ES EXTRAÑO...
Es extraño encontrar una sonrisa
en los rostros que vuelven del trabajo,
aunque a veces se escape un parpadeo
de los ojos serenos y cansados.
Sin embargo se buscan cada día
esos pliegues alegres de los labios,
y hasta el gesto sutil, que con las cejas,
nos remite a momentos añorados.
Es la vida que pasa y se diluye
como lluvia que llega a los tejados,
o cual gota cuajada de rocío
que quedó de testigo por los campos.
Una mota de polvo se levanta
y hasta emprende su vuelo hacia lo alto,
mientras tú, la contemplas dulcemente,
con los ojos abiertos como platos.
Te estremeces, mi tierna mariposa,
mientras sueñas con rostros adorados,
los que forja en tu pecho la inocencia
como seña y reflejo de un retrato.
Hay palabras cargadas de silencio
en un mundo de risas y de llantos,
y hasta existen silencios con palabras
en la voz armoniosa de quien hablo.
¿Dónde están las palabras seductoras,
las que alejan los miedos largo rato,
las que invitan al labio tembloroso
a buscar y besar el labio amado?
¿Dónde están, me pregunto nuevamente,
esos ojos con pétalos tan claros,
donde puedes beber, en sus pupilas,
ese néctar hermoso y deseado?...
"...Es extraño encontrar una sonrisa
en un mundo cruel y tan opaco,
donde el hombre seduce con argucias
y somete a los hombres como esclavos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/15
en los rostros que vuelven del trabajo,
aunque a veces se escape un parpadeo
de los ojos serenos y cansados.
Sin embargo se buscan cada día
esos pliegues alegres de los labios,
y hasta el gesto sutil, que con las cejas,
nos remite a momentos añorados.
Es la vida que pasa y se diluye
como lluvia que llega a los tejados,
o cual gota cuajada de rocío
que quedó de testigo por los campos.
Una mota de polvo se levanta
y hasta emprende su vuelo hacia lo alto,
mientras tú, la contemplas dulcemente,
con los ojos abiertos como platos.
Te estremeces, mi tierna mariposa,
mientras sueñas con rostros adorados,
los que forja en tu pecho la inocencia
como seña y reflejo de un retrato.
Hay palabras cargadas de silencio
en un mundo de risas y de llantos,
y hasta existen silencios con palabras
en la voz armoniosa de quien hablo.
¿Dónde están las palabras seductoras,
las que alejan los miedos largo rato,
las que invitan al labio tembloroso
a buscar y besar el labio amado?
¿Dónde están, me pregunto nuevamente,
esos ojos con pétalos tan claros,
donde puedes beber, en sus pupilas,
ese néctar hermoso y deseado?...
"...Es extraño encontrar una sonrisa
en un mundo cruel y tan opaco,
donde el hombre seduce con argucias
y somete a los hombres como esclavos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/01/15
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