EL SILENCIO...


El silencio es un témpano vacío
carente de ataúd y de mortaja,
una tilde que surca el horizonte
buscando su palabra entre la nada.

Pero quiero silencios compartidos
y la risa brotando en tu garganta,
con la luz deliciosa de alegría
que desprende, sin duda, tu mirada.

Porque tienes la gracia y el salero
de romper el silencio con tu charla,
de fundir ese hielo tenebroso
y apartar las profundas telarañas.

Eres flor que despierta cada día
con el rayo del sol y con el alba,
y susurras canciones a los cielos
alegrando, de paso, la mañana.

Y por eso te tomo de la mano
y buscamos caminos que, en los mapas,
aparecen oscuros y en silencio
con palabras borrosas y olvidadas.

Nos guiamos siguiendo los cipreses,
alcanzando los muros que se alzan
a los pies del oscuro cementerio
donde duermen, sin voz, muchas espaldas.

Pero quiero seguir más adelante
y enseñarte la luna, tan lozana,
que en el cielo se viste de amapola
en la noche de tules plateada.

El silencio suspira en las esquinas,
se apodera de cuerpos y de almas,
y una gota brillante de rocío
acaricia, de pronto, tus pestañas.

"...El silencio se rompe con silencios
y con besos al labio de quien ama,
cuando el hielo se funde en un abrazo
en virtud del Amor que se consagra..."

Rafael Sánchez Ortega ©
01/08/15

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