaban a princesas.

Más también llegaron vivos
al regazo de la abuela,
y a los brazos de la madre,
y al anciano que los piensa.

Fueron versos de otros tiempos,
quizás restos de galernas,
temporales de aquel hombre
que intentaba ser poeta.

"...Que me entierren con mis versos
y se acaben las peleas,
por la fama inmerecida
de sonetos y poemas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/01/15

QUIERO PENSAR QUE LA VIDA...

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Quiero pensar que la vida
es un camino de rosas,
aunque te quedes dudando
en ese ojal que se abrocha.

Son unas manos muy torpes
las que la blusa deshojan,
las que acarician con mimo
ese tesoro que aflora.

Un manantial de deseos,
un corazón que galopa,
una fontana vibrante
con un candor que emociona.

Es la caricia del alma
la que en la rosa se asoma,
la que me ofrecen tus dedos
como un batir de las olas.

Quiero pensar que la vida
es la cadencia y la nota,
de ese timbal misterioso
tras un piano en la sombra.

Siento la música fácil
de las pestañas sonoras,
y esas pupilas que el cielo
deja en la luna su gota.

Gotas que son de la lluvia,
lágrimas tiernas y hermosas,
bellos regalos que llegan
hasta unos ojos que lloran.

Lloran de amor y alegría
porque perciben mil cosas,
desde el latido en la tierra
hasta el silencio y las formas.

"...Quiero pensar que la vida
es esa rosa que brota,
con los suspiros del alma
y la esperanza orgullosa..."

Rafael Sánchez Ortega ©
20/01/15

EN ESTA BENDITA TIERRA...

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En esta bendita tierra,
la cuna de mis ancestros,
ocurrieron muchas cosas
a lo largo de los tiempos.

Una vez llegó una barca
por la bocana del puerto,
con una imagen sencilla
de una Virgen y un pequeño.

Aquella barca sin velas
tampoco traía remos,
y su mástil destrozado
abocaba al hundimiento.

Debajo de unas encinas,
la Virgen quedó durmiendo,
esperando a los vecinos
de este pueblo barquereño.

Y acudieron presurosos
al milagro que os cuento,
y rezaron a la Virgen
y aquel Niño tan moreno.

Construyeron una ermita
con trabajo y con denuedo,
y llevaron mil ofrendas
que colgaban en el techo.

Otra vez, vino de paso,
un infante a nuestro pueblo,
Emperador que sería
de Alemania y estos Reynos.

Aquí pasó una semana,
con calenturas y enfermo,
y se quedó en una finca
de Franciscanos severos.

Allí tenían su claustro,
el refectorio y su huerto,
y hasta ofrecían gramática
para estudiantes dispuestos.

Vino con Él, mucha gente,
nobles, ricos, caballeros,
y hasta viajeros ilustres
que de este caso escribieron.

Las muchachas le bailaron
con panderetas y arreos,
y cantaron jubilosas
demostrando su salero.

Por su parte, los vecinos,
dieron cuenta de su ingénio,
preparando una corrida
de vaquillas y toreo.

Por esta bendita tierra,
pasaron tantos sucesos,
tantas insignes personas,
tantos ilustres viajeros

que recordarlos ahora
sería cosa de lelos
y dejaría, sin duda,
a muchos en el tintero.

Por eso te digo, a ti,
lector que lees estos versos,
que te acerques a mi Villa.
que visites el Convento,

que pasees por la Barquera,
que subas por el Acuerdo,
que te acerques al Castillo
y a las murallas del cuento,

que visites a la Iglesia
y sientas que va muy dentro,
el salitre de mi tierra
que invita a soñar despierto.

Porque decir otra cosa
es faltar a lo que pienso,
lo que de niño aprendí
y en mi casa me dijeron.

"...En esta bendita tierra
hay esperanza y no hay miedo,
porque una Virgen nos guarda
con su Niño y un velero..."

Rafael Sánchez Ortega ©
19/01/15

LA NOVICIA...

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La novicia Fortunata
rezumaba pataletas,
era lista y pecosilla
y podía ser abeja.

Aprendía que las sumas
eran fruto de las restas
si sisaba a las hermanas
aumentando su despensa.

Con el cálculo no iba,
prefería estar atenta,
a cocientes reductores
de los postres y reservas.

Sí soñaba, como niña,
y lo hacía en hamburguesas,
en helados mantecados
relamiéndose su lengua.

Pero el fruto del colegio
era el rezo y la clemencia,
consiguiendo las virtudes
de la orden y las siervas.

Fortunata, con buen tino,
ya soñaba con revueltas,
con azañas infantiles
en su mundo de inocencia.

Y abusando de su estado
era niña y era estrella,
una niña abandonada
con la estrella en su mollera.

Avanzaba en los estudios,
paso a paso y letra a letra,
aunque odiaba los latines
y quería ser maestra.

Sin embargo, ya sabía,
que sería cocinera,
la del cuento y el relato
con sus ropas harapientas.

Una hermana quisquillosa
la insultaba con largueza,
pellizcaba sus carrillos
y decía que era lela.

Fortunata no lloraba,
no quería que la vieran,
ni quería ser la escoba
de una triste Cenicienta.

Es por eso, que una tarde,
decidiera ser princesa,
olvidándose de hábitos
y de toca en su cabeza.

Rompió libros, saltó tapias,
y emprendió veloz carrera,
con los sueños infantiles
hacia un mundo sin fronteras.

Se libró de cumplimientos,
de maitines y novenas,
de los rezos y rosarios
por los santos y profetas.

Y así fue, sin proponerlo,
aquel cambio que hoy se observa,
de novicia en un convento
a ser musa de un poeta.

"...La novicia Fortunata
era hermosa y era bella,
era el rostro arrebolado
y era el verso de un poema..."

Rafael Sánchez Ortega ©
18/01/15

QUIERO...

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Quiero volver a la tierra
para sentir sus latidos,
para escuchar sus lamentos
y así saber que estoy vivo.

Quiero embriagar mis pupilas
y saturar mis oídos,
con ese néctar precioso
que deja el suelo que piso.

Quiero mirar a las olas
con su rumor blanquecino,
que van llegando a la playa
ronroneando suspiros.

Quiero escuchar los gorriones
al despertar en sus nidos,
mientras el sol ya calienta
y va animando sus trinos.

Quiero saber que muy cerca
braman con furia los ríos,
porque la nieve y la lluvia
hacen así, este prodigio.

Quiero leer un poema
con unos versos sencillos,
donde vivir sea el centro
y la alegría un alivio.

Quiero rozar con mis dedos
esas cuartillas del libro,
donde nacieron historias
con las ardillas y grillos.

Quiero soñar, nuevamente,
como soñaba de niño,
para dormirme en los brazos
de algún arcángel divino.

Quiero cerrar bien los ojos
mientras escucho ese grito,
el de la tierra que vuelve
con ese abrazo que pido.

Rafael Sánchez Ortega ©
17/01/15

HAY SIGNOS QUE DISTINGUEN A LA GENTE...

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Hay signos que distinguen a la gente,
detalles que los hacen más personas,
sonrisas que renacen en las almas
y cejas que se curvan misteriosas.

Se puede matizar que son los pueblos,
el clima y las regiones quien los forma,
la mueca candorosa y el suspiro
y el llanto de unos ojos a deshora.

Más algo lleva dentro el ser humano
que hace que camine tras la sombra,
aquella que conduce a la alegría
y evita las legañas pesarosas.

No sé si el sol bendito que nos besa
tendrá mil propiedades curadoras,
y puede que la brisa y el nordeste
nos deje las caricias de las rosas.

Hay signos que distinguen a la gente,
los pasos y hasta gestos en sus bocas,
la forma en que caminan por el parque
mirando a los pequeños y palomas.

Entonces se despiertan los poetas
y dejan esas letras caprichosas,
aquellas que susurran dulcemente
palabras y metáforas cantoras.

Se puede concebir un paraíso,
un mundo con sus mares y sus olas,
campiñas que te esperan con su encanto
cubiertas de azafrán y de amapolas.

Es fácil deslizarse por los sueños
y ser el narrador de sus estrofas,
los versos que han nacido en las pupilas
y llegan al cuaderno con su aroma.

"...Hay signos que distinguen a la gente,
retazos de alegría y caracolas,
mezclados con arrugas en el rostro
que anuncian las tormentas ya remotas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
13/01/15

UNA GOTA SE DESLIZA...

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Una gota se desliza de los ojos
soñadores, a quien besa el fiel nordeste,
es el cielo el que se acerca hasta los hombres
y es la brisa quien responde dulcemente.

Hay un tinte de ternura entre los campos,
una extraña sensación en los cipreses
que vacilan vigilantes y en sus puestos
con sus ramas tan altivas e imponentes.

Es un hombre el que camina por el parque
con su perro que hace pis en los laureles,
mientras mira ensimismado la gaceta
con noticias y sucesos de las gentes.

Hay un resto de calima por las calles,
unas gotas de rocío ya humedecen
las baldosas de la acera y los rosales
que han surgido en este invierno dulcemente.

A lo lejos suenan tiernas las campanas
que proclaman y que anuncian son las nueve,
y que pronto los mayores y pequeños
volverán a ver la vida diferente.

Ya se escuchan los pegasos de las ferias
tras las luces de benditos carruseles,
y se sueña con cometas en la playa
y con niños, que son hombres, en sus treces.

Así nacen los suspiros día a día,
así surgen los susurros y claveles,
las preciosas mariposas de los versos
y también algún poema que se precie.

Y aquí vas, mi compañera inseparable,
la montaña coronada por la nieve,
la plumilla de mis dedos ya cansados
y ese verso, en mis latidos, desde siempre.

Rafael Sánchez Ortega ©
12/01/15

SE VUELVE LA CONCIENCIA...

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Se vuelve la conciencia una resaca,
un cúmulo de anclajes y mareas,
que llenan y te inundan de recuerdos
y luego te enloquecen la conciencia.

Es duro definir a las resacas
y más cuando las miras desde cerca,
en esa playa dulce de tu vida
y a veces caminando por la arena.

Entonces se apoderan de tu cuerpo
y llegan con jaranas y con fiestas,
quizás porque emborrachan los sentidos
haciendo que perdamos la cabeza.

Un manto de neblina nos abraza
e impide que veamos con certeza
las notas que la vida nos transmite,
difusas y carentes de su esencia.

Se vuelve el corazón una coraza
y traza en sus latidos la frontera,
la raya indivisible de lo eterno
y el verso tembloroso de un poema.

Se queda una canción entre los labios
ahogada por el grito que no espera,
la voz de la resaca va en aumento
y surge en un abrazo de la tierra.

Entiendo al corazón acobardado
y pienso, ¡cómo no!, en su paciencia,
me admiran el tic-tac de los latidos
y el dulce cosquilleo de sus venas.

Aflora la resaca hasta los ojos
que miran y suplican a la estrella,
le piden por favor una limosna
y un beso de la luna tan traviesa.

"...Devuelvo la conciencia a su destino,
al verso y a la pluma del poeta,
prefiero dormitar con las resacas
a ser la marioneta de unas letras..."

Rafael Sánchez Ortega ©
11/01/15

HAY NIEVE SILENCIOSA...

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Hay nieve silenciosa entre los ojos
y un poco de neblina en las pestañas,
la vida resucita lentamente
y suenan, a lo lejos, las campanas.

Renueva la campiña sus colores
y asoman amapolas con el alba,
parece que naciera un nuevo día
que alegra corazones y montañas.

Asoman poco a poco los gorriones
dejando poesía entre las ramas,
sus trinos se asemejan a los versos
trazados por la pluma sevillana.

Un lindo corazón late deprisa
y sueña con su rosa en la mañana,
la misma que tomara con su mano
el niño que hace tiempo la besara.

Las nubes se pasean por los cielos
y ocultan a los ojos la esperanza,
el manto azul celeste que tras ellas,
envuelve las caricias de la infancia.

La gente se apresura por las calles,
camina hacia el trabajo en su jornada,
algunos se detienen y contemplan
el bello amanecer de lontananza.

Hay otros que trabajan cabizbajos,
y barren las aceras de la escarcha,
y algunos funcionarios puntillosos
conducen autobuses en su guardia.

Recobra la ciudad sus emociones,
impulsa esa alegría tan malsana,
la eterna algarabía de la gente,
que vive, que amanece y que trabaja.

Yo soy espectador de este misterio,
y sigo día a día su mudanza,
la rueda de la vida, y el destino,
que gira en su locura, sin palabras.

"...Hay nieve silenciosa entre los ojos
y un poco de rencor y de nostalgia,
la bruma se disipa en las pupilas
y el sol se acerca más hasta las almas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
10/01/15

EN UN VERSO...

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En un verso se condensan mil palabras
y hasta risas y suspiros.
En un verso se insinúa una pregunta
que carece de respuesta.

Es por eso que florecen las pupilas
al leer esos poemas,
y es por eso que miramos a los cielos
y buscamos las estrellas.

Sin embargo hay otros versos más sutiles
con mentiras en sus letras.
Y hay poemas que confunden y proclaman
en sus versos mil promesas.

Yo no sé la realidad donde se esconde
y si existe en mi cabeza.
Más la busco cada día presuroso
con mis pasos por la tierra.

Es por eso que contemplo el horizonte
y en la playa las mareas.
Y es por eso que disfruto con las olas
cuando llegan a la arena.

Me estremezco día a día contemplando
ese baile sin fronteras,
esa dulce melodía, silenciosa,
que seduce y que me llena.

Es la vida me respondo a la pregunta
silenciosa y tan ingenua.
Es un verso inacabado de los dioses
y es un llanto del poeta.

Mientras tanto descrucemos nuestros dedos
y busquemos la inocencia.
Ella guarda las cuartillas más celosas
en su tinta amarillenta.

Rafael Sánchez Ortega ©
09/01/15

LEVANTA TU MIRADA DE LA TIERRA...

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Levanta tu mirada de la tierra
y eleva tu sonrisa hacia los cielos,
escapa de tristezas y nostalgias
y busca el paraíso de los ciegos.

En él encontrarás lo que tú ansías,
la brisa que refresca con su aliento,
la nota escurridiza de la orquesta
y el bello pentagrama de los versos.

Quizás sea el poema más hermoso,
las letras que han trazado con esmero,
la mano prodigiosa del artista,
que escribe poesías con sus dedos.

Levanta tu mirada de la tierra,
te digo y te repito con recelo,
no mires las entrañas de tu alma
que tienen telarañas y recuerdos.

Nostalgias de saudades y pasados,
retales y sentidos contrapuestos,
las dudas nacerán, nunca lo dudes,
y entonces volverán a ti los miedos.

Separa las legañas de tus ojos
y mira más allá del universo,
existen unos versos que te esperan
en forma de suspiros muy diversos.

Levanta tu mirada de la tierra
y escapa  de los lloros y el lamento,
las lágrimas furtivas de los hombres
asustan en los bosques a los elfos.

Los seres caprichosos de la infancia,
las hadas de los libros y los sueños,
las nanas que en las noches nos llegaban
plagadas de ilusión en esos cuentos.

Por eso yo te ruego que no llores
y busques ese reino de los cuerdos,
el mismo donde reina la locura
y niños y mayores son eternos.

"...Levanta tu mirada de la tierra,
oh bello corazón que estás sediento,
encuentra en las estrellas esos labios
y apura con los tuyos tantos besos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
08/01/15

OH MUERTE, VEN A POR MÍ...

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Oh muerte ven a por mí,
no prolongues mi agonía,
musitaba aquel anciano
ya cansado de la vida.

Yo escuchaba estupefacto
esta frase tan sencilla,
que llevaba en sus entrañas
una súplica infinita.

Con los ojos muy cansados
y esforzando bien la vista,
él miraba al infinito
una tarde parda y fría.

Él Buscaba el horizonte,
donde brumas y neblinas
se juntaban, y formaban,
con leyendas infinitas.

Y la frase pronunciada
resonaba y no se iba,
de mi mente soñadora
apagando la sonrisa.

Yo veía aquel anciano,
de mirada ya tranquila,
y pensaba en el invierno
con sus barbas blanquecinas.

Y es el hombre y es su otoño,
el que pide y quien suplica,
que se acabe este calvario
que le abraza y agoniza.

Es la vida que se agota
y no ofrece la caricia,
a ese anciano tan cansado
que murmura y que suplica.

Y por eso, en esta frase,
me estremezco ante quien grita,
"no te venzas viejo anciano
pues tu vida es poesía".

Rafael Sánchez Ortega ©
07/01/15

SI LLEGARON LOS REYES...

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Si llegaron los Reyes
y dejaron regalos,
es posible que sientas
que atendieron tu encargo.

Tú soñabas con ellos,
con estrellas y Magos,
con un Niño divino
y pastores cantando.

Y pasó todo aquello
y seguiste sus pasos,
persiguiendo las huellas
en la nieve y el barro.

Es posible que pienses
en un mundo encantado,
donde solo los niños
se convierten en sabios.

En pequeños actores
de un teatro muy ancho,
donde el cielo es frontera
y los mares su manto.

Allí viven los hombres
y no hay buenos ni malos,
porque siempre hay sonrisas
aflorando a los labios.

Si llegaron los Reyes
sigue niño soñando,
y no olvides las casas
que pasaron de largo.

No te olvides de ellos,
de los niños que hablo,
que volcaron sus sueños
y quedaron frustrados.

Hay un Rey en tu vida,
y hay un Mago en tu mano,
en ti está, el conseguirlo,
compartiendo el regalo.

Rafael Sánchez Ortega ©
06/01/15

NO CAMBIÓ, PARA NADA, SU SONRISA...

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No cambió, para nada, su sonrisa,
cuando hizo un extraño el corazón,
ni tembló su pupila tan hermosa
expresando un asomo de temor.

Él sabía que estaba muy cansado,
que debía seguir como un robot,
caminando a su meta y su destino,
más allá de los campos y el arroz.

Margaritas salían a su paso,
saludaban al hombre y al pintor,
al poeta de rostro arrebolado
que cerraba sus ojos bajo el sol.

Una ardilla traviesa y muy coqueta,
asomaba su hocico con fruición,
desde el roble en que estaba ensimismada
y mirando al viajero encantador.

Le miraba con ojos asustados
y escuchaba latir su corazón,
cuando el hombre, cansado y abatido,
bajo el árbol sus pasos descansó.

Y pararon las voces de las hadas
y los elfos cesaron su rumor,
y los ríos quedaron en silencio
y hasta el cielo la lluvia les dejó.

Unos versos salieron de los labios
de aquel niño, poeta y hasta actor,
que soñaba, apoyado en aquel roble,
con un mundo de tinta y de cartón.

Se escaparon suspiros de los labios
y el tic-tac agridulce del reloj,
continuó su monólogo silente
con la ardilla observando con pasión.

Era un hombre y un niño descansando,
una ardilla con rostro encantador,
y allí estaba aquel roble envejecido
con su abrazo, ternura y su tesón.

Y entre todos, sin duda, consiguieron,
que el poeta saliera del sopor,
y de nuevo, su pecho renovado,
a la vida entregara su oración.

Los poemas de lágrimas doradas,
la canción de la nana y de la flor,
la sonrisa paciente de la ardilla
con su cara traviesa de ratón.



"...No cambió, para nada la sonrisa,
del poeta y el niño soñador,
a pesar del cansancio de su cuerpo
que temblaba de fiebre y emoción..."

Rafael Sánchez Ortega ©
05/01/15

RECUERDAS AQUEL NIÑO...

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Recuerdas aquel niño, que inocente
pedía unos patines a los Magos,
quería deslizarse por los cielos
tomando a las estrellas con su mano.

Recuerdo tu sonrisa tan traviesa
contándome el deseo tan extraño,
del niño que pedía esos patines
y así poder subir hasta los astros.

Los sueños misteriosos de la infancia,
pensabas que servían para algo,
quizás para ocurrencias tan pueriles
carentes de festejos y milagros.

Entonces lo tomaste como en broma,
dijiste que era fruto de aquel rato,
las fiestas navideñas influían
y entonces se pedían mil regalos.

Regalos variopintos y diversos,
algunos ostentosos, con boato,
los menos con promesas muy difusas
que hablaran de sorpresas bajo el árbol.

Y el niño que pedía los patines
seguía pensativo todo el rato,
miraba, como miran tantos niños,
al cielo tan inmenso y encantado.

Quería recorrer esos caminos,
seguir a las estrellas tras sus pasos,
tocarlas y rozarlas con sus dedos
y luego acariciarlas con sus labios.

Quería que bajaran a la playa
a un baile singular y sin extraños,
tan solo marineros y sirenas
serían los testigos de aquel acto.

La luna, silenciosa y siempre altiva,
haría nuevamente de notario,
tomando de testigos a las olas
con mezcla de galernas y relámpagos.

Entonces aquel cuento sin sentido
cobraba actualidad en el muchacho
el niño que pedía los patines
con lengua de ratón, quizás de trapo.

"...Recuerdas aquel niño, que inocente,
buscaba paraísos tan lejanos,
la eterna fantasía de la vida
y el sueño de correr para alcanzarlos..."

Rafael Sánchez Ortega ©
04/01/15

CUANDO VEAS LA TRISTEZA POR MIS OJOS...

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Cuando veas la tristeza por mis ojos
nunca pienses que hay amores en mi vida,
es posible que galernas y tifones
sean culpa de esa lágrima furtiva.

Es posible que la arena del desierto
haya visto el ventanal de mi mejilla,
y acudiera con sus granos calcinados
a calmar su sed ardiente en mis pupilas.

Es posible que hasta el viento del nordeste
con sus besos acrecienten esta herida
y me arranque lagrimones y suspiros
con el dulce ronroneo de la brisa.

Es posible que se nuble el firmamento
y que apaguen las estrellas sus bombillas,
aunque sean tus ojitos soñadores
los causantes de esa bella algarabía.

Cuando veas la tristeza por mis ojos
nunca temas que me acerque a la bebida,
ni que busque compañía en otros cuerpos
deseosos de mostrarme su valía.

Es posible que mi cuerpo ya cansado,
se abandone a los vaivenes de la quilla,
de esa nave maltratada que navega
porteando mi figura y la mochila.

Es posible que la luz del camposanto
hoy se encuentre iluminada y encendida,
y hasta puede que una lágrimas traidoras
sean causa de tristeza en la familia.

Es posible que me mires y no sepas
distinguir entre la prosa y poesía,
y hasta dudes de las sombras y la bruma
confundiendo seriedad con la sonrisa.

"...Cuando veas la tristeza por mis ojos
nunca pienses que ella apaga mi alegría
es posible que esas nieblas que distingues
sean simples telarañas ya marchitas..."

Rafael Sánchez Ortega ©
03/01/15

UN DÍA DE SILENCIO...

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Un día de silencio
mirando hacia delante,
atrás quedan los campos
y tiempos de saudades.

Quizás, por eso mismo,
merece ver las tardes,
las nuevas amapolas,
precoces, que se abren.

Merece ver la vida,
vivir sus realidades,
andarla paso a paso
sentirla como sale.

Saber que cada día
se parte en dos mitades,
mañanas primorosas
y ocasos puntuales.

Un día de silencio
y largas soledades,
en medio está la vida
que roza los cristales.

Reflejos ambarinos
nos llegan de los mares,
penetran por los ojos
y ofrecen sus verdades.

Salitres y resacas
que son como timbales,
nos muestran tantos sueños
de niños en los parques.

Y allí, rompe el silencio,
los juegos y las frases,
de niños y mayores
queriendo ser hoy alguien.

"...Un día de silencio
se extiende por las calles,
y hay almas atrevidas
pidiendo que esto acabe..."

Rafael Sánchez Ortega ©
02/01/15

HOY COMIENZA UN NUEVO DÍA...

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Hoy comienza un nuevo día simplemente,
una fecha que anticipa el calendario,
un preámbulo de dudas en la gente
y unas horas que son cuentas de un rosario.

Hoy comienza el agua limpia de la fuente
a lavar y renovar tanto sudario,
los recuerdos agridulces de la mente
y a extender la quintaesencia del sagrario.

Hoy comienza un nuevo día en este enero
que nos lleva hasta otra nueva primavera.

Hoy comienza a caminar el segundero
hacia ti verano azul en la frontera.

Hoy comienza en este día, tan austero,
el otoño y el invierno que temiera.

Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/15