YO QUIERO LA RESPUESTA DE TUS OJOS...
Yo quiero la respuesta de tus ojos
que venga con el soplo del nordeste,
y quiero la quietud de las palomas
que arrullan con candor a los cipreses.
Por eso me estremezco, cuando pienso,
que nunca me dirán lo que contienen,
y siempre mantendrán esa sorpresa
en forma de ilusión y de claveles.
Se buscan unos ojos y un diamante
que tengan la cenefa que tú tienes,
la luz que nos ofrecen tus pupilas,
y el manto acalorado de la fiebre.
Se buscan unas manos pequeñitas
que ofrezcan el cariño que tú ofreces
la gracia que desgrana tu sonrisa
y el dulce parpadeo de la suerte.
Yo quiero la respuesta de tus ojos
que digan que me amas y me quieres,
y apunten que lo haces cada día
y es eso lo que piensas este viernes.
No sé si tú me entiendes, Amor mío,
yo creo que es amor lo que tú sientes,
y pienso que si evitas la respuesta
es solo, corazón, por ser quien eres.
Me amas con tu voz y tu silencio,
igual que en tantos martes que son trece,
no importa que separe la distancia
a nuestros corazones inocentes.
Por eso te repito que te amo
y siento que la sangre se te altere,
es culpa del cariño que germina
y nace, sin parar, por esta fuente.
"...Yo quiero la respuesta de tus ojos
y quiero descubrir amaneceres,
aquellos que vivieron nuestros labios
temblando, con mil besos, hoy latentes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/15
que venga con el soplo del nordeste,
y quiero la quietud de las palomas
que arrullan con candor a los cipreses.
Por eso me estremezco, cuando pienso,
que nunca me dirán lo que contienen,
y siempre mantendrán esa sorpresa
en forma de ilusión y de claveles.
Se buscan unos ojos y un diamante
que tengan la cenefa que tú tienes,
la luz que nos ofrecen tus pupilas,
y el manto acalorado de la fiebre.
Se buscan unas manos pequeñitas
que ofrezcan el cariño que tú ofreces
la gracia que desgrana tu sonrisa
y el dulce parpadeo de la suerte.
Yo quiero la respuesta de tus ojos
que digan que me amas y me quieres,
y apunten que lo haces cada día
y es eso lo que piensas este viernes.
No sé si tú me entiendes, Amor mío,
yo creo que es amor lo que tú sientes,
y pienso que si evitas la respuesta
es solo, corazón, por ser quien eres.
Me amas con tu voz y tu silencio,
igual que en tantos martes que son trece,
no importa que separe la distancia
a nuestros corazones inocentes.
Por eso te repito que te amo
y siento que la sangre se te altere,
es culpa del cariño que germina
y nace, sin parar, por esta fuente.
"...Yo quiero la respuesta de tus ojos
y quiero descubrir amaneceres,
aquellos que vivieron nuestros labios
temblando, con mil besos, hoy latentes..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/08/15
YA SE ACORTAN LOS DÍAS...
Ya se acortan los días
y se acaba el verano,
con las tardes felices
y las noches soñando.
Y se acerca el otoño
con sus grandes zapatos,
y las nubes plomizas
que ya anuncian sus pasos.
Volverán los recuerdos
a teñirse de blanco,
y otra vez, los suspiros,
volverán a tus labios.
Porque siempre, el presente,
de esos días de mayo,
quedará en tu retina
con los besos dorados.
Ya se acortan los días
y no puedo evitarlo,
aunque mire a la luna
que se estira en lo alto.
Y con ella, recuerdo,
esa tarde y tu mano,
el paseo hasta el cerro
de los ángeles santos.
Y fui allí, vida mía,
donde quise gritarlo,
proclamar a los vientos
este amor insensato.
Porque amé, con dulzura,
tu precioso regalo,
esa risa sencilla
y aquel beso y abrazo.
"...Ya se acortan los días
y mi amor, crece tanto,
que contigo lo vivo
y no quiero saciarlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/15
y se acaba el verano,
con las tardes felices
y las noches soñando.
Y se acerca el otoño
con sus grandes zapatos,
y las nubes plomizas
que ya anuncian sus pasos.
Volverán los recuerdos
a teñirse de blanco,
y otra vez, los suspiros,
volverán a tus labios.
Porque siempre, el presente,
de esos días de mayo,
quedará en tu retina
con los besos dorados.
Ya se acortan los días
y no puedo evitarlo,
aunque mire a la luna
que se estira en lo alto.
Y con ella, recuerdo,
esa tarde y tu mano,
el paseo hasta el cerro
de los ángeles santos.
Y fui allí, vida mía,
donde quise gritarlo,
proclamar a los vientos
este amor insensato.
Porque amé, con dulzura,
tu precioso regalo,
esa risa sencilla
y aquel beso y abrazo.
"...Ya se acortan los días
y mi amor, crece tanto,
que contigo lo vivo
y no quiero saciarlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/08/15
QUE SE CALLE EL PASADO...
Que se calle el pasado
y que vuelva el silencio,
y esos ojos cansados
cobren vida de nuevo.
Esto es lo que pido
y si acaso que ruego,
ya que quiero ser libre,
en tus brazos, mi cielo.
Quiero estar en las nubes
y también en los sueños,
de los niños que ríen
y los hombres traviesos.
Porque así, gozarían,
con placer, unos versos,
unas letras hambrientas
de tus labios y besos.
Que se calle el pasado
y que quede muy lejos,
con las nubes oscuras
donde están los recuerdos.
Porque quiero tu risa,
corazón, al que quiero,
y el latido en el alma
que me salga del pecho.
Quiero darte, mi vida,
todo aquello que tengo,
aunque esté en el otoño
y se acerquen los hielos.
Esto es, Campanilla,
lo que llevo y ofrezco,
Peter Pan ha venido
a escribir en tu lecho.
"...Que se calle el pasado
y que grite el deseo,
pues tus labios son míos
y no quiero perderlos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/08/15
y que vuelva el silencio,
y esos ojos cansados
cobren vida de nuevo.
Esto es lo que pido
y si acaso que ruego,
ya que quiero ser libre,
en tus brazos, mi cielo.
Quiero estar en las nubes
y también en los sueños,
de los niños que ríen
y los hombres traviesos.
Porque así, gozarían,
con placer, unos versos,
unas letras hambrientas
de tus labios y besos.
Que se calle el pasado
y que quede muy lejos,
con las nubes oscuras
donde están los recuerdos.
Porque quiero tu risa,
corazón, al que quiero,
y el latido en el alma
que me salga del pecho.
Quiero darte, mi vida,
todo aquello que tengo,
aunque esté en el otoño
y se acerquen los hielos.
Esto es, Campanilla,
lo que llevo y ofrezco,
Peter Pan ha venido
a escribir en tu lecho.
"...Que se calle el pasado
y que grite el deseo,
pues tus labios son míos
y no quiero perderlos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/08/15
CAMINÉ POR LAS CALLES...
Caminé por las calles
y también por aceras,
para ver si podía
divisar las estrellas,
Pero aquellas marchaban
por el cielo ligeras,
persiguiendo alazanes
y pegasos cometas.
Era un tiempo de ensueño
que lejano me queda,
aunque a veces lo añore
y recuerde con pena.
Pero todo en la vida,
se transforma en poemas,
y así van transcurriendo
muchos días cualquiera.
Caminé por las calles
de mi pueblo y aldea,
y bebí de sus fuentes
ese agua que dejan.
Era el agua corriente
del verano y muy fresca,
juvenil, en las almas,
que soñaban inquietas.
Yo buscaba unos ojos
de mirada traviesa,
y también unas manos
que a las mías asieran.
Y encontré mil palabras
y ninguna respuesta,
a las muchas preguntas
que esperaban por ellas.
Caminé por las calles,
nuevamente desiertas,
un otoño sin nombre
cuando el cielo se acuesta.
Y allí estaba, en el cielo,
la mirada coqueta,
la pupila inquietante
de la estrella sin tierra.
Porque estaba perdida,
como yo, en su galera,
sin saber su destino
y rompiendo fronteras.
Y llegué hasta su lado
e imploré su paciencia,
una noche de otoño
a sus labios de fresa.
Caminé por la calle,
renovado y con fuerza,
al sentir los latidos
de la sangre en mis venas.
Ya tenía sus labios,
admiraba sus pecas,
y mis dedos bailaban
en su espalda pequeña.
Yo le di mi cariño
con profunda firmeza,
y sentí que en el alma
florecían violetas.
Y ella vino a mi lado,
sonriente y serena,
con su voz tan cansada
a pedir que la quieran.
"...Caminé por la calle
hasta ver su presencia,
y sentir el cariño
que mi Amor la profesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/15
y también por aceras,
para ver si podía
divisar las estrellas,
Pero aquellas marchaban
por el cielo ligeras,
persiguiendo alazanes
y pegasos cometas.
Era un tiempo de ensueño
que lejano me queda,
aunque a veces lo añore
y recuerde con pena.
Pero todo en la vida,
se transforma en poemas,
y así van transcurriendo
muchos días cualquiera.
Caminé por las calles
de mi pueblo y aldea,
y bebí de sus fuentes
ese agua que dejan.
Era el agua corriente
del verano y muy fresca,
juvenil, en las almas,
que soñaban inquietas.
Yo buscaba unos ojos
de mirada traviesa,
y también unas manos
que a las mías asieran.
Y encontré mil palabras
y ninguna respuesta,
a las muchas preguntas
que esperaban por ellas.
Caminé por las calles,
nuevamente desiertas,
un otoño sin nombre
cuando el cielo se acuesta.
Y allí estaba, en el cielo,
la mirada coqueta,
la pupila inquietante
de la estrella sin tierra.
Porque estaba perdida,
como yo, en su galera,
sin saber su destino
y rompiendo fronteras.
Y llegué hasta su lado
e imploré su paciencia,
una noche de otoño
a sus labios de fresa.
Caminé por la calle,
renovado y con fuerza,
al sentir los latidos
de la sangre en mis venas.
Ya tenía sus labios,
admiraba sus pecas,
y mis dedos bailaban
en su espalda pequeña.
Yo le di mi cariño
con profunda firmeza,
y sentí que en el alma
florecían violetas.
Y ella vino a mi lado,
sonriente y serena,
con su voz tan cansada
a pedir que la quieran.
"...Caminé por la calle
hasta ver su presencia,
y sentir el cariño
que mi Amor la profesa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/08/15
AVANZA CORAZÓN...
Avanza corazón, y no te duermas,
encuentra los carriles de la vida,
prosigue con tu voz y tus latidos,
siguiendo los senderos día a día.
Espera a que se duerman las palomas
que buscan su rincón en la buhardilla,
igual que en los castaños de los parques
ya sueñan las coquetas golondrinas.
Resuenan los cantiles, en la costa,
por culpa de la ola enfurecida,
y luego permanecen los suspiros
que dejan las sirenas con su lira.
Es fácil sonreír con esta estampa
que llena al corazón de poesía,
llevando los dictados y los sueños
al mundo de ilusión con las ardillas.
Avanza y no te duermas, te repito,
pues debes de mostrar tu fiel sonrisa,
aquella que robaste a las estrellas
la noche de pasión, estremecida.
Volvías de escribir tu gran novela,
en medio de la bruma y la neblina,
vivías un momento tan dorado
que el mundo caminaba y tú aplaudías.
Seguías esa luz de los poetas
que solo se alimentan con la brisa,
y miran, con sus ojos infantiles,
un tiempo de ilusión y fantasía.
El tiempo del Amor y la esperanza,
el mismo de la "Tierra prometida",
aquel, donde tus manos me encontraron,
uniendo su candor, junto a las mías.
"...Avanza Corazón, y no te duermas,
te espera, en el jardín, la flor querida,
la rosa con un beso de mis labios,
y el verso del Amor, que tú pedías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/08/15
encuentra los carriles de la vida,
prosigue con tu voz y tus latidos,
siguiendo los senderos día a día.
Espera a que se duerman las palomas
que buscan su rincón en la buhardilla,
igual que en los castaños de los parques
ya sueñan las coquetas golondrinas.
Resuenan los cantiles, en la costa,
por culpa de la ola enfurecida,
y luego permanecen los suspiros
que dejan las sirenas con su lira.
Es fácil sonreír con esta estampa
que llena al corazón de poesía,
llevando los dictados y los sueños
al mundo de ilusión con las ardillas.
Avanza y no te duermas, te repito,
pues debes de mostrar tu fiel sonrisa,
aquella que robaste a las estrellas
la noche de pasión, estremecida.
Volvías de escribir tu gran novela,
en medio de la bruma y la neblina,
vivías un momento tan dorado
que el mundo caminaba y tú aplaudías.
Seguías esa luz de los poetas
que solo se alimentan con la brisa,
y miran, con sus ojos infantiles,
un tiempo de ilusión y fantasía.
El tiempo del Amor y la esperanza,
el mismo de la "Tierra prometida",
aquel, donde tus manos me encontraron,
uniendo su candor, junto a las mías.
"...Avanza Corazón, y no te duermas,
te espera, en el jardín, la flor querida,
la rosa con un beso de mis labios,
y el verso del Amor, que tú pedías..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/08/15
ME PERSIGUE UNA SOMBRA...
Me persigue una sombra en la distancia
para ser el fanal de mi existencia,
una luz que alborota mi paciencia
y me hace querer su extravagancia.
No quisiera caer en su arrogancia
y perder esta vida, en consecuencia,
por seguir esa senda de impotencia,
de promesas carentes de importancia.
Quiero ser ese hombre que alimente
una vida de amor y de esperanzas.
El poeta que vibra con la gente
y desgrana sus versos y alianzas.
Y también ese niño, indiferente,
que a las sombras doblegue sin balanzas.
"...Solo quiero escribirte poesía
y sentirte, en mi vida, cada día..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/15
para ser el fanal de mi existencia,
una luz que alborota mi paciencia
y me hace querer su extravagancia.
No quisiera caer en su arrogancia
y perder esta vida, en consecuencia,
por seguir esa senda de impotencia,
de promesas carentes de importancia.
Quiero ser ese hombre que alimente
una vida de amor y de esperanzas.
El poeta que vibra con la gente
y desgrana sus versos y alianzas.
Y también ese niño, indiferente,
que a las sombras doblegue sin balanzas.
"...Solo quiero escribirte poesía
y sentirte, en mi vida, cada día..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/08/15
CUANDO AQUELLA NOCHE...
Cuando aquella noche
salí de mi casa,
tenía negruras
cubriéndome el alma.
Halcones muy negros
por ella volaban,
y grises cipreses
soltaban su agua.
La vida era negra,
vacía y sin nada,
el pecho me ardía
y así, yo me ahogaba.
Corría sin rumbo
tras huellas lejanas,
quizás invisibles
que nunca alcanzaba.
Cuando aquella noche
te vi con tu falda,
sentí escalofríos
que hirieron el alma.
Estabas preciosa,
con pinta gitana,
los ojos azules
tal vez no entonaban.
Si acaso tu pelo
moreno y con gracia,
así lo decían
al verte descalza.
Entonces yo quise
volver a la infancia,
reír con tu risa,
bailar en tu danza.
"...Cuando aquella noche
sentí tu mirada,
yo supe, de pronto,
que sí, que te amaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/08/15
salí de mi casa,
tenía negruras
cubriéndome el alma.
Halcones muy negros
por ella volaban,
y grises cipreses
soltaban su agua.
La vida era negra,
vacía y sin nada,
el pecho me ardía
y así, yo me ahogaba.
Corría sin rumbo
tras huellas lejanas,
quizás invisibles
que nunca alcanzaba.
Cuando aquella noche
te vi con tu falda,
sentí escalofríos
que hirieron el alma.
Estabas preciosa,
con pinta gitana,
los ojos azules
tal vez no entonaban.
Si acaso tu pelo
moreno y con gracia,
así lo decían
al verte descalza.
Entonces yo quise
volver a la infancia,
reír con tu risa,
bailar en tu danza.
"...Cuando aquella noche
sentí tu mirada,
yo supe, de pronto,
que sí, que te amaba..."
Rafael Sánchez Ortega ©
15/08/15
BAJO EL VIEJO ROBLE...
Bajo el viejo roble,
tendido en la yerba,
un niño jugaba
ajeno a las guerras.
Vivía en su mundo
de guiños y estrellas,
buscando a los elfos
de tiernas leyendas.
Su vida, precisa,
renace y renueva,
los dulces tesoros
del alma que vela.
Así son los niños
que viven y sueñan,
extraños a un mundo
que sangra y pelea.
Afuera, en el campo,
las hayas protestan,
pues quieren cariño
del hombre y la tierra.
Y no lo consiguen,
el hombre se aleja,
ignora el lamento
del haya coqueta.
Y pasan los días,
semanas enteras,
avanzan los meses,
septiembre se acerca.
El niño del roble
ya vuelve a la escuela,
con él su pizarra,
cuaderno y carpeta.
Y suenan las voces
de aquella maestra,
dictando lecciones,
con gracia suprema.
Hoy habla de historia,
describe sus huellas,
de enormes imperios
con bellas princesas.
El niño la escucha
atento y se prenda,
ya sueña con hadas
oyendo esas letras.
Los versos sacados
con magia y paciencia,
la voz encantada,
que vibra con fuerza.
Hay unas pupilas
que emiten dos perlas,
también un suspiro
renace en la escena.
Y trazan castillos,
y vuelan cometas,
y van de la mano
con tiernas sirenas.
Por eso los niños
prefieren la seda,
las olas sin nombre
del mar y la arena.
Y así se resume,
por hoy el poema,
del niño y el roble,
que vuelve a la escuela.
"...Bajo el viejo roble,
temblaba un poeta,
buscaba un tatuaje,
allí, en su corteza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/15
tendido en la yerba,
un niño jugaba
ajeno a las guerras.
Vivía en su mundo
de guiños y estrellas,
buscando a los elfos
de tiernas leyendas.
Su vida, precisa,
renace y renueva,
los dulces tesoros
del alma que vela.
Así son los niños
que viven y sueñan,
extraños a un mundo
que sangra y pelea.
Afuera, en el campo,
las hayas protestan,
pues quieren cariño
del hombre y la tierra.
Y no lo consiguen,
el hombre se aleja,
ignora el lamento
del haya coqueta.
Y pasan los días,
semanas enteras,
avanzan los meses,
septiembre se acerca.
El niño del roble
ya vuelve a la escuela,
con él su pizarra,
cuaderno y carpeta.
Y suenan las voces
de aquella maestra,
dictando lecciones,
con gracia suprema.
Hoy habla de historia,
describe sus huellas,
de enormes imperios
con bellas princesas.
El niño la escucha
atento y se prenda,
ya sueña con hadas
oyendo esas letras.
Los versos sacados
con magia y paciencia,
la voz encantada,
que vibra con fuerza.
Hay unas pupilas
que emiten dos perlas,
también un suspiro
renace en la escena.
Y trazan castillos,
y vuelan cometas,
y van de la mano
con tiernas sirenas.
Por eso los niños
prefieren la seda,
las olas sin nombre
del mar y la arena.
Y así se resume,
por hoy el poema,
del niño y el roble,
que vuelve a la escuela.
"...Bajo el viejo roble,
temblaba un poeta,
buscaba un tatuaje,
allí, en su corteza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/08/15
COMO UN TÉMPANO DE HIELO...
Como un témpano de hielo
está fría la mejilla,
necesita de unos labios
que calienten tus pupilas.
Un latido presuroso,
una tierna margarita,
unos ojos que suspiren
y la digan maravillas.
Es por eso que te miro
y te ofrezco mi sonrisa,
una mano va a tu mano
a llevarte por la orilla.
Buscaremos la ribera
y la playa tan tranquila
para estar junto a las olas
de melena blanquecina.
Dejaremos que el rocío
se diluya con la brisa,
y esperemos que sus gotas
traigan paz y traigan vida.
Hay un faro, en la distancia,
que en lo alto nos vigila,
y nos dice que "adelante"
que su luz no se marchita.
Es por eso que te miro
y te tomo la barbilla,
y te digo que te quiero
de la forma más precisa.
Y asi mismo me respondes,
como un ave asustadiza,
y me besas con tus labios
en los míos, muy deprisa.
"...Como un témpano de hielo,
quiero amor que te derritas,
al calor de mis abrazos
y a la llama que hay prendida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/15
está fría la mejilla,
necesita de unos labios
que calienten tus pupilas.
Un latido presuroso,
una tierna margarita,
unos ojos que suspiren
y la digan maravillas.
Es por eso que te miro
y te ofrezco mi sonrisa,
una mano va a tu mano
a llevarte por la orilla.
Buscaremos la ribera
y la playa tan tranquila
para estar junto a las olas
de melena blanquecina.
Dejaremos que el rocío
se diluya con la brisa,
y esperemos que sus gotas
traigan paz y traigan vida.
Hay un faro, en la distancia,
que en lo alto nos vigila,
y nos dice que "adelante"
que su luz no se marchita.
Es por eso que te miro
y te tomo la barbilla,
y te digo que te quiero
de la forma más precisa.
Y asi mismo me respondes,
como un ave asustadiza,
y me besas con tus labios
en los míos, muy deprisa.
"...Como un témpano de hielo,
quiero amor que te derritas,
al calor de mis abrazos
y a la llama que hay prendida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/08/15
VOLVERÁN A CAER LAS CENIZAS...
Volverán a caer las cenizas
por tus ojos cubiertos de perlas,
y a la vez las estrellas fugaces
pasarán con sus colas traviesas.
Otra vez abrirás tus pupilas,
y verás a lejanos cometas,
como pasan y estiran sus colas
para luego dormir en tus cejas.
Volverás a escuchar a las ranas
que, de noche, se muestran coquetas,
en lagunas muy llenas de juncos
mientras yaces, tumbado, en la yerba.
Es posible que sea muy tarde,
que el rocío tal vez ni aparezca,
que la luna menguante de agosto
hoy no tenga a su lado una estrella.
Volverán a sentir tus ojitos
esa lágrima fácil y extensa,
como lluvia, quizás olvidada,
que recorre senderos y estepas.
Pero sé que serán sentimientos,
tus deseos plasmados en ella,
y ese roce, invisible que el alma
que en tu beso me mandas y dejas.
Volverás a buscar a mis manos
con las tuyas, un tanto, ya inquietas,
para así comprobar, que mis dedos,
se deslizan y siguen tus huellas.
Esos pasos que guían mis pasos,
ese mar con resaca y mareas,
esa dulce extensión de tus besos
que mis labios recogen y sellan.
"...Volverán a caer las cenizas
por los cielos cubiertos de niebla,
y otra vez te dirán que "te quiero",
corazón, mis latidos, con fuerza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/08/15
por tus ojos cubiertos de perlas,
y a la vez las estrellas fugaces
pasarán con sus colas traviesas.
Otra vez abrirás tus pupilas,
y verás a lejanos cometas,
como pasan y estiran sus colas
para luego dormir en tus cejas.
Volverás a escuchar a las ranas
que, de noche, se muestran coquetas,
en lagunas muy llenas de juncos
mientras yaces, tumbado, en la yerba.
Es posible que sea muy tarde,
que el rocío tal vez ni aparezca,
que la luna menguante de agosto
hoy no tenga a su lado una estrella.
Volverán a sentir tus ojitos
esa lágrima fácil y extensa,
como lluvia, quizás olvidada,
que recorre senderos y estepas.
Pero sé que serán sentimientos,
tus deseos plasmados en ella,
y ese roce, invisible que el alma
que en tu beso me mandas y dejas.
Volverás a buscar a mis manos
con las tuyas, un tanto, ya inquietas,
para así comprobar, que mis dedos,
se deslizan y siguen tus huellas.
Esos pasos que guían mis pasos,
ese mar con resaca y mareas,
esa dulce extensión de tus besos
que mis labios recogen y sellan.
"...Volverán a caer las cenizas
por los cielos cubiertos de niebla,
y otra vez te dirán que "te quiero",
corazón, mis latidos, con fuerza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/08/15
YO QUIERO PINTAR AL VIENTO...
Yo quiero pintar al viento
y sacarle los faroles,
para ver la fantasía
de esas luces y pasiones.
Es que me siento poeta
y hasta amante de las flores,
por eso busco en el viento
ese pétalo sin nombre.
Ese que escribe tus letras
moviendo los corazones,
mientras la brisa, en silencio,
saca a las almas rubores.
Almas que estaban dormidas
soñando con sensaciones,
con ventiscas y galernas
y temporales enormes.
Yo quiero pintar al viento
sus perfiles y bigotes,
y luego mostrar su cara
en un boceto uniforme.
Será una tela preciada
en un cielo azul y ocre,
donde destaque la imagen
de ese viento que ya impone.
Aunque prefiero el susurro
de tus labios en desorden,
a ese viento huracanado
que rasga, destroza y rompe.
Porque tus labios son míos
y mis labios son tu norte,
en los besos que intercambian
sin atender a razones.
"...Yo quiero pintar al viento
y robarle sus colores,
para entregarte ese cuadro
y que veas lo que esconde..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/08/15
y sacarle los faroles,
para ver la fantasía
de esas luces y pasiones.
Es que me siento poeta
y hasta amante de las flores,
por eso busco en el viento
ese pétalo sin nombre.
Ese que escribe tus letras
moviendo los corazones,
mientras la brisa, en silencio,
saca a las almas rubores.
Almas que estaban dormidas
soñando con sensaciones,
con ventiscas y galernas
y temporales enormes.
Yo quiero pintar al viento
sus perfiles y bigotes,
y luego mostrar su cara
en un boceto uniforme.
Será una tela preciada
en un cielo azul y ocre,
donde destaque la imagen
de ese viento que ya impone.
Aunque prefiero el susurro
de tus labios en desorden,
a ese viento huracanado
que rasga, destroza y rompe.
Porque tus labios son míos
y mis labios son tu norte,
en los besos que intercambian
sin atender a razones.
"...Yo quiero pintar al viento
y robarle sus colores,
para entregarte ese cuadro
y que veas lo que esconde..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/08/15
AGUANTA CORAZÓN...
Aguanta corazón, es un espino,
la causa del dolor que te atenaza,
es una marabunta y amenaza,
cual piedra colocada en tu camino.
Te quiere separar de mi destino
la punta tan atroz, que me desplaza,
haciendo que se altere tu coraza
por culpa de ese dardo repentino.
Yo quiero que recobres la sonrisa
y vengo con placer hasta tu lado.
Te traigo ese jarabe, muy deprisa,
que extiendo, con un beso, en tu costado.
Te dejo corazón, la dulce brisa,
del labio, con Amor, que te ha cuidado.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/08/15
la causa del dolor que te atenaza,
es una marabunta y amenaza,
cual piedra colocada en tu camino.
Te quiere separar de mi destino
la punta tan atroz, que me desplaza,
haciendo que se altere tu coraza
por culpa de ese dardo repentino.
Yo quiero que recobres la sonrisa
y vengo con placer hasta tu lado.
Te traigo ese jarabe, muy deprisa,
que extiendo, con un beso, en tu costado.
Te dejo corazón, la dulce brisa,
del labio, con Amor, que te ha cuidado.
Rafael Sánchez Ortega ©
11/08/15
PARECE QUE LA NOCHE Y EL SILENCIO...
Parece que la noche y el silencio
alteran a quien ama la alegría,
quizás por ese manto, que invisible,
aplaca los furores de la vida.
Los duerme y acaricia con su manto,
los hace descansar junto a la brisa,
convierte las pasiones en suspiros
uniendo telarañas con heridas.
El cielo permanece silencioso
y ayuda a las estrellas, que titilan,
rompiendo la armonía de la noche
quizás de una manera muy atrevida.
Los hombres las contemplan fervorosos
tratando de acortar su lejanía,
ansiosos de montar en sus corceles
que lleven a la tierra prometida.
Parece que la noche y el silencio
acercan una rosa a tu mejilla,
es pronto para ver si te sorprenden
a dar ese paseo en compañía.
Te invito a caminar, en el silencio,
buscando entre la noche su portilla,
aquella que nos lleve por los mares
siguiendo a la marea y poesía.
Las olas nos conquistan con su hechizo
y de ellas recogemos su sonrisa,
la seda inmaculada de sus versos
y el cáliz con el ron y la tequila.
Bebemos ese néctar tan ansiado
sintiendo la embriaguez y tanta dicha,
que pronto se cerraron nuestros ojos
por culpa de unas lágrimas benditas.
"...Parece que la noche y el silencio
acercan nuestros labios a su orilla,
se besan y acarician, sutilmente,
y buscan el Amor en compañía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/08/15
alteran a quien ama la alegría,
quizás por ese manto, que invisible,
aplaca los furores de la vida.
Los duerme y acaricia con su manto,
los hace descansar junto a la brisa,
convierte las pasiones en suspiros
uniendo telarañas con heridas.
El cielo permanece silencioso
y ayuda a las estrellas, que titilan,
rompiendo la armonía de la noche
quizás de una manera muy atrevida.
Los hombres las contemplan fervorosos
tratando de acortar su lejanía,
ansiosos de montar en sus corceles
que lleven a la tierra prometida.
Parece que la noche y el silencio
acercan una rosa a tu mejilla,
es pronto para ver si te sorprenden
a dar ese paseo en compañía.
Te invito a caminar, en el silencio,
buscando entre la noche su portilla,
aquella que nos lleve por los mares
siguiendo a la marea y poesía.
Las olas nos conquistan con su hechizo
y de ellas recogemos su sonrisa,
la seda inmaculada de sus versos
y el cáliz con el ron y la tequila.
Bebemos ese néctar tan ansiado
sintiendo la embriaguez y tanta dicha,
que pronto se cerraron nuestros ojos
por culpa de unas lágrimas benditas.
"...Parece que la noche y el silencio
acercan nuestros labios a su orilla,
se besan y acarician, sutilmente,
y buscan el Amor en compañía..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/08/15
ME FALTAN UNOS VERSOS ESTA NOCHE...
Me faltan unos versos esta noche
y siento la tibieza del cristal,
es algo que no impide que el rocío
ahogue mi temblor en el cantar.
Es fácil que resbalen las estrellas
y emitan tintineos en su faz,
lo hacen orgullosas y coquetas,
sabiendo que las vamos a mirar.
Las sombras, por el puerto, ya se duermen,
lanzando mil suspiros al fanal,
las barcas y traineras, con las olas,
se mueven al impulso de la mar.
Hay niños refugiados en sus sueños
y hay hombres que se apuntan al final,
los unos ya se duermen con la brisa,
los otros ronronean sin parar.
Me faltan unos versos esta noche
te digo corazón, en mi postal,
más quiero que te llegue este susurro
en forma de caricia singular.
No quiero que tus ojos soñolientos
se queden con legañas de sedal,
prefiero que su fuego me ilumine
con besos y pavesas para dar.
Te entrego una cajita misteriosa
envuelta en la cenefa y el cancán,
quizás cuando la abras tú descubras,
aquello que celoso fui a guardar.
Un tierno corazón de enamorado,
la sangre que mezcló aquel temporal,
el alma tan inquieta de otro niño
que un día te ofreció su bajamar.
"...Me faltan unos versos esta noche
y vuelo como vuela un gavilán,
yo quiero tu presencia aquí, a mi lado,
y el labio con mi labio a quien besar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/15
y siento la tibieza del cristal,
es algo que no impide que el rocío
ahogue mi temblor en el cantar.
Es fácil que resbalen las estrellas
y emitan tintineos en su faz,
lo hacen orgullosas y coquetas,
sabiendo que las vamos a mirar.
Las sombras, por el puerto, ya se duermen,
lanzando mil suspiros al fanal,
las barcas y traineras, con las olas,
se mueven al impulso de la mar.
Hay niños refugiados en sus sueños
y hay hombres que se apuntan al final,
los unos ya se duermen con la brisa,
los otros ronronean sin parar.
Me faltan unos versos esta noche
te digo corazón, en mi postal,
más quiero que te llegue este susurro
en forma de caricia singular.
No quiero que tus ojos soñolientos
se queden con legañas de sedal,
prefiero que su fuego me ilumine
con besos y pavesas para dar.
Te entrego una cajita misteriosa
envuelta en la cenefa y el cancán,
quizás cuando la abras tú descubras,
aquello que celoso fui a guardar.
Un tierno corazón de enamorado,
la sangre que mezcló aquel temporal,
el alma tan inquieta de otro niño
que un día te ofreció su bajamar.
"...Me faltan unos versos esta noche
y vuelo como vuela un gavilán,
yo quiero tu presencia aquí, a mi lado,
y el labio con mi labio a quien besar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/08/15
ENTRE LOS SONIDOS...
Entre los sonidos
de aquella campiña,
dejaban los grillos
su gracia infinita.
Dejaban salero,
también alegría,
rompiendo el silencio
del agua marina.
Pasaban las garzas,
de suave plumilla,
también la campana
tocaba ya a misa.
Y así las mujeres,
de calle vestidas,
con pasos muy breves,
la cuesta subían.
Arriba, en lo alto,
está la capilla,
un poco a desmano,
pequeña y bonita.
Parece desierta,
la nave vacía,
en sombra la iglesia
sin luz y sin guía.
De pronto la luna
acude a la cita,
y enciende muy tuna,
también las pupilas.
Ya rezan las voces,
se inclinan rodillas,
se escuchan las toses
que emiten las niñas.
"...Entre los sonidos
hay uno que vibra,
el verso amarillo
del alma querida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/08/15
de aquella campiña,
dejaban los grillos
su gracia infinita.
Dejaban salero,
también alegría,
rompiendo el silencio
del agua marina.
Pasaban las garzas,
de suave plumilla,
también la campana
tocaba ya a misa.
Y así las mujeres,
de calle vestidas,
con pasos muy breves,
la cuesta subían.
Arriba, en lo alto,
está la capilla,
un poco a desmano,
pequeña y bonita.
Parece desierta,
la nave vacía,
en sombra la iglesia
sin luz y sin guía.
De pronto la luna
acude a la cita,
y enciende muy tuna,
también las pupilas.
Ya rezan las voces,
se inclinan rodillas,
se escuchan las toses
que emiten las niñas.
"...Entre los sonidos
hay uno que vibra,
el verso amarillo
del alma querida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/08/15
DÉJAME ESTAR...
Déjame estar, Amor, en tu palabra
y en el rincón oscuro del silencio,
allí, donde las sombras eternizan
los sueños de los locos y sus versos.
Porque seguirte, Amor, es algo triste
soñando con promesas y recuerdos
y escuchando la voz estremecida
diciendo que me amabas hace tiempo.
Conviene remover esas cenizas,
dejando que se aviven con el fuego,
y surjan con amor nuevas estrellas
que alejen a las brumas de los cielos.
La noche del amor y los amantes
se deja entre las olas sus deseos
cursando invitación a las mareas
que vuelvan renovadas con sus besos.
Déjame estar, Amor, te lo suplico
en este reino oscuro de los cuerdos,
para seguir tus huellas por la vida
sintiendo la frescura de tu aliento.
Porque el amor que sienten los poetas,
es algo que se plasma en sus cuadernos,
a pesar de opiniones encontradas
que dictan corazones muy malévolos.
Conviene comprender que aquel, que escribe,
se deja, entre sus letras, sentimientos,
románticas palabras a la vida,
sumadas al amor y al desconsuelo.
La noche va llegando, y se eterniza,
por culpa del dolor y el sufrimiento...
¿Qué buscas hoy, Amor, en mi costado
que azuzas la semilla de los celos?
"...Déjame estar, Amor, no me lo impidas,
para poder decirte que te quiero,
para soñar contigo, sin palabras,
y para amarte así, aunque estés lejos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/08/15
y en el rincón oscuro del silencio,
allí, donde las sombras eternizan
los sueños de los locos y sus versos.
Porque seguirte, Amor, es algo triste
soñando con promesas y recuerdos
y escuchando la voz estremecida
diciendo que me amabas hace tiempo.
Conviene remover esas cenizas,
dejando que se aviven con el fuego,
y surjan con amor nuevas estrellas
que alejen a las brumas de los cielos.
La noche del amor y los amantes
se deja entre las olas sus deseos
cursando invitación a las mareas
que vuelvan renovadas con sus besos.
Déjame estar, Amor, te lo suplico
en este reino oscuro de los cuerdos,
para seguir tus huellas por la vida
sintiendo la frescura de tu aliento.
Porque el amor que sienten los poetas,
es algo que se plasma en sus cuadernos,
a pesar de opiniones encontradas
que dictan corazones muy malévolos.
Conviene comprender que aquel, que escribe,
se deja, entre sus letras, sentimientos,
románticas palabras a la vida,
sumadas al amor y al desconsuelo.
La noche va llegando, y se eterniza,
por culpa del dolor y el sufrimiento...
¿Qué buscas hoy, Amor, en mi costado
que azuzas la semilla de los celos?
"...Déjame estar, Amor, no me lo impidas,
para poder decirte que te quiero,
para soñar contigo, sin palabras,
y para amarte así, aunque estés lejos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/08/15
SE PUEDE SONREÍR...
Se puede sonreír de muchas formas,
incluso hasta con lluvia en las pestañas,
la risa tiene tonos diferentes
y aumenta los suspiros de las almas.
Un día percibí que las sonrisas
rompían las oscuras telarañas,
dejando claraboyas entreabiertas
y cielos de amapolas y esperanzas.
Confieso que nació, de tu sonrisa,
el cambio de opinión de éste que habla,
incluso que embriagado de esos labios
cesaran las arrugas de mi cara.
Por eso comprendí que la sonrisa
nacía cada día con el alba,
llevando la alegría a los humanos
ajena a las fronteras y a las razas.
Se puede sonreír, aunque se llore,
buscando el fin feliz de tantas lágrimas,
el llanto purifica los sentidos
y limpia el canalón de las entrañas.
Un día te levantas aterido
y sientes la sonrisa en la palabra,
aquella que te manda desde lejos
el ángel que te cuida y acompaña.
Confieso que pensé que, entre tus labios,
había mil sonrisas caducadas,
más luego comprendí que no era cierto
que estaban encerradas en mil jaulas.
Por eso comprendí que te quería,
sintiendo tu sonrisa en la distancia,
la misma que salía de tu pecho
dejando entre mis labios su guirnalda.
"...Se puede sonreír el día a día
tratando de alcanzar tus añoranzas,
se debe sonreír, con más motivo,
al labio estremecido de quien amas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/15
incluso hasta con lluvia en las pestañas,
la risa tiene tonos diferentes
y aumenta los suspiros de las almas.
Un día percibí que las sonrisas
rompían las oscuras telarañas,
dejando claraboyas entreabiertas
y cielos de amapolas y esperanzas.
Confieso que nació, de tu sonrisa,
el cambio de opinión de éste que habla,
incluso que embriagado de esos labios
cesaran las arrugas de mi cara.
Por eso comprendí que la sonrisa
nacía cada día con el alba,
llevando la alegría a los humanos
ajena a las fronteras y a las razas.
Se puede sonreír, aunque se llore,
buscando el fin feliz de tantas lágrimas,
el llanto purifica los sentidos
y limpia el canalón de las entrañas.
Un día te levantas aterido
y sientes la sonrisa en la palabra,
aquella que te manda desde lejos
el ángel que te cuida y acompaña.
Confieso que pensé que, entre tus labios,
había mil sonrisas caducadas,
más luego comprendí que no era cierto
que estaban encerradas en mil jaulas.
Por eso comprendí que te quería,
sintiendo tu sonrisa en la distancia,
la misma que salía de tu pecho
dejando entre mis labios su guirnalda.
"...Se puede sonreír el día a día
tratando de alcanzar tus añoranzas,
se debe sonreír, con más motivo,
al labio estremecido de quien amas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/08/15
CUANDO AQUELLA TARDE...
Cuando aquella tarde
me abriste la puerta
noté que el rocío
volvía a mis venas.
Latía la sangre,
deprisa y con fuerza,
soplaba la brisa
vibrando las cejas.
Y entonces ya supe
la eterna respuesta,
de aquella pregunta,
que nadie me diera.
Tus lindas pupilas
me dieron la prueba,
bebiendo en tus ojos
el verso y poema.
Cuando aquella tarde
subí la escalera
tu cuerpo temblaba
cual junco en la arena.
No sé qué pensabas
al verme por ellas,
subiendo intranquilo,
con cara de pena.
Quizás que era un niño
buscando un cometa,
quizás que soñaba
con lunas y estrellas.
Por eso me abriste
diciendo que viera
el alma sencilla
con puerta indiscreta.
Cuando aquella tarde
pasé por la escuela,
yo vi que lloraban
las rosas de seda.
Las rosas rosadas,
azules y negras,
también amarillas
y blancas eternas.
Y todas tenían
retazos y sendas,
de aquellos deditos
posados en ellas.
Crespones y lazos
de antiguas leyendas,
gorriones y rimas
de otrora poetas.
"...Cuando aquella tarde
me abriste la verja,
me diste la vida,
y te amé como eras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/15
me abriste la puerta
noté que el rocío
volvía a mis venas.
Latía la sangre,
deprisa y con fuerza,
soplaba la brisa
vibrando las cejas.
Y entonces ya supe
la eterna respuesta,
de aquella pregunta,
que nadie me diera.
Tus lindas pupilas
me dieron la prueba,
bebiendo en tus ojos
el verso y poema.
Cuando aquella tarde
subí la escalera
tu cuerpo temblaba
cual junco en la arena.
No sé qué pensabas
al verme por ellas,
subiendo intranquilo,
con cara de pena.
Quizás que era un niño
buscando un cometa,
quizás que soñaba
con lunas y estrellas.
Por eso me abriste
diciendo que viera
el alma sencilla
con puerta indiscreta.
Cuando aquella tarde
pasé por la escuela,
yo vi que lloraban
las rosas de seda.
Las rosas rosadas,
azules y negras,
también amarillas
y blancas eternas.
Y todas tenían
retazos y sendas,
de aquellos deditos
posados en ellas.
Crespones y lazos
de antiguas leyendas,
gorriones y rimas
de otrora poetas.
"...Cuando aquella tarde
me abriste la verja,
me diste la vida,
y te amé como eras..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/08/15
ME ESTREMEZCO...
Me estremezco pensando en tu figura,
en la imagen coqueta y tan gatuna
que dejaba tu cuerpo y su ternura
junto al mío, sirviendo de vacuna.
Me estremezco al sentir la estratagema
que tus dedos emplean con firmeza
consiguiendo dejar como un emblema
aquel toque sutil de tu belleza.
Me estremezco cual niño que en su casa
se despierta, sin más, en la mañana,
pretendiendo encontrar esa carcasa
que proteja su vida tan liviana.
Me estremezco al mirar a los cipreses
que ya escalan los muros y paredes,
con historias de moros y franceses
que quedaron ancladas a sus redes.
Me estremezco soñando que en tu boca,
hay un beso guardado por las olas
que me espera latiendo y me provoca
ciertos guiños de lirios y amapolas.
Me estremezco sabiendo que la prisa
no conduce al primero de la fila,
porque altera, con ira, la sonrisa,
que vibró con fulgor en la pupila.
Me estremezco si vuelvo a los recuerdos
y te veo en la tarde, en el paseo,
alcanzando las manos los acuerdos
que más tarde plasmaron el deseo.
Me estremezco aspirando tu perfume
y mirando, sin duda, hacia las nubes,
para ver el latido que se sume
y asistir a ese cielo en que me subes.
"...Me estremezco en la tarde de cristal,
por Amor, con pasión y sin dudar,
aspirando a beber de tu caudal
que desborda la fuente en tu lagar..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/08/15
EL DESTINO...
El destino es un gran interrogante,
un trozo de papel, quizás, herido,
la vena con la sangre coagulada
y el arpa de cristal que empuña el niño.
Se busca ese destino, muchas veces,
lejano y más allá del infinito,
sin darnos cuenta de que está muy cerca
el lazo de papel al que está unido.
Un verso puede ser la sintonía,
la gota singular de aquel rocío,
la parte del poema que faltaba
y el alma y la pasión de los sentidos.
Amamos como adultos, sin saberlo,
y somos, en el fondo, simples niños,
los mismos que jugaban con pegasos
y andaban tras las ranas por los ríos.
Por eso le miramos a distancia
temblando, muy nerviosos, como lirios,
sintiendo que nos falta valentía
y el paso que hay que dar de nuestro sino.
Un día recibimos su respuesta
sintiendo con la misma gran alivio,
entonces comprendemos lo que oculta
aquella sensación del gris destino.
Amamos como aman los mayores,
reímos como niños intranquilos,
soñamos como sueñan los poetas
con besos inocentes y sencillos.
Quizás en esa música, sin nombre,
esté la maravilla del vinilo
aquel que empalagaba las entrañas
haciendo que volaran los suspiros.
"...El destino es un gran interrogante,
me digo, mientras voy por el camino,
tu mano entre mis manos, simplemente,
y un beso de mis labios tu castigo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/08/15
un trozo de papel, quizás, herido,
la vena con la sangre coagulada
y el arpa de cristal que empuña el niño.
Se busca ese destino, muchas veces,
lejano y más allá del infinito,
sin darnos cuenta de que está muy cerca
el lazo de papel al que está unido.
Un verso puede ser la sintonía,
la gota singular de aquel rocío,
la parte del poema que faltaba
y el alma y la pasión de los sentidos.
Amamos como adultos, sin saberlo,
y somos, en el fondo, simples niños,
los mismos que jugaban con pegasos
y andaban tras las ranas por los ríos.
Por eso le miramos a distancia
temblando, muy nerviosos, como lirios,
sintiendo que nos falta valentía
y el paso que hay que dar de nuestro sino.
Un día recibimos su respuesta
sintiendo con la misma gran alivio,
entonces comprendemos lo que oculta
aquella sensación del gris destino.
Amamos como aman los mayores,
reímos como niños intranquilos,
soñamos como sueñan los poetas
con besos inocentes y sencillos.
Quizás en esa música, sin nombre,
esté la maravilla del vinilo
aquel que empalagaba las entrañas
haciendo que volaran los suspiros.
"...El destino es un gran interrogante,
me digo, mientras voy por el camino,
tu mano entre mis manos, simplemente,
y un beso de mis labios tu castigo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/08/15
FUE APENAS UN SUSPIRO...
Fue apenas un suspiro
y nunca fui poema,
los sueños de la infancia,
los versos y las letras...
...Allí quedaron solos,
quizás entre la niebla,
los libros de los niños
con restos de leyendas.
Quedaron simplemente
prendidos a la hiedra,
subiendo hacia los cielos
de un mundo que se aleja.
Por eso los recuerdo
y aumenta más la pena,
soñar con unos versos
queriendo ser poeta.
Recuerdo que los remos
hablaban de sirenas,
cantaban sus canciones
con algas y sal muera.
¡Qué imagen más bonita
del niño que, en cubierta,
miraba todo aquello
cual tierno Pimpinela!
Para él trazaban versos
los remos y mareas,
las olas cantarinas,
las playas y la arena.
Poemas bien escritos
donde él era su esencia,
el verso inasumible,
la llama siempre eterna.
"...Fue apenas un suspiro,
-recuerdo bien la escena-,
el sueño de aquel niño
queriendo ser poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/08/15
y nunca fui poema,
los sueños de la infancia,
los versos y las letras...
...Allí quedaron solos,
quizás entre la niebla,
los libros de los niños
con restos de leyendas.
Quedaron simplemente
prendidos a la hiedra,
subiendo hacia los cielos
de un mundo que se aleja.
Por eso los recuerdo
y aumenta más la pena,
soñar con unos versos
queriendo ser poeta.
Recuerdo que los remos
hablaban de sirenas,
cantaban sus canciones
con algas y sal muera.
¡Qué imagen más bonita
del niño que, en cubierta,
miraba todo aquello
cual tierno Pimpinela!
Para él trazaban versos
los remos y mareas,
las olas cantarinas,
las playas y la arena.
Poemas bien escritos
donde él era su esencia,
el verso inasumible,
la llama siempre eterna.
"...Fue apenas un suspiro,
-recuerdo bien la escena-,
el sueño de aquel niño
queriendo ser poema..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/08/15
EL SILENCIO...
El silencio es un témpano vacío
carente de ataúd y de mortaja,
una tilde que surca el horizonte
buscando su palabra entre la nada.
Pero quiero silencios compartidos
y la risa brotando en tu garganta,
con la luz deliciosa de alegría
que desprende, sin duda, tu mirada.
Porque tienes la gracia y el salero
de romper el silencio con tu charla,
de fundir ese hielo tenebroso
y apartar las profundas telarañas.
Eres flor que despierta cada día
con el rayo del sol y con el alba,
y susurras canciones a los cielos
alegrando, de paso, la mañana.
Y por eso te tomo de la mano
y buscamos caminos que, en los mapas,
aparecen oscuros y en silencio
con palabras borrosas y olvidadas.
Nos guiamos siguiendo los cipreses,
alcanzando los muros que se alzan
a los pies del oscuro cementerio
donde duermen, sin voz, muchas espaldas.
Pero quiero seguir más adelante
y enseñarte la luna, tan lozana,
que en el cielo se viste de amapola
en la noche de tules plateada.
El silencio suspira en las esquinas,
se apodera de cuerpos y de almas,
y una gota brillante de rocío
acaricia, de pronto, tus pestañas.
"...El silencio se rompe con silencios
y con besos al labio de quien ama,
cuando el hielo se funde en un abrazo
en virtud del Amor que se consagra..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/08/15
carente de ataúd y de mortaja,
una tilde que surca el horizonte
buscando su palabra entre la nada.
Pero quiero silencios compartidos
y la risa brotando en tu garganta,
con la luz deliciosa de alegría
que desprende, sin duda, tu mirada.
Porque tienes la gracia y el salero
de romper el silencio con tu charla,
de fundir ese hielo tenebroso
y apartar las profundas telarañas.
Eres flor que despierta cada día
con el rayo del sol y con el alba,
y susurras canciones a los cielos
alegrando, de paso, la mañana.
Y por eso te tomo de la mano
y buscamos caminos que, en los mapas,
aparecen oscuros y en silencio
con palabras borrosas y olvidadas.
Nos guiamos siguiendo los cipreses,
alcanzando los muros que se alzan
a los pies del oscuro cementerio
donde duermen, sin voz, muchas espaldas.
Pero quiero seguir más adelante
y enseñarte la luna, tan lozana,
que en el cielo se viste de amapola
en la noche de tules plateada.
El silencio suspira en las esquinas,
se apodera de cuerpos y de almas,
y una gota brillante de rocío
acaricia, de pronto, tus pestañas.
"...El silencio se rompe con silencios
y con besos al labio de quien ama,
cuando el hielo se funde en un abrazo
en virtud del Amor que se consagra..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/08/15
SOY CAPITÁN DE UN NAVÍO...
Soy capitán de un navío
que navega por el mar,
con las velas desplegadas
y con luz en el fanal.
Lleva en su mástil bandera
donde dice libertad,
y es su proa quien recorta
esas olitas de sal.
Olas que van y que vienen
como buscando el azar,
como hacen las gaviotas
al pasar el gavilán.
Soy capitán de un navío
y eso es algo muy especial,
con el traje marinero
y mi boina singular.
Voy cantando por cubierta,
no me olvido del sedal,
y tampoco de la caña
en su extraño cacear.
Hoy los peces se relajan
y no muestran la señal,
ya no pican los anzuelos
y no muerden la "carná"
Soy capitán de un navío
y no lo puedo negar,
se adivina en mis pupilas
y en mi rostro y en mi faz.
Soy grumete y soy poeta
y así escribo en altamar,
al abrigo de galernas
y del duro temporal.
Por la noche, las estrellas,
son mi ruta singular,
a buen puerto, me conducen,
a dormir y estar en paz.
"...Soy capitán de un navío,
Barquereño por demás,
San Vicente está en mi norte,
la Barquera es mi postal..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/07/15
que navega por el mar,
con las velas desplegadas
y con luz en el fanal.
Lleva en su mástil bandera
donde dice libertad,
y es su proa quien recorta
esas olitas de sal.
Olas que van y que vienen
como buscando el azar,
como hacen las gaviotas
al pasar el gavilán.
Soy capitán de un navío
y eso es algo muy especial,
con el traje marinero
y mi boina singular.
Voy cantando por cubierta,
no me olvido del sedal,
y tampoco de la caña
en su extraño cacear.
Hoy los peces se relajan
y no muestran la señal,
ya no pican los anzuelos
y no muerden la "carná"
Soy capitán de un navío
y no lo puedo negar,
se adivina en mis pupilas
y en mi rostro y en mi faz.
Soy grumete y soy poeta
y así escribo en altamar,
al abrigo de galernas
y del duro temporal.
Por la noche, las estrellas,
son mi ruta singular,
a buen puerto, me conducen,
a dormir y estar en paz.
"...Soy capitán de un navío,
Barquereño por demás,
San Vicente está en mi norte,
la Barquera es mi postal..."
Rafael Sánchez Ortega ©
31/07/15
QUIERO SENTIR LA RIMA DE TUS MANOS...
Quiero sentir la rima de tus manos
buscar entre mis labios la sonrisa,
el vuelo singular de las alondras,
la noche que comienza con su cita.
Y siento que me abrazan sensaciones,
quizás desde tus ojos desprendidas,
pequeñas mariposas que retornan
buscando las farolas de la esquina.
Es una situación extraordinaria
que cuesta relatar y trascribirla,
por eso yo la vivo intensamente
y sigo mi camino de puntillas.
Te miro mientras miras al espacio
y siento, en tus mejillas, la caricia,
el roce imperceptible de mis dedos
que llegan a tu lado con la brisa.
Recuerdo, en esta fecha los suspiros,
el lecho que acercaba nuestras vidas,
el beso irreverente de unos labios
y el tiempo suspendido y de vigilia.
Recuerdo, como nunca, la sorpresa,
la mano entrelazada, entre la mía,
mi dedo dibujando entre tus senos
y el brillo singular de tus pupilas.
Entonces me atenaza la impaciencia
y el tiempo se acelera muy deprisa,
deseo que las horas se aceleren
y vuelva a revivir aquellos días.
Porque esa sensación, inenarrable,
pudimos, con fervor, así vivirla,
uniendo nuestros cuerpos en un acto
dejando que el amor fuera su rima.
"...Quiero sentir el verso de tus manos
y así vivir la hermosa poesía,
aquella que nació de tus entrañas
y vino hasta mis labios con tu risa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/07/15
buscar entre mis labios la sonrisa,
el vuelo singular de las alondras,
la noche que comienza con su cita.
Y siento que me abrazan sensaciones,
quizás desde tus ojos desprendidas,
pequeñas mariposas que retornan
buscando las farolas de la esquina.
Es una situación extraordinaria
que cuesta relatar y trascribirla,
por eso yo la vivo intensamente
y sigo mi camino de puntillas.
Te miro mientras miras al espacio
y siento, en tus mejillas, la caricia,
el roce imperceptible de mis dedos
que llegan a tu lado con la brisa.
Recuerdo, en esta fecha los suspiros,
el lecho que acercaba nuestras vidas,
el beso irreverente de unos labios
y el tiempo suspendido y de vigilia.
Recuerdo, como nunca, la sorpresa,
la mano entrelazada, entre la mía,
mi dedo dibujando entre tus senos
y el brillo singular de tus pupilas.
Entonces me atenaza la impaciencia
y el tiempo se acelera muy deprisa,
deseo que las horas se aceleren
y vuelva a revivir aquellos días.
Porque esa sensación, inenarrable,
pudimos, con fervor, así vivirla,
uniendo nuestros cuerpos en un acto
dejando que el amor fuera su rima.
"...Quiero sentir el verso de tus manos
y así vivir la hermosa poesía,
aquella que nació de tus entrañas
y vino hasta mis labios con tu risa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
30/07/15
DIME SILENCIO QUÉ ESCONDES...
Dime silencio qué escondes
y cuan celoso lo guardas,
ya ves que sigo mis pasos
bajo la lluvia del alma.
Sigo buscando ese beso,
el que dejaron con gracia,
las golondrinas fugaces
cuando movían sus alas.
Voy por la tarde serena
tras la silueta que marcha,
con ese sol del estío
que cierra ya las pestañas.
Soy como un niño curioso,
corro y le miro la cara,
pero una luna, en lo alto,
dice que no, ¡no hace falta!
Que no persiga al lucero
ni corra tras esa farsa,
que me concentre en la noche
y en las praderas tan blancas.
Que baje a los arenales
donde la mar y la playa,
forman un cuadro perfecto
para el que llega y se baña.
Dicen que salen sirenas
entre las sombras, ufanas,
y se pasean cantando
por las arenas doradas.
Pero el candor de la luna
hace volver a la infancia,
a esa carita traviesa
llena de amor y jarana.
Miro a la luna coqueta,
veo sus labios que hablan,
sueño que estoy a su lado
para escuchar lo que parla.
Porque sus labios silentes
son dos luceros del alba,
llenos de amor y suspiros
que hacen sonar las campanas.
"...Dime silencio qué escondes,
y no me digas que nada,
porque sé bien, que en tus labios,
alguien dejó mi esperanza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/15
y cuan celoso lo guardas,
ya ves que sigo mis pasos
bajo la lluvia del alma.
Sigo buscando ese beso,
el que dejaron con gracia,
las golondrinas fugaces
cuando movían sus alas.
Voy por la tarde serena
tras la silueta que marcha,
con ese sol del estío
que cierra ya las pestañas.
Soy como un niño curioso,
corro y le miro la cara,
pero una luna, en lo alto,
dice que no, ¡no hace falta!
Que no persiga al lucero
ni corra tras esa farsa,
que me concentre en la noche
y en las praderas tan blancas.
Que baje a los arenales
donde la mar y la playa,
forman un cuadro perfecto
para el que llega y se baña.
Dicen que salen sirenas
entre las sombras, ufanas,
y se pasean cantando
por las arenas doradas.
Pero el candor de la luna
hace volver a la infancia,
a esa carita traviesa
llena de amor y jarana.
Miro a la luna coqueta,
veo sus labios que hablan,
sueño que estoy a su lado
para escuchar lo que parla.
Porque sus labios silentes
son dos luceros del alba,
llenos de amor y suspiros
que hacen sonar las campanas.
"...Dime silencio qué escondes,
y no me digas que nada,
porque sé bien, que en tus labios,
alguien dejó mi esperanza..."
Rafael Sánchez Ortega ©
29/07/15
ME CANSÉ DE ESCRIBIRTE...
Me cansé de escribirte
una noche cualquiera,
en que tú me ignoraste
y te fuiste de juerga.
Me dejaste tan solo
que lloraron las piedras,
de aquel banco vacío
donde estaban mis piernas.
Sobre el banco quedaron
las sonrisas y penas,
los proyectos y sueños
que hacia ti yo sintiera.
Porque todo es teatro
y ya vi la comedia,
en que solo los niños
se enamoran y tiemblan.
Y se fueron las horas,
madrugadas y siestas,
y quedó destrozado
aquel banco de feria.
Me cansé de escribirte
y quedé con mi pena,
con mi eterna sonrisa
que era ahora una mueca.
Y lloré, como lloran,
los que aman de veras,
los que dejan sus ojos,
soñolientos, sin fuerza.
Y pensé, que la vida,
era un pozo cualquiera,
una extensa cloaca
de mentiras eternas.
Otra vez, en silencio,
musité que volvieras,
que llegara a tu lado
mi sencillo poema.
Y soñé que era cierto,
el que tú lo leyeras,
y volvieras de prisa
a limpiar mi conciencia.
"...Me cansé de escribirte
y tracé mi condena,
al perder a tus labios
y tus besos de fresa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/08/15
una noche cualquiera,
en que tú me ignoraste
y te fuiste de juerga.
Me dejaste tan solo
que lloraron las piedras,
de aquel banco vacío
donde estaban mis piernas.
Sobre el banco quedaron
las sonrisas y penas,
los proyectos y sueños
que hacia ti yo sintiera.
Porque todo es teatro
y ya vi la comedia,
en que solo los niños
se enamoran y tiemblan.
Y se fueron las horas,
madrugadas y siestas,
y quedó destrozado
aquel banco de feria.
Me cansé de escribirte
y quedé con mi pena,
con mi eterna sonrisa
que era ahora una mueca.
Y lloré, como lloran,
los que aman de veras,
los que dejan sus ojos,
soñolientos, sin fuerza.
Y pensé, que la vida,
era un pozo cualquiera,
una extensa cloaca
de mentiras eternas.
Otra vez, en silencio,
musité que volvieras,
que llegara a tu lado
mi sencillo poema.
Y soñé que era cierto,
el que tú lo leyeras,
y volvieras de prisa
a limpiar mi conciencia.
"...Me cansé de escribirte
y tracé mi condena,
al perder a tus labios
y tus besos de fresa..."
Rafael Sánchez Ortega ©
28/08/15
EN TU AUSENCIA...
En tu ausencia miro la ventana,
dejo que mi mano, en tu melena,
roce dulcemente tu cabello,
sienta la caricia de la siesta.
Sigo prisionero de tu encanto,
busco entre tus senos las violetas,
hago señalar esos caminos
viejos y azotados de leyendas.
Miro caminar a caracoles
sobre los alambres y las cercas,
veo planear a las gaviotas
para descender sobre la arena.
Siento que la tierra me suspira
y es solo un rumor lo que me deja,
versos inconclusos e incompletos,
frases que podían ser poemas.
En tu ausencia miro hacia la luna,
busco sin cesar a las estrellas,
siento campanillas en el alma
oigo susurrar a las mareas.
Pienso que tú estás, aunque no estés,
porque estás en mi pecho y tan cerca,
que puedo acariciar los claveles,
que dejas cada día en mi puerta.
No sé mi Amor qué pensarás,
ni sé lo que surge por tus cejas,
más quiero te lleguen mis palabras
por medio de estas letras revueltas.
Así que ya termino esta carta,
la mando a una estrella cualquiera,
la digo que navegue sin prisas
para ir a una playa desierta.
Hoy no tengo la noche muy fina
ni tengo ese candor y la esencia
que deben brindarse a los hombres
para dar el sabor al poema.
Es por eso que cierro los ojos
y también la cancela y la puerta,
para estar a tu lado, en silencio
y buscar, con pasión, a tu lengua.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/15
dejo que mi mano, en tu melena,
roce dulcemente tu cabello,
sienta la caricia de la siesta.
Sigo prisionero de tu encanto,
busco entre tus senos las violetas,
hago señalar esos caminos
viejos y azotados de leyendas.
Miro caminar a caracoles
sobre los alambres y las cercas,
veo planear a las gaviotas
para descender sobre la arena.
Siento que la tierra me suspira
y es solo un rumor lo que me deja,
versos inconclusos e incompletos,
frases que podían ser poemas.
En tu ausencia miro hacia la luna,
busco sin cesar a las estrellas,
siento campanillas en el alma
oigo susurrar a las mareas.
Pienso que tú estás, aunque no estés,
porque estás en mi pecho y tan cerca,
que puedo acariciar los claveles,
que dejas cada día en mi puerta.
No sé mi Amor qué pensarás,
ni sé lo que surge por tus cejas,
más quiero te lleguen mis palabras
por medio de estas letras revueltas.
Así que ya termino esta carta,
la mando a una estrella cualquiera,
la digo que navegue sin prisas
para ir a una playa desierta.
Hoy no tengo la noche muy fina
ni tengo ese candor y la esencia
que deben brindarse a los hombres
para dar el sabor al poema.
Es por eso que cierro los ojos
y también la cancela y la puerta,
para estar a tu lado, en silencio
y buscar, con pasión, a tu lengua.
Rafael Sánchez Ortega ©
27/07/15
POR AQUELLAS CALLES...
Por aquellas calles
de triste recuerdo,
yo vi que dejaban
su sombra los cuervos.
La negra figura,
el luto encubierto,
y aquella amenaza
narrada en los cuentos.
Qué susto más grande
sentía yo al verlos,
pensando en la muerte
y el traje de negro.
Volvía la infancia
quizás de muy lejos,
con negros crespones
de viajes y ancestros.
La cruz de la iglesia,
el roble señero,
la oscura campana
de toque tan tétrico.
La noche infinita,
la luz de los ciegos,
las sombras que cubren
las nubes y el cielo.
Pero en esas calles
nacieron los sueños,
la risa infinita
y el mal de los cuerdos.
Nacieron, sin duda,
suspiros y anhelos,
con ganas de verte
y anclar en tu puerto.
Buscar las gaviotas
pasar con su vuelo,
decirle a la luna
que sí, que te quiero.
Que estoy en presente,
que siento tu seno,
la espalda infinita,
tus muslos traviesos.
Y así, sin pensarlo,
haré que mis besos,
recorran tu boca
venciendo su miedo.
Serán mil caricias
que irán en silencio,
diciendo tu nombre
sin más, con mis dedos.
"...Por algunas calles
pasó mi deseo,
y te amé, mi vida,
aún sin saberlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/15
de triste recuerdo,
yo vi que dejaban
su sombra los cuervos.
La negra figura,
el luto encubierto,
y aquella amenaza
narrada en los cuentos.
Qué susto más grande
sentía yo al verlos,
pensando en la muerte
y el traje de negro.
Volvía la infancia
quizás de muy lejos,
con negros crespones
de viajes y ancestros.
La cruz de la iglesia,
el roble señero,
la oscura campana
de toque tan tétrico.
La noche infinita,
la luz de los ciegos,
las sombras que cubren
las nubes y el cielo.
Pero en esas calles
nacieron los sueños,
la risa infinita
y el mal de los cuerdos.
Nacieron, sin duda,
suspiros y anhelos,
con ganas de verte
y anclar en tu puerto.
Buscar las gaviotas
pasar con su vuelo,
decirle a la luna
que sí, que te quiero.
Que estoy en presente,
que siento tu seno,
la espalda infinita,
tus muslos traviesos.
Y así, sin pensarlo,
haré que mis besos,
recorran tu boca
venciendo su miedo.
Serán mil caricias
que irán en silencio,
diciendo tu nombre
sin más, con mis dedos.
"...Por algunas calles
pasó mi deseo,
y te amé, mi vida,
aún sin saberlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/07/15
ÁRBOL VIEJO...
Árbol viejo que te inclinas,
y por fuerza centenario,
con el viento del oeste
y ese peso de los años.
Tú que has visto tantas cosas
dame ahora tu regalo,
el que guardas en las ramas
y en el tronco bien tatuado.
Allí están esas cuartillas
y esas páginas sin marcos,
oropeles y leyendas
sostenidas por un lazo.
Allí están tantas palabras
susurradas a tu lado,
por los labios juveniles
y amorosos del verano.
Árbol viejo que vacilas,
como justo, bueno y sabio,
dime tú, la quintaesencia,
de los montes y los hados.
Porque todo es poesía,
y también, en los abrazos,
hay mil ramas que protegen
esa danza de las manos.
Los dibujos juveniles
por senderos deseados,
y las líneas convergentes
que se cruzan en sus pasos.
Crece el pasto el la floresta
y hasta el musgo río abajo,
como crecen las pasiones
de unos cuerpos bajo el árbol.
"...Árbol viejo que ahora esperas
ese beso de mis labios,
ten paciencia, que yo espero
a ese labio para darlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/15
y por fuerza centenario,
con el viento del oeste
y ese peso de los años.
Tú que has visto tantas cosas
dame ahora tu regalo,
el que guardas en las ramas
y en el tronco bien tatuado.
Allí están esas cuartillas
y esas páginas sin marcos,
oropeles y leyendas
sostenidas por un lazo.
Allí están tantas palabras
susurradas a tu lado,
por los labios juveniles
y amorosos del verano.
Árbol viejo que vacilas,
como justo, bueno y sabio,
dime tú, la quintaesencia,
de los montes y los hados.
Porque todo es poesía,
y también, en los abrazos,
hay mil ramas que protegen
esa danza de las manos.
Los dibujos juveniles
por senderos deseados,
y las líneas convergentes
que se cruzan en sus pasos.
Crece el pasto el la floresta
y hasta el musgo río abajo,
como crecen las pasiones
de unos cuerpos bajo el árbol.
"...Árbol viejo que ahora esperas
ese beso de mis labios,
ten paciencia, que yo espero
a ese labio para darlo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/07/15
RECORDAR...
Recordar, siempre es bonito,
cuando suspiran las almas,
cuando vuelan las gaviotas
y nos rozan con sus alas.
¡Pero volver a un pasado
del que destaca una cara,
a unos labios entreabiertos
y a ese beso que me mandas...!
Quiero vivir el recuerdo
en presente y en mañana,
renovarlo cada día
con el sol y con el alba.
Y también con esa lluvia
que nos moja y nos empapa,
y así mismo del nordeste
con la brisa que nos manda.
Recordar, siempre es hermoso,
cuando piensas en quien amas,
cuando escuchas los latidos
de ese pecho que es tu casa.
Porque la sangre acelera
en las venas sus campanas,
y te dice que adelante
que no temas su llamada.
Hay un lecho, en el recuerdo,
que conserva la fragancia,
del sudor con los aromas
de dos cuerpos en batalla.
Y ese cuarto, silencioso,
es testigo, sin palabras,
de aquel tiempo y su recuerdo
que ahora pido sin tardanza.
Recordar siempre, el momento,
de cruzarse dos miradas,
una tuya y otra mía
que, nerviosas, se buscaban.
Y, después dejar que, libres,
nuestras almas se marcharan
por el cielo y con sus sueños
a perderse en lontananza.
A apagar la sed ardiente
con el agua en la fontana,
y ese néctar, que los dioses,
nos libaron con su magia.
Es por eso que yo ansío
descorrer las telarañas,
encontrarme entre tus brazos
y acortar tanta distancia.
"...Recordar y recordarte
es un algo que me abrasa,
es pasión incandescente
y es Amor, lo que aquí clama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/15
cuando suspiran las almas,
cuando vuelan las gaviotas
y nos rozan con sus alas.
¡Pero volver a un pasado
del que destaca una cara,
a unos labios entreabiertos
y a ese beso que me mandas...!
Quiero vivir el recuerdo
en presente y en mañana,
renovarlo cada día
con el sol y con el alba.
Y también con esa lluvia
que nos moja y nos empapa,
y así mismo del nordeste
con la brisa que nos manda.
Recordar, siempre es hermoso,
cuando piensas en quien amas,
cuando escuchas los latidos
de ese pecho que es tu casa.
Porque la sangre acelera
en las venas sus campanas,
y te dice que adelante
que no temas su llamada.
Hay un lecho, en el recuerdo,
que conserva la fragancia,
del sudor con los aromas
de dos cuerpos en batalla.
Y ese cuarto, silencioso,
es testigo, sin palabras,
de aquel tiempo y su recuerdo
que ahora pido sin tardanza.
Recordar siempre, el momento,
de cruzarse dos miradas,
una tuya y otra mía
que, nerviosas, se buscaban.
Y, después dejar que, libres,
nuestras almas se marcharan
por el cielo y con sus sueños
a perderse en lontananza.
A apagar la sed ardiente
con el agua en la fontana,
y ese néctar, que los dioses,
nos libaron con su magia.
Es por eso que yo ansío
descorrer las telarañas,
encontrarme entre tus brazos
y acortar tanta distancia.
"...Recordar y recordarte
es un algo que me abrasa,
es pasión incandescente
y es Amor, lo que aquí clama..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/07/15
PORQUE ES BONITO...
Porque es bonito regresar de noche
y encontrar a tus letras esperando,
aunque estén empapadas del rocío
y las sombras las cubran con su manto...
Es por eso, quizás, tanta belleza
y, ante ella, me quede yo extasiado,
contemplando los signos tan nerviosos
de la tinta dejada por tu mano.
Unos dedos trazaron esos versos,
y unos labios así los musitaron,
para ser los testigos de la noche
portadores de citas y recados.
En tus letras me dices que me quieres,
que suspiras y piensas lo que hago,
si camino con paso presuroso
o si miro la tele cabizbajo.
Pero leo, en silencio, la cuartilla
y prosigo, sin miedo, tu relato,
y así veo que me hablas de la compra,
de paseos y lista de recados.
Pero entonces se funde en el poema
una fecha crucial del calendario,
aquel día vivido y compartido
y las noches sin nombre de aquel mayo.
Fue un instante fugaz, lo reconozco,
donde el tiempo fundimos y paramos,
para ser los actores de esa escena
y los dueños, sin duda, del teatro.
Nos amamos, Amor, como dos locos
y vivimos instantes embriagados,
hasta el punto de ser como los niños
que mezclamos la magia y los abrazos.
"...Porque es bonito regresar, con tiempo,
al pasado reciente, entre tus labios,
eso hacen mis besos, Amor mío,
que te esperan aquí, casi temblando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/07/15
y encontrar a tus letras esperando,
aunque estén empapadas del rocío
y las sombras las cubran con su manto...
Es por eso, quizás, tanta belleza
y, ante ella, me quede yo extasiado,
contemplando los signos tan nerviosos
de la tinta dejada por tu mano.
Unos dedos trazaron esos versos,
y unos labios así los musitaron,
para ser los testigos de la noche
portadores de citas y recados.
En tus letras me dices que me quieres,
que suspiras y piensas lo que hago,
si camino con paso presuroso
o si miro la tele cabizbajo.
Pero leo, en silencio, la cuartilla
y prosigo, sin miedo, tu relato,
y así veo que me hablas de la compra,
de paseos y lista de recados.
Pero entonces se funde en el poema
una fecha crucial del calendario,
aquel día vivido y compartido
y las noches sin nombre de aquel mayo.
Fue un instante fugaz, lo reconozco,
donde el tiempo fundimos y paramos,
para ser los actores de esa escena
y los dueños, sin duda, del teatro.
Nos amamos, Amor, como dos locos
y vivimos instantes embriagados,
hasta el punto de ser como los niños
que mezclamos la magia y los abrazos.
"...Porque es bonito regresar, con tiempo,
al pasado reciente, entre tus labios,
eso hacen mis besos, Amor mío,
que te esperan aquí, casi temblando..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/07/15
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