ERA UN NIÑO PEQUEÑITO...
Era un niño pequeñito
como el verso de un poema,
con dos ojos vivarachos
que lucían cual estrellas.
Un abuelo vigilaba
esa hora de la siesta,
y miraba complacido
a su nieto, sin sorpresa.
Pero el niño no dormía
y seguía con su fiesta,
parloteos inaudibles
y también con pataletas.
El voz alta el abuelito
desgranaba una leyenda,
y le hablaba de los mares
de las playas y sirenas.
Nuestro niño palmeaba
sus manitas hoy tan tiernas,
y mandaba, con sus dedos,
un mensaje a quien lo quiera.
Es la infancia y es la vida,
el susurro que nos llega,
es la voz, entrecortada,
y el relato de la tierra.
En la vida, donde hay niños,
hay abuelos a su vera;
y éstos cantan viejas nanas
para que, ellos bien, se duerman.
Pero un día los relojes
sonarán de otra manera,
y los dulces querubines
al abuelo darán guerra.
"...Era un niño pequeñito,
una cuna y un cometa,
y un abuelo que, orgulloso,
le mecía con paciencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/17
como el verso de un poema,
con dos ojos vivarachos
que lucían cual estrellas.
Un abuelo vigilaba
esa hora de la siesta,
y miraba complacido
a su nieto, sin sorpresa.
Pero el niño no dormía
y seguía con su fiesta,
parloteos inaudibles
y también con pataletas.
El voz alta el abuelito
desgranaba una leyenda,
y le hablaba de los mares
de las playas y sirenas.
Nuestro niño palmeaba
sus manitas hoy tan tiernas,
y mandaba, con sus dedos,
un mensaje a quien lo quiera.
Es la infancia y es la vida,
el susurro que nos llega,
es la voz, entrecortada,
y el relato de la tierra.
En la vida, donde hay niños,
hay abuelos a su vera;
y éstos cantan viejas nanas
para que, ellos bien, se duerman.
Pero un día los relojes
sonarán de otra manera,
y los dulces querubines
al abuelo darán guerra.
"...Era un niño pequeñito,
una cuna y un cometa,
y un abuelo que, orgulloso,
le mecía con paciencia..."
Rafael Sánchez Ortega ©
26/02/17
DOS LÁGRIMAS QUISIERON...
Dos lágrimas quisieron
vivir una aventura,
bajando de unos ojos
en busca de fortuna.
Llegaron a la tierra
cubiertas por la bruma
y a lomos de un pegaso
marcharon las muy tunas.
Creían que la vida
promueve la ternura
a poco que suspiren
las rosas a la luna.
Y es cierto que pensaran
todo eso en su locura,
también que fueran lejos
sin mallas y preguntas.
Pasaron mil aldeas,
solanas y penumbras,
llegando hasta el otoño
cubiertas con arrugas.
El tiempo se pasaba
y el sol, con su dulzura,
dejaba sus caricias
de forma vagabunda.
Quería que entendieran
el mundo y las costuras,
retales de pasiones
cosidos con astucia.
También se evaporaban
las gotas diminutas,
al paso de los años
no viendo fuente alguna.
"... Dos lágrimas quisieron
salirse con la suya,
volaron de unos ojos
perdiendo su hermosura..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/17
vivir una aventura,
bajando de unos ojos
en busca de fortuna.
Llegaron a la tierra
cubiertas por la bruma
y a lomos de un pegaso
marcharon las muy tunas.
Creían que la vida
promueve la ternura
a poco que suspiren
las rosas a la luna.
Y es cierto que pensaran
todo eso en su locura,
también que fueran lejos
sin mallas y preguntas.
Pasaron mil aldeas,
solanas y penumbras,
llegando hasta el otoño
cubiertas con arrugas.
El tiempo se pasaba
y el sol, con su dulzura,
dejaba sus caricias
de forma vagabunda.
Quería que entendieran
el mundo y las costuras,
retales de pasiones
cosidos con astucia.
También se evaporaban
las gotas diminutas,
al paso de los años
no viendo fuente alguna.
"... Dos lágrimas quisieron
salirse con la suya,
volaron de unos ojos
perdiendo su hermosura..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/17
POR SI NO LO SABÍAS...
Por si no lo sabías
aquí tengo un regalo,
una luna de plata
con un beso robado.
Con gran celo, sin duda,
para ti te lo guardo,
y una noche cualquiera
volará hasta tus labios.
Te dirá que te quiero
y también que te amo,
y la luna coqueta
sonreirá con agrado.
Ese beso sencillo
es un verso y un canto,
un ladrón de caricias
que se duerme en tus brazos.
Y la luna de plata,
con cabellos dorados,
bajará hasta la playa
a sentir tu regazo.
Buscará entre las olas
su reflejo tan blanco,
ese espejo sublime
que nosotros miramos.
Para ver a los niños
y a los hombres jugando,
compartiendo sonrisas
y cometas y barcos.
Son personas distintas
pero iguales y humanos,
y la luna de plata
sentirá que es sagrado.
"...Por si no lo sabías
aún te estoy esperando,
para ir a la playa
con tu mano en mi mano..."
Rafael Sánchez Ortega ©
25/02/17
APRECIA LAS CARICIAS DE LAS OLAS...
Aprecia las caricias de las olas
y vuela, golondrina, sobre el mar,
sabrás como navegan las traineras
y bregan los marinos con afán.
Verás la quintaesencia de la vida,
el faro de la costa, el cormorán,
también a la gaviota tan coqueta
que suele, por el puerto, pasear.
Y luego, cuando vuelvas a tu casa,
seguro que atraviesas un marjal,
con fauna variopinta y silenciosa
que espera que la noche llegue ya.
Serás, si tú bien quieres, la sirena,
la bella princesita de coral,
el ave juguetona, que en la tarde,
cruzaba por los cielos en zig-zag.
No temas, golondrina, las resacas
ni el viento que te manda el vendaval,
estímalo cual beso de unos labios
que entregan la pasión de algún volcán.
Ya llega, para ti, la primavera,
y entonces, con la misma, volverás,
sin prisas y sin pausas, en tus vuelos,
a ser ese cometa singular.
La bella cenicienta de las rimas
del ojo que te sigue en el cristal,
el verso que da paso a los poemas
del niño que precisa ser juglar.
Tú tienes el encanto de las hadas
y vuelves de los mares con la sal,
las algas y el salitre de la costa,
te nublan tus ojitos de azafrán.
"...Aprecia las caricias de las olas
y sigue, golondrina, tu volar,
seguro que hallarás ese latido
y el verso que alguien guarda en su rosal..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/02/17
y vuela, golondrina, sobre el mar,
sabrás como navegan las traineras
y bregan los marinos con afán.
Verás la quintaesencia de la vida,
el faro de la costa, el cormorán,
también a la gaviota tan coqueta
que suele, por el puerto, pasear.
Y luego, cuando vuelvas a tu casa,
seguro que atraviesas un marjal,
con fauna variopinta y silenciosa
que espera que la noche llegue ya.
Serás, si tú bien quieres, la sirena,
la bella princesita de coral,
el ave juguetona, que en la tarde,
cruzaba por los cielos en zig-zag.
No temas, golondrina, las resacas
ni el viento que te manda el vendaval,
estímalo cual beso de unos labios
que entregan la pasión de algún volcán.
Ya llega, para ti, la primavera,
y entonces, con la misma, volverás,
sin prisas y sin pausas, en tus vuelos,
a ser ese cometa singular.
La bella cenicienta de las rimas
del ojo que te sigue en el cristal,
el verso que da paso a los poemas
del niño que precisa ser juglar.
Tú tienes el encanto de las hadas
y vuelves de los mares con la sal,
las algas y el salitre de la costa,
te nublan tus ojitos de azafrán.
"...Aprecia las caricias de las olas
y sigue, golondrina, tu volar,
seguro que hallarás ese latido
y el verso que alguien guarda en su rosal..."
Rafael Sánchez Ortega ©
24/02/17
VOLASTE GOLONDRINA...
Volaste golondrina de mi lado
en busca de una nueva primavera,
dejabas al otoño en el tejado
y un sueño de cristal en la nevera.
Tu marcha me dejaba ensimismado
y un tanto alicaída mi cadera,
te quise y te quería con agrado
tratando de gozar con tu quimera.
Pero era comprensible tu espantada
y el cambio de los ciclos de la luna,
partías a una nueva remontada
en busca de la paz y la fortuna.
"...Ya sé que con tu marcha yo te pierdo,
te vas pero me dejas tu recuerdo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/02/17
en busca de una nueva primavera,
dejabas al otoño en el tejado
y un sueño de cristal en la nevera.
Tu marcha me dejaba ensimismado
y un tanto alicaída mi cadera,
te quise y te quería con agrado
tratando de gozar con tu quimera.
Pero era comprensible tu espantada
y el cambio de los ciclos de la luna,
partías a una nueva remontada
en busca de la paz y la fortuna.
"...Ya sé que con tu marcha yo te pierdo,
te vas pero me dejas tu recuerdo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
23/02/17
NO BUSCO LA PALABRA LISONJERA...
No busco la palabra lisonjera
que calme las galernas de mi alma,
tampoco yo la quiero y la persigo
y trato de seguir así mi marcha.
La vida es un camino por senderos,
plagado de tormentas y de matas,
llevamos la mochila bien cubierta
y a veces unos rayos nos alcanzan.
Metáforas de luz y de sonidos,
estados de emoción y menopausia,
locura de emoción para los ojos
que lloran sin saber, cuál es la causa.
Por eso me remito a los comienzos,
al tiempo de la infancia sin resacas,
allí donde los mares eran verdes
con olas y con algas, en sus playas.
Me duermo entre claveles y jazmines
ajeno a los acosos de las hadas,
no pienso en querubines de los cuentos,
tampoco en los piratas de las plazas.
Quizás un cosquilleo intermitente,
la niebla que se abre en las pestañas,
aquella mariposa que rozando
dejaba la fragancia de las jaras.
La tarde nos ofrece mil suspiros
y en unos es la voz de las cigarras,
en otros con susurros diferente
que tañen el candor de las campanas.
Pequeñas celosías de los sueños,
cristales que soportan telarañas,
algunas lentejuelas en los ojos
preludio de la lluvia y de unas lágrimas.
"...No busco la palabra lisonjera
y trato de salir de mi coraza,
decía un escritor un tanto imberbe,
llevando hasta su boca la manzana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/17
que calme las galernas de mi alma,
tampoco yo la quiero y la persigo
y trato de seguir así mi marcha.
La vida es un camino por senderos,
plagado de tormentas y de matas,
llevamos la mochila bien cubierta
y a veces unos rayos nos alcanzan.
Metáforas de luz y de sonidos,
estados de emoción y menopausia,
locura de emoción para los ojos
que lloran sin saber, cuál es la causa.
Por eso me remito a los comienzos,
al tiempo de la infancia sin resacas,
allí donde los mares eran verdes
con olas y con algas, en sus playas.
Me duermo entre claveles y jazmines
ajeno a los acosos de las hadas,
no pienso en querubines de los cuentos,
tampoco en los piratas de las plazas.
Quizás un cosquilleo intermitente,
la niebla que se abre en las pestañas,
aquella mariposa que rozando
dejaba la fragancia de las jaras.
La tarde nos ofrece mil suspiros
y en unos es la voz de las cigarras,
en otros con susurros diferente
que tañen el candor de las campanas.
Pequeñas celosías de los sueños,
cristales que soportan telarañas,
algunas lentejuelas en los ojos
preludio de la lluvia y de unas lágrimas.
"...No busco la palabra lisonjera
y trato de salir de mi coraza,
decía un escritor un tanto imberbe,
llevando hasta su boca la manzana..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/02/17
INVITO A LAS SIRENAS...
Invito a las sirenas
que canten a la luna,
que busquen por la playa
las conchas diminutas.
Que sigan y no paren
y acepten la locura
de ser en estas horas
un rayo de fortuna.
El sueño de los niños,
la nana y la ternura,
la magia de unos cuentos
surgidos de la bruma.
Las hadas dieron paso
al bosque y la llanura,
cubiertos de amapolas
y el agua de la lluvia.
La niebla está presente,
no quepa menor duda,
se ven muy caprichosas
las formas tan difusas.
Siluetas indelebles,
jinetes sin montura,
dos sombras se deslizan
pisando la laguna.
Cristales relucientes
asoman y relumbran,
al paso de la niebla
ahogando las preguntas.
Pero es la caracola
la dueña de la pluma,
y el eco de sus versos
nos llegan con dulzura.
"...Bendita la sirena
que vino hasta la cuna,
y trajo, con su lira,
la luz que estaba oculta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/17
que canten a la luna,
que busquen por la playa
las conchas diminutas.
Que sigan y no paren
y acepten la locura
de ser en estas horas
un rayo de fortuna.
El sueño de los niños,
la nana y la ternura,
la magia de unos cuentos
surgidos de la bruma.
Las hadas dieron paso
al bosque y la llanura,
cubiertos de amapolas
y el agua de la lluvia.
La niebla está presente,
no quepa menor duda,
se ven muy caprichosas
las formas tan difusas.
Siluetas indelebles,
jinetes sin montura,
dos sombras se deslizan
pisando la laguna.
Cristales relucientes
asoman y relumbran,
al paso de la niebla
ahogando las preguntas.
Pero es la caracola
la dueña de la pluma,
y el eco de sus versos
nos llegan con dulzura.
"...Bendita la sirena
que vino hasta la cuna,
y trajo, con su lira,
la luz que estaba oculta..."
Rafael Sánchez Ortega ©
21/02/17
POR UNA CARRETERA...
Por una carretera
sembrada con espinos,
volvía una chiquilla
de clase y sin abrigo.
La cara arrebolada,
no tanto por el frío,
quizás por las historias
leídas en los libros.
Romances y aventuras
estaban allí unidos,
cosidos a leyendas
en sitios muy distintos.
Había Don Quijotes
igual que Lazarillos,
había Rocinantes
cuidados por mendigos.
Y aquella carretera,
seguida con sigilo,
pisaba la muchacha
lanzando mil suspiros.
Envuelta entre los sueños
seguía su destino,
buscaba a las estrellas
y el cielo azul y limpio.
Allí, entre las nubes,
habìa muchos niños,
jugando a ser mayores
y así, más atrevidos.
¡Pequeña mariposa
que escapas a tu sino,
no dejes que te alcancen
las ondas de los ríos!
"...Por esa carretera,
de un pecho de granito,
dejaste, bella niña,
tu nombre en ella escrito..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/17
sembrada con espinos,
volvía una chiquilla
de clase y sin abrigo.
La cara arrebolada,
no tanto por el frío,
quizás por las historias
leídas en los libros.
Romances y aventuras
estaban allí unidos,
cosidos a leyendas
en sitios muy distintos.
Había Don Quijotes
igual que Lazarillos,
había Rocinantes
cuidados por mendigos.
Y aquella carretera,
seguida con sigilo,
pisaba la muchacha
lanzando mil suspiros.
Envuelta entre los sueños
seguía su destino,
buscaba a las estrellas
y el cielo azul y limpio.
Allí, entre las nubes,
habìa muchos niños,
jugando a ser mayores
y así, más atrevidos.
¡Pequeña mariposa
que escapas a tu sino,
no dejes que te alcancen
las ondas de los ríos!
"...Por esa carretera,
de un pecho de granito,
dejaste, bella niña,
tu nombre en ella escrito..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/17
PREFIERO TU MIRADA...
Prefiero tu mirada
temblorosa y sencilla,
aunque sea en silencio
y la traiga la brisa.
Porque sé que tus ojos
buscarán otra vida,
tras los campos de trigo
y lejanas colinas.
Ellas cubren, sin miedo,
las murallas altivas,
de ciudades y aldeas
en la tierra escondidas.
Y sabré por tus labios
el frescor de las rimas,
esos versos sin nombre
que mi pecho ya ansía.
Pero debo adentrarme
en la gruta prohibida,
más allá de los sueños
y de frases escritas.
Porque quiero estar siempre
con la luz encendida,
y el farol de la mano
en tu sangre bendita.
Medidor de las horas
no aceleres deprisa,
ni retrases tampoco
el tic-tac de la cita.
Ten en cuenta que el hombre
necesita caricias,
y el abrazo del niño
con sus dulces manitas.
"...Prefiero tu mirada
soñolienta en la mía,
a una rosa muy bella
que me cause una herida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/17
temblorosa y sencilla,
aunque sea en silencio
y la traiga la brisa.
Porque sé que tus ojos
buscarán otra vida,
tras los campos de trigo
y lejanas colinas.
Ellas cubren, sin miedo,
las murallas altivas,
de ciudades y aldeas
en la tierra escondidas.
Y sabré por tus labios
el frescor de las rimas,
esos versos sin nombre
que mi pecho ya ansía.
Pero debo adentrarme
en la gruta prohibida,
más allá de los sueños
y de frases escritas.
Porque quiero estar siempre
con la luz encendida,
y el farol de la mano
en tu sangre bendita.
Medidor de las horas
no aceleres deprisa,
ni retrases tampoco
el tic-tac de la cita.
Ten en cuenta que el hombre
necesita caricias,
y el abrazo del niño
con sus dulces manitas.
"...Prefiero tu mirada
soñolienta en la mía,
a una rosa muy bella
que me cause una herida..."
Rafael Sánchez Ortega ©
19/02/17
MUCHAS VECES...
Muchas veces los mayores nos transmiten
unas hebras de dulzura que palpitan,
y se quedan para siempre en el recuerdo,
como fotos que en el alma se eternizan.
Y es allí, en sus palabras donde salen
y prosperan primaveras infinitas,
donde surgen las violetas y las rosas
en jardines, y nos dejan mil sonrisas.
Es preciso conservar esos momentos
y guardarlos dulcemente en la hornacina,
para ver de rescatarlos cuando sea
necesario y precisemos su semilla.
Porque siempre quedarán esas palabras
como hilos conductores de una vía,
un camino que conduce hacia adelante
y que busca la estación apetecida.
Otras veces al oído llegan voces
y canciones con eternas chirimías,
son los sueños reflejados en las olas,
son las ondas con acordes de la vida.
Muchas veces los rumores se confunden
con susurros inspirados por la brisa,
con golosas cantinelas de los hombres
que quisieran de la luna sus caricias.
Es correcta su conducta y no me opongo
porque quieren, como yo, la poesía,
esos versos que fabrican nuestros pasos
y que, luego, muchos labios las musitan.
Pero entonces se remueven las entrañas
de la tierra reclamando mil cenizas,
mil historias y leyendas de otras gentes,
esas "hebras" regaladas en su día.
"...Muchas veces los mayores nos soportan,
con paciencia, y nos dan su regañina
generosa y hasta un poco de picante
en el rato en que la tarde ya se estira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/17
unas hebras de dulzura que palpitan,
y se quedan para siempre en el recuerdo,
como fotos que en el alma se eternizan.
Y es allí, en sus palabras donde salen
y prosperan primaveras infinitas,
donde surgen las violetas y las rosas
en jardines, y nos dejan mil sonrisas.
Es preciso conservar esos momentos
y guardarlos dulcemente en la hornacina,
para ver de rescatarlos cuando sea
necesario y precisemos su semilla.
Porque siempre quedarán esas palabras
como hilos conductores de una vía,
un camino que conduce hacia adelante
y que busca la estación apetecida.
Otras veces al oído llegan voces
y canciones con eternas chirimías,
son los sueños reflejados en las olas,
son las ondas con acordes de la vida.
Muchas veces los rumores se confunden
con susurros inspirados por la brisa,
con golosas cantinelas de los hombres
que quisieran de la luna sus caricias.
Es correcta su conducta y no me opongo
porque quieren, como yo, la poesía,
esos versos que fabrican nuestros pasos
y que, luego, muchos labios las musitan.
Pero entonces se remueven las entrañas
de la tierra reclamando mil cenizas,
mil historias y leyendas de otras gentes,
esas "hebras" regaladas en su día.
"...Muchas veces los mayores nos soportan,
con paciencia, y nos dan su regañina
generosa y hasta un poco de picante
en el rato en que la tarde ya se estira..."
Rafael Sánchez Ortega ©
18/02/17
AUNQUE NO TE LO CREAS...
Aunque no te lo creas
he sentido tu aliento,
el calor de tu mano,
la pasión de tus dedos.
Era un día cualquiera
y miraba a lo lejos,
recordando los días
que de prisa se fueron.
Una plaza sin nombre
y la fuente del pueblo,
las palomas buscando
sus migajas del suelo.
Y pasamos nosotros
caminando en silencio,
nuestras manos unidas
y los pechos ardiendo.
Fue la flor de la vida,
el hechizo y el cuento,
dos suspiros unidos
precisando unos besos.
Y buscamos un árbol,
era un roble, recuerdo,
y grabamos dos nombres
en su tallo perfecto.
Ahora llega el otoño
y también el invierno,
con el roble bendito
bajo el frío y el hielo.
Así pasa la vida
y así quedan los sueños,
bajo el árbol y el bosque
del jardín de los cielos.
"...Aunque no te lo creas
yo te sigo queriendo,
a pesar de los años
porque vas en mi pecho..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/17
he sentido tu aliento,
el calor de tu mano,
la pasión de tus dedos.
Era un día cualquiera
y miraba a lo lejos,
recordando los días
que de prisa se fueron.
Una plaza sin nombre
y la fuente del pueblo,
las palomas buscando
sus migajas del suelo.
Y pasamos nosotros
caminando en silencio,
nuestras manos unidas
y los pechos ardiendo.
Fue la flor de la vida,
el hechizo y el cuento,
dos suspiros unidos
precisando unos besos.
Y buscamos un árbol,
era un roble, recuerdo,
y grabamos dos nombres
en su tallo perfecto.
Ahora llega el otoño
y también el invierno,
con el roble bendito
bajo el frío y el hielo.
Así pasa la vida
y así quedan los sueños,
bajo el árbol y el bosque
del jardín de los cielos.
"...Aunque no te lo creas
yo te sigo queriendo,
a pesar de los años
porque vas en mi pecho..."
Rafael Sánchez Ortega ©
17/02/17
PARA QUÉ MIRARTE...
¿Para qué mirarte si estás en mi pecho?,
(corazón hermoso, decía mi madre),
¿para qué sentirte si sé que en el alma
tus dulces latidos me dejan tu imagen?
Quizás muchos hombres no somos conscientes
del tiempo y la vida que dictan verdades,
quizás porque vamos deprisa y corriendo,
y un tanto cansados de andar por las calles.
La vida comienza de nuevo en el día,
y en ella se vuelcan tristeza y pesares,
angustia y nostalgia con dudas y miedos,
que van con nosotros quizás hasta el parque.
Allí entre los bancos buscamos las rosas,
las flores divinas de extraños manjares,
los sueños de plata, tal vez, de la infancia,
y llegan palomas que ofrecen saudades.
MIgajas del tiempo que va en los relojes,
pequeñas escenas que son como instantes,
fracciones de vida que emiten suspiros,
susurros sin voces que alteran la sangre.
Los ojos sonríen las flores se alteran,
es fácil que, entonces, se escuchen cantares,
un duro marino camina hacia el puerto
también las traineras dan vida y señales.
Recuerdo a mi madre rezando en silencio
en tardes preciosas y noches tan graves,
la eterna pregunta del mar y la vida,
con duras respuestas de sal y vinagre.
La vida es un hilo que pende del cielo,
las almas queremos ver caras amables,
ausencia de miedo que llegue a las casas
y el pan y la pesca a la mesa y hogares.
"...Para qué mirarte si estás en mi pecho,
me digo y te digo, con tono agradable,
ya estás en mi vida, en mi alma, en mi todo,
y vas a mi lado y un paso adelante..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/17
(corazón hermoso, decía mi madre),
¿para qué sentirte si sé que en el alma
tus dulces latidos me dejan tu imagen?
Quizás muchos hombres no somos conscientes
del tiempo y la vida que dictan verdades,
quizás porque vamos deprisa y corriendo,
y un tanto cansados de andar por las calles.
La vida comienza de nuevo en el día,
y en ella se vuelcan tristeza y pesares,
angustia y nostalgia con dudas y miedos,
que van con nosotros quizás hasta el parque.
Allí entre los bancos buscamos las rosas,
las flores divinas de extraños manjares,
los sueños de plata, tal vez, de la infancia,
y llegan palomas que ofrecen saudades.
MIgajas del tiempo que va en los relojes,
pequeñas escenas que son como instantes,
fracciones de vida que emiten suspiros,
susurros sin voces que alteran la sangre.
Los ojos sonríen las flores se alteran,
es fácil que, entonces, se escuchen cantares,
un duro marino camina hacia el puerto
también las traineras dan vida y señales.
Recuerdo a mi madre rezando en silencio
en tardes preciosas y noches tan graves,
la eterna pregunta del mar y la vida,
con duras respuestas de sal y vinagre.
La vida es un hilo que pende del cielo,
las almas queremos ver caras amables,
ausencia de miedo que llegue a las casas
y el pan y la pesca a la mesa y hogares.
"...Para qué mirarte si estás en mi pecho,
me digo y te digo, con tono agradable,
ya estás en mi vida, en mi alma, en mi todo,
y vas a mi lado y un paso adelante..."
Rafael Sánchez Ortega ©
16/02/17
TE MIRO, GIRASOL...
Te miro girasol y me entristezco
pensando en tu agonía prematura,
será cuando la mano enamorada
te prive, por la noche, de la luna.
Sin duda quedarán muy solitarias
las noche del invierno que son crudas,
y más si tú no estás, entre los campos,
durmiendo con la brisa tu figura.
¡Oh tierno girasol, no me abandones,
espera que me llegue la fortuna,
la lágrima que viene de tus ojos
ya roza mi pupila en la penumbra!
Despiértame del sueño de los cuerdos
y acepta que prosiga entre las brumas,
allí, bajo los pliegues de tu manto
buscando la razón de mi locura.
Te miro girasol, y te comprendo,
has sido espectador de muchas dudas,
algunas de pintores variopintos
y en otras de donceles en sus mulas.
El tiempo se ha parado en tus pestañas
y sabes de los hombres sus preguntas,
por eso las valoras y sonríes
sabiendo lo que en ellas se te oculta.
Recuerdas una tarde de un domingo,
un viejo capellán con su casulla,
venía de una aldea no lejana
y a ti se dirigió con gran mesura:
"...Hermano girasol, dame tu mano,
atiende al corazón que aquí te busca,
no dejes que la tierra en su agonía
apague sus latidos y escritura..."
Te miro girasol y voy contigo
rompamos simplemente las columnas,
aquellas que nos ciegan y estremecen,
sabremos superar esas alturas.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/17
pensando en tu agonía prematura,
será cuando la mano enamorada
te prive, por la noche, de la luna.
Sin duda quedarán muy solitarias
las noche del invierno que son crudas,
y más si tú no estás, entre los campos,
durmiendo con la brisa tu figura.
¡Oh tierno girasol, no me abandones,
espera que me llegue la fortuna,
la lágrima que viene de tus ojos
ya roza mi pupila en la penumbra!
Despiértame del sueño de los cuerdos
y acepta que prosiga entre las brumas,
allí, bajo los pliegues de tu manto
buscando la razón de mi locura.
Te miro girasol, y te comprendo,
has sido espectador de muchas dudas,
algunas de pintores variopintos
y en otras de donceles en sus mulas.
El tiempo se ha parado en tus pestañas
y sabes de los hombres sus preguntas,
por eso las valoras y sonríes
sabiendo lo que en ellas se te oculta.
Recuerdas una tarde de un domingo,
un viejo capellán con su casulla,
venía de una aldea no lejana
y a ti se dirigió con gran mesura:
"...Hermano girasol, dame tu mano,
atiende al corazón que aquí te busca,
no dejes que la tierra en su agonía
apague sus latidos y escritura..."
Te miro girasol y voy contigo
rompamos simplemente las columnas,
aquellas que nos ciegan y estremecen,
sabremos superar esas alturas.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/02/17
UN NÚMERO CUALQUIERA...
(Este poema hace el número 3.000 de los depositados en este Blog).
*****
Un número cualquiera es el tres mil
y al mismo le preceden más poemas,
surgidos de mi lápiz de marfil
y envueltos con laureles y diademas.
Por eso de este modo, tan sutil,
proclamo en estas letras, sin problemas,
que alcanza este soneto tan gentil
un número que rompe los esquemas.
Poemas en romances y sonetos
y en otros proclamando mi locura;
los versos son suspiros y secretos,
susurros con tristeza y con dulzura.
"...Doy gracias al Amor, que día a día,
me llena con su gracia y alegría..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/17
*****
Un número cualquiera es el tres mil
y al mismo le preceden más poemas,
surgidos de mi lápiz de marfil
y envueltos con laureles y diademas.
Por eso de este modo, tan sutil,
proclamo en estas letras, sin problemas,
que alcanza este soneto tan gentil
un número que rompe los esquemas.
Poemas en romances y sonetos
y en otros proclamando mi locura;
los versos son suspiros y secretos,
susurros con tristeza y con dulzura.
"...Doy gracias al Amor, que día a día,
me llena con su gracia y alegría..."
Rafael Sánchez Ortega ©
14/02/17
ACUDO HASTA TU LADO...
Acudo hasta tu lado, en esta noche,
y dejo atrás, porque así quiero,
muchos miedos y la voz de la conciencia.
Te quiero o no te quiero,
esa es la pregunta
y trataré de que respondan tus pupilas.
Me acerco hasta tu lecho, muy despacio,
te miro con mis ojos soñadores
y busco en ese fondo de los tuyos
el verso desprendido de tu alma,
las letras que han surgido de tu pecho,
las lágrimas vertidas en las tardes
y mezcladas con suspiros agridulces de canela.
Y veo que allí están, esas luciérnagas coquetas,
las estrellas que, del cielo,
se han posado en tu mirada,
las respuestas que yo busco
esperando a que los dedos temblorosos
las desgranen una a una
y las lleven a mis labios.
Y te abrazo en el silencio de la noche
con mis manos que rodean tu cintura.
Luego subo por tus brazos,
en un roce imperceptible,
hasta tus hombros.
De allí paso hasta tu cuello
que acaricio con ternura.
Te estremeces y me abrazas
y yo sigo con los dedos ese dulce recorrido
por tu cuerpo.
Ahora busco tu barbilla y la garganta.
Desabrocho tu camisa
y mis manos se introducen bajo ella
para andar y recorrer esos caminos invisibles
que me lleven a tus senos,
a esa piel tan delicada y tan sublime
que deseo y que me espera.
Acaricio sin reservas tus pezones
y dibujo con los mismos
unos signos en mis manos.
Tú suspiras y me dejas que lo haga.
Tienes sed y tienes hambre
y compartes mi locura en este acto.
Ahora sientes que mis labios
han bajado hasta tus senos y los besan
lentamente,
que mi lengua se desliza, sin dudar,
a tus pezones
y los lame y los succiona con mil besos,
que mis dientes los recorren y acarician
y los muerden levemente
y hasta escucho que tú lanzas
ese grito de pasión mientras me abrazas
y me arañas.
Me detengo en un instante
mientras tomo tu carita entre mis manos
y mis labios y tus labios entremezclan
sus salivas en un beso irreverente
de pasión y de locura.
Nuestras lenguas se acarician entre ellas
y mis dedos se deslizan por tu espalda
a tus caderas
recorriendo la cintura lentamente
y bajando hasta tus nalgas.
Allí trazan más figuras invisibles,
las que brotan de los sueños,
las que ansían y desean tus sentidos.
Y te abrazo fuertemente
y hasta siento el cosquilleo
de tus piernas y tus muslos
que precisan mil caricias,
y eso hago con mis dedos nuevamente.
Ellos buscan los caminos que conducen a tu sexo
y que parten de tus pies hasta tu vientre
y recorren, como hormigas,
esas pìernas tan preciosas,
esos muslos tan hambrientos,
esas ingles seductoras.
Y me acerco con sigilo a tu entrepierna.
La recorro muy despacio.
La acaricio suavemente,
y allí quedan,
mientras tú muerdes mis labios
y te aprietas a mi pecho,
me desnudas con tus manos
y me pides que te ame
y te haga mía para siempre.
Al final es tu respuesta en esa súplica,
es el grito tan profundo que me llega
y que me obliga a replicarte con más besos,
con caricias prolongadas,
con susurros en tu oído,
con suspiros que me arrancas
al contacto de tus manos en mi cuerpo,
con deseos de tenerte y de tomarte,
de cruzar esa barrera de los miedos
y de entrar con mi pasión
en las entrañas de tu sexo.
Y eso hago y tú lo sabes.
Lo presientes y lo esperas.
Me acompañas y me animas,
e iniciamos ese juego de los cuerpos
y las almas
donde gritan los sentidos libremente
y se expresan como quieren,
donde surgen las palabras más hermosas
e inocentes,
donde brotan los sudores
y se unen en un néctar invisible
que seduce y que emborracha
alcanzando el paraíso.
Hay un grito desgarrado y silencioso
que nos sale desde dentro.
Es el grito del amor bien consumado
y compartido,
es la eterna melodía de las almas
que han llegado hasta la cima del Olimpo,
es el canto de la mar y las estrellas
que han vencido las galernas.
Y allí estamos tú y yo,
en un abrazo irrepetible.
Los dos cuerpos tan unidos
y cubiertos de sudores y caricias
en la noche.
Las dos almas tan inquietas
que buscaron el amor entre los sueños
y alcanzaron el descanso prometido,
mientras laten nuestros pechos
y se duermen ambos sexos,
doblegada su lujuria
y esperando la caricia de los cielos
y el mañana.
Rafael Sánchez Ortega ©
01/01/15
YO BUSCABA EN LA NOCHE...
Yo buscaba en la noche tu mirada
porque hubiera jurado que, en la calle,
dos pupilas, de nácar, vigilaban,
cada paso que daba hacia adelante.
A la vez que temblaban las farolas
con jirones de brisa de la tarde,
suspiraban las fibras de mi pecho
reclamando el latido de tu sangre.
Yo buscaba tu aliento, Cenicienta,
como un niño perdido en mil saudades,
entregado a volar junto a los sueños
y viviendo, en presente, cada instante.
Pero el hombre cargado de egoísmo,
con los labios sedientos por el viaje,
precisaba la fuente de la vida
la que tú rescataste en los marjales.
Es por eso que espero que tú vengas,
que regreses, de nuevo, como antes,
y que llegues cansada hasta mis brazos
a contarme tus risas y tus planes.
Porque siento tu vida como mía
y en la misma preciso involucrarme
para ser esa mano que te lleve
al jardín donde habitan los rosales.
Porque siempre serás la que decidas,
la que pida a las rosas que le hablen,
la que escuche la voz de las estrellas
y a la luna, la invite para el baile.
Yo estaré a tu sombra, como siempre
y tendré entre mis manos unas llaves,
para abrir esos cofres que el destino
ha dispuesto en el tiempo y las edades.
"...Pero siempre tendrás en esa noche,
(donde brilla la luz de los amantes,
donde nace la tierna poesía),
a los versos con lágrimas mortales..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/07
porque hubiera jurado que, en la calle,
dos pupilas, de nácar, vigilaban,
cada paso que daba hacia adelante.
A la vez que temblaban las farolas
con jirones de brisa de la tarde,
suspiraban las fibras de mi pecho
reclamando el latido de tu sangre.
Yo buscaba tu aliento, Cenicienta,
como un niño perdido en mil saudades,
entregado a volar junto a los sueños
y viviendo, en presente, cada instante.
Pero el hombre cargado de egoísmo,
con los labios sedientos por el viaje,
precisaba la fuente de la vida
la que tú rescataste en los marjales.
Es por eso que espero que tú vengas,
que regreses, de nuevo, como antes,
y que llegues cansada hasta mis brazos
a contarme tus risas y tus planes.
Porque siento tu vida como mía
y en la misma preciso involucrarme
para ser esa mano que te lleve
al jardín donde habitan los rosales.
Porque siempre serás la que decidas,
la que pida a las rosas que le hablen,
la que escuche la voz de las estrellas
y a la luna, la invite para el baile.
Yo estaré a tu sombra, como siempre
y tendré entre mis manos unas llaves,
para abrir esos cofres que el destino
ha dispuesto en el tiempo y las edades.
"...Pero siempre tendrás en esa noche,
(donde brilla la luz de los amantes,
donde nace la tierna poesía),
a los versos con lágrimas mortales..."
Rafael Sánchez Ortega ©
13/02/07
ALGUNA VEZ HABÍA TRASNOCHADO...
Alguna vez había trasnochado
por culpa del licor y la bebida,
excusas, se decía, de una etapa,
un tiempo juvenil en lejanía.
Recuerdos que han quedado en el pasado
y fueron superados por la vida,
instantes y resacas que ahora vuelven
de forma muy curiosa y repentina.
A veces nos volvemos a ese tiempo
abriendo sus ventanas y escotillas,
tratamos de volar, sin tener alas,
y somos prisioneros de la brisa.
Se funden las gaviotas con las olas
y vuelven las preciosas golondrinas,
un mundo de color surge en los versos
y brotan de las rimas margaritas.
Parece que los campos han quedado
ocultos de miradas y sonrisas,
latiendo y esperando que la azada
de paso a los sembrados y a la dicha.
Arriba hay unas nubes que amenazan
al sol en su carrera por el día,
y abajo, entre los arces y los olmos
el río, lentamente, se desliza.
Es hora de enfrentarse a las galernas
y hacer de este presente una alegría,
la vida continua en cada instante
y somos una parte de la misma.
El hombre con su sombra y la linterna
no busca en el presente sus esquinas,
ya sabe que el futuro está lejano
y debe recorrer esta partida.
"...La vida es una caja de sorpresas,
un puzle y un crisol de poesías,
la vida es ese labio, que latiendo,
precisa de otro labio en su mejilla..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/17
por culpa del licor y la bebida,
excusas, se decía, de una etapa,
un tiempo juvenil en lejanía.
Recuerdos que han quedado en el pasado
y fueron superados por la vida,
instantes y resacas que ahora vuelven
de forma muy curiosa y repentina.
A veces nos volvemos a ese tiempo
abriendo sus ventanas y escotillas,
tratamos de volar, sin tener alas,
y somos prisioneros de la brisa.
Se funden las gaviotas con las olas
y vuelven las preciosas golondrinas,
un mundo de color surge en los versos
y brotan de las rimas margaritas.
Parece que los campos han quedado
ocultos de miradas y sonrisas,
latiendo y esperando que la azada
de paso a los sembrados y a la dicha.
Arriba hay unas nubes que amenazan
al sol en su carrera por el día,
y abajo, entre los arces y los olmos
el río, lentamente, se desliza.
Es hora de enfrentarse a las galernas
y hacer de este presente una alegría,
la vida continua en cada instante
y somos una parte de la misma.
El hombre con su sombra y la linterna
no busca en el presente sus esquinas,
ya sabe que el futuro está lejano
y debe recorrer esta partida.
"...La vida es una caja de sorpresas,
un puzle y un crisol de poesías,
la vida es ese labio, que latiendo,
precisa de otro labio en su mejilla..."
Rafael Sánchez Ortega ©
12/02/17
NO EXISTE...
No existe el corazón enamorado
que pueda mendigar por el desierto,
en esa superficie descarnada
de piedras, arenales y silencio.
Si acaso sus latidos se aceleran
es fácil que la vida vaya en ellos,
pequeños saltimbanquis ignorados,
autores de suspiros y de sueños.
Pero ese corazón que lejos busca
no puede permitirse estar sediento,
precisa de la fuente de la vida
que calme los ardores de su pecho.
Entonces volverá por otras sendas,
cañadas, praderías y senderos,
tratando de encontrar la fiel mirada
aquella del poema y de los versos.
En un atardecer, no importa cuando,
el sol se despedía en el invierno,
temblaba el corazón, al ver la escena,
ocaso singular, aunque pequeño.
Un hombre despertaba en plena noche,
por culpa del amor y los deseos,
sonaba la galerna en la distancia
y un labio suplicaba con un rezo.
Eterna paradoja la del niño,
tratando de observar, estando ciego,
¡bendita la inocencia de esa infancia,
bendito el corazón que mira al cielo!
Por eso el corazón enamorado
es blanco de la flecha del arquero,
y, entonces, malherido, se levanta
y deja en la cuartilla su lamento.
"...No existe el corazón enamorado
que se haya resistido a tu tormento,
al hombre le conquistas con tu gracia,
lunita de los niños y los cuentos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/17
que pueda mendigar por el desierto,
en esa superficie descarnada
de piedras, arenales y silencio.
Si acaso sus latidos se aceleran
es fácil que la vida vaya en ellos,
pequeños saltimbanquis ignorados,
autores de suspiros y de sueños.
Pero ese corazón que lejos busca
no puede permitirse estar sediento,
precisa de la fuente de la vida
que calme los ardores de su pecho.
Entonces volverá por otras sendas,
cañadas, praderías y senderos,
tratando de encontrar la fiel mirada
aquella del poema y de los versos.
En un atardecer, no importa cuando,
el sol se despedía en el invierno,
temblaba el corazón, al ver la escena,
ocaso singular, aunque pequeño.
Un hombre despertaba en plena noche,
por culpa del amor y los deseos,
sonaba la galerna en la distancia
y un labio suplicaba con un rezo.
Eterna paradoja la del niño,
tratando de observar, estando ciego,
¡bendita la inocencia de esa infancia,
bendito el corazón que mira al cielo!
Por eso el corazón enamorado
es blanco de la flecha del arquero,
y, entonces, malherido, se levanta
y deja en la cuartilla su lamento.
"...No existe el corazón enamorado
que se haya resistido a tu tormento,
al hombre le conquistas con tu gracia,
lunita de los niños y los cuentos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
11/02/17
ES CIERTO QUE LA VIDA...
Es cierto que la vida no es un cuento,
los cuentos son pasajes de la vida;
algunos vuelan alto, con el viento,
y en otros hay esquirlas de una herida.
La vida es un crisol en movimiento
que gira, sin parar, en su movida;
por eso la pasión y el sentimiento
desbordan en la tierra prometida.
¡Oh dulce soñador, contén tu sueño,
no avances y no pierdas la cordura,
procura que la vena de tu ceño
recoja de la vida su hermosura!
"...La vida es, algo así, como un cuaderno,
y el cuento sin la vida es un infierno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/17
los cuentos son pasajes de la vida;
algunos vuelan alto, con el viento,
y en otros hay esquirlas de una herida.
La vida es un crisol en movimiento
que gira, sin parar, en su movida;
por eso la pasión y el sentimiento
desbordan en la tierra prometida.
¡Oh dulce soñador, contén tu sueño,
no avances y no pierdas la cordura,
procura que la vena de tu ceño
recoja de la vida su hermosura!
"...La vida es, algo así, como un cuaderno,
y el cuento sin la vida es un infierno..."
Rafael Sánchez Ortega ©
10/02/17
NO TE VAYAS AMOR...
No te vayas amor, no me abandones,
necesito la brisa de tus alas,
ese leve y sutil escalofrío
que renueva la sangre enamorada.
Porque el hielo y la nieve del invierno
atenazan el cuerpo y las espaldas,
y hasta el beso precioso que no llega
es un roce de fuego por la cara.
Es difícil gritar en el desierto
y escuchar la respuesta tan ansiada,
hay preguntas que buscan laberintos
y no tienen sentido las palabras.
Porque el grito que brota del silencio
es la voz vacilante que te llama,
la que busca tus ojos en la noche
y acaricia, sin pausa, tus pestañas.
¡Cuánta nota se pierde en el vacío
a la vez que enmudecen las cigarras!,
hay latidos que siguen solitarios
sin saber el destino de su marcha.
Mientras tanto releo tus poemas
y los versos sinceros que me dabas.
¡Tantas tardes unimos nuestros sueños
que ahora el miedo me oprime las entrañas!
Fuiste vida y pasión, en un instante,
vendaval y galerna en la distancia,
un oasis, perdido de los cuentos,
y un candor que llegaba a la mirada.
Pero un día marchaste a tu destino
y emprendiste el camino, con el alba,
olvidando al poeta de otros tiempos
por un lindo futuro y sus ventajas.
"...No te vayas amor, en un susurro,
te decía al oído mi garganta.
Pero tú, con tus ojos de inocencia
proclamabas que no me abandonabas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/17
necesito la brisa de tus alas,
ese leve y sutil escalofrío
que renueva la sangre enamorada.
Porque el hielo y la nieve del invierno
atenazan el cuerpo y las espaldas,
y hasta el beso precioso que no llega
es un roce de fuego por la cara.
Es difícil gritar en el desierto
y escuchar la respuesta tan ansiada,
hay preguntas que buscan laberintos
y no tienen sentido las palabras.
Porque el grito que brota del silencio
es la voz vacilante que te llama,
la que busca tus ojos en la noche
y acaricia, sin pausa, tus pestañas.
¡Cuánta nota se pierde en el vacío
a la vez que enmudecen las cigarras!,
hay latidos que siguen solitarios
sin saber el destino de su marcha.
Mientras tanto releo tus poemas
y los versos sinceros que me dabas.
¡Tantas tardes unimos nuestros sueños
que ahora el miedo me oprime las entrañas!
Fuiste vida y pasión, en un instante,
vendaval y galerna en la distancia,
un oasis, perdido de los cuentos,
y un candor que llegaba a la mirada.
Pero un día marchaste a tu destino
y emprendiste el camino, con el alba,
olvidando al poeta de otros tiempos
por un lindo futuro y sus ventajas.
"...No te vayas amor, en un susurro,
te decía al oído mi garganta.
Pero tú, con tus ojos de inocencia
proclamabas que no me abandonabas..."
Rafael Sánchez Ortega ©
09/02/17
SE ACERCA LA PRIMAVERA...
Se acerca la primavera
y el invierno pasa raudo,
se alegran los pajarillos
que nos ofrecen sus cantos.
Igual les pasa a los ríos
rebosando en los meandros
y nos cuentan las leyendas
de los elfos y los faunos.
Pero el mundo de los sueños
es la vida, donde estamos,
es invierno y primavera,
es otoño y es verano.
Cualquiera que así lo mire
se quedará con las cuatro,
estaciones primorosas
de un Vivaldi enamorado.
Pero no sé porque evoco
la belleza de este cuadro,
quizás por cierta alegría
de las aves en el árbol.
Retornan las avecillas
y canturrean adagios,
mientras se posan en ramas
de los nacientes naranjos.
Están saliendo las flores
en el peral y el manzano,
diciendo que queda poco
para probar su bocado.
Pero es invierno, sin duda,
y nos queda un largo rato,
de rocíos y de hielos
y con nieve en los pantanos.
"...Se acerca la primavera
en el pecho enamorado,
y va sintiendo otra vida
que despierta de un letargo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/02/17
y el invierno pasa raudo,
se alegran los pajarillos
que nos ofrecen sus cantos.
Igual les pasa a los ríos
rebosando en los meandros
y nos cuentan las leyendas
de los elfos y los faunos.
Pero el mundo de los sueños
es la vida, donde estamos,
es invierno y primavera,
es otoño y es verano.
Cualquiera que así lo mire
se quedará con las cuatro,
estaciones primorosas
de un Vivaldi enamorado.
Pero no sé porque evoco
la belleza de este cuadro,
quizás por cierta alegría
de las aves en el árbol.
Retornan las avecillas
y canturrean adagios,
mientras se posan en ramas
de los nacientes naranjos.
Están saliendo las flores
en el peral y el manzano,
diciendo que queda poco
para probar su bocado.
Pero es invierno, sin duda,
y nos queda un largo rato,
de rocíos y de hielos
y con nieve en los pantanos.
"...Se acerca la primavera
en el pecho enamorado,
y va sintiendo otra vida
que despierta de un letargo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
08/02/17
HACE FRÍO EN LA TARDE...
Hace frío en la tarde sin nombre
y se escucha el lenguaje del viento,
un rumor con extrañas palabras
y que rompe la paz y el silencio.
Hoy añoro otras tardes alegres
y así mismo la calma del puerto,
con los barcos muy bien atracados
y esperando al marino y al remo.
Pero debo vivir este instante,
restañar la nostalgia y el miedo,
sortear el vaivén de las olas
y romper sus cristales de hielo.
Es la vida que sigue adelante
con su oscuro futuro y misterio,
es mi pecho que late con fuerza
y que busca gritar lo que siento.
Es la tarde de un día cualquiera,
(puede ser de este mes de febrero),
cuando miro a las nubes que pasan
y a los cielos envío mi rezo.
Y les digo que sí, que no importa,
aunque el frío penetre en mis huesos,
que yo acepto la apuesta que hacen
de escribir y anotar lo que veo.
Muchas cosas quisiera decirles,
y hasta puede que tiemblen mis dedos,
pero dejo en las letras, lo escrito,
como el rezo lo plasmo en los versos.
Hilo fino de nieve y sutura,
corazónes clamando un deseo,
con los ojos perdidos, sin norte,
y unos labios de amor y sedientos.
"...Hace frío en la tarde que pasa
y también un clavel está inquieto,
porque un labio suspira y susurra
precisando el candor de unos besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/17
y se escucha el lenguaje del viento,
un rumor con extrañas palabras
y que rompe la paz y el silencio.
Hoy añoro otras tardes alegres
y así mismo la calma del puerto,
con los barcos muy bien atracados
y esperando al marino y al remo.
Pero debo vivir este instante,
restañar la nostalgia y el miedo,
sortear el vaivén de las olas
y romper sus cristales de hielo.
Es la vida que sigue adelante
con su oscuro futuro y misterio,
es mi pecho que late con fuerza
y que busca gritar lo que siento.
Es la tarde de un día cualquiera,
(puede ser de este mes de febrero),
cuando miro a las nubes que pasan
y a los cielos envío mi rezo.
Y les digo que sí, que no importa,
aunque el frío penetre en mis huesos,
que yo acepto la apuesta que hacen
de escribir y anotar lo que veo.
Muchas cosas quisiera decirles,
y hasta puede que tiemblen mis dedos,
pero dejo en las letras, lo escrito,
como el rezo lo plasmo en los versos.
Hilo fino de nieve y sutura,
corazónes clamando un deseo,
con los ojos perdidos, sin norte,
y unos labios de amor y sedientos.
"...Hace frío en la tarde que pasa
y también un clavel está inquieto,
porque un labio suspira y susurra
precisando el candor de unos besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/17
RECUERDO AQUELLA TARDE...
Recuerdo aquella tarde
forjando fantasías,
los pasos por la acera
de forma sibilina.
Y en ellos se fijaba
el hombre que nacía,
lastrado de pasiones,
quizás por su pupila.
Entonces fue una suerte
sentir esa agonía,
por culpa de unas piernas
pasando de puntillas.
Eterna paradoja
buscar la poesía,
en medio de la plaza
y estampa tan bonita.
Recuerdo aquella tarde
y al niño que dormía,
cansado de los juegos
igual que de la tiza.
Volvía de la escuela
y vio a la señorita,
su linda profesora
para él una caricia.
Pisaba dulcemente
la alfombra tan mullida,
el prado silencioso
con bellas margaritas.
Zapatos espigados,
tacones de espadilla,
las piernas torneadas
preciosas y bonitas.
Recuerdo aquella tarde
y allí, nació la hombría,
los sueños caprichosos
y el verso sin cuartilla.
Pecó, quizás, el niño
saciando su osadía,
y entonces surge el hombre
que duda y que suspira.
Pisadas prodigiosas,
zapatos que caminan,
un niño se aturulla
por culpa de esta guisa.
El hombre, con el tiempo,
recuerda, con sonrisa,
la cara colorada
que guarda en la retina.
"...Recuerdo aquella tarde
y al alma, en su fatiga,
fue culpa de la infancia,
me digo con sordina..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/17
forjando fantasías,
los pasos por la acera
de forma sibilina.
Y en ellos se fijaba
el hombre que nacía,
lastrado de pasiones,
quizás por su pupila.
Entonces fue una suerte
sentir esa agonía,
por culpa de unas piernas
pasando de puntillas.
Eterna paradoja
buscar la poesía,
en medio de la plaza
y estampa tan bonita.
Recuerdo aquella tarde
y al niño que dormía,
cansado de los juegos
igual que de la tiza.
Volvía de la escuela
y vio a la señorita,
su linda profesora
para él una caricia.
Pisaba dulcemente
la alfombra tan mullida,
el prado silencioso
con bellas margaritas.
Zapatos espigados,
tacones de espadilla,
las piernas torneadas
preciosas y bonitas.
Recuerdo aquella tarde
y allí, nació la hombría,
los sueños caprichosos
y el verso sin cuartilla.
Pecó, quizás, el niño
saciando su osadía,
y entonces surge el hombre
que duda y que suspira.
Pisadas prodigiosas,
zapatos que caminan,
un niño se aturulla
por culpa de esta guisa.
El hombre, con el tiempo,
recuerda, con sonrisa,
la cara colorada
que guarda en la retina.
"...Recuerdo aquella tarde
y al alma, en su fatiga,
fue culpa de la infancia,
me digo con sordina..."
Rafael Sánchez Ortega ©
06/02/17
TAMPOCO ES PARA TANTO...
Tampoco es para tanto
dormirte en el tranvía,
pasarte tres paradas,
bajar cuando te avisan.
A veces las resacas
nos cierran las pupilas
y dejan sensaciones
que son como caricias.
Efectos secundarios
del ron y la bebida,
la moda del momento
con juerga conseguida.
Es fácil que esto ocurra
y sientas campanillas
mezcladas con balidos
de tiernas ovejitas.
Tampoco es para tanto,
por eso te decía,
ser niño en un instante
cogiendo margaritas.
Sus pétalos respetan,
no buscan compañía,
si acaso algunos sueños
de luces amarillas.
Los viajes por los mares,
las islas tan perdidas,
las olas y sirenas
surgiendo entre la brisa.
Por eso sus ojitos
son dulces y encandilan,
encienden muchos pechos
y afloran fantasías.
"...Tampoco es para tanto
vivir y amar la vida,
se vive en cada instante
y se ama día a día..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/17
dormirte en el tranvía,
pasarte tres paradas,
bajar cuando te avisan.
A veces las resacas
nos cierran las pupilas
y dejan sensaciones
que son como caricias.
Efectos secundarios
del ron y la bebida,
la moda del momento
con juerga conseguida.
Es fácil que esto ocurra
y sientas campanillas
mezcladas con balidos
de tiernas ovejitas.
Tampoco es para tanto,
por eso te decía,
ser niño en un instante
cogiendo margaritas.
Sus pétalos respetan,
no buscan compañía,
si acaso algunos sueños
de luces amarillas.
Los viajes por los mares,
las islas tan perdidas,
las olas y sirenas
surgiendo entre la brisa.
Por eso sus ojitos
son dulces y encandilan,
encienden muchos pechos
y afloran fantasías.
"...Tampoco es para tanto
vivir y amar la vida,
se vive en cada instante
y se ama día a día..."
Rafael Sánchez Ortega ©
05/02/17
MUCHAS VECES LA VIDA...
Muchas veces la vida
se compone de versos,
en pequeñas etapas
donde abundan los besos.
Porque en este poema,
de la vida latiendo,
hay palabras y rimas
y profundos silencios.
Corazón que lo vives
saca el frío de dentro,
y también la nostalgia
de la noche y el hielo.
Ten cuidado del hombre,
que es un niño pequeño,
y precisa cuidados
en sus labios sedientos.
Para él, su poema
es buscar algo nuevo,
como el pan en su boca
o el latido sincero.
Pero nunca se olvida
de la prosa y los sueños,
material uniforme
de poetas y cuerdos.
Una extraña locura
es el aire sin viento,
como el ojo que mira
y no ve, porque es ciego.
Sin embargo los niños
son capaces de verlo,
al poema y la vida
con sus rosas y flecos.
"...Muchas veces la vida
es el verso que anhelo,
y el suspiro del labio
el imán del deseo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/17
se compone de versos,
en pequeñas etapas
donde abundan los besos.
Porque en este poema,
de la vida latiendo,
hay palabras y rimas
y profundos silencios.
Corazón que lo vives
saca el frío de dentro,
y también la nostalgia
de la noche y el hielo.
Ten cuidado del hombre,
que es un niño pequeño,
y precisa cuidados
en sus labios sedientos.
Para él, su poema
es buscar algo nuevo,
como el pan en su boca
o el latido sincero.
Pero nunca se olvida
de la prosa y los sueños,
material uniforme
de poetas y cuerdos.
Una extraña locura
es el aire sin viento,
como el ojo que mira
y no ve, porque es ciego.
Sin embargo los niños
son capaces de verlo,
al poema y la vida
con sus rosas y flecos.
"...Muchas veces la vida
es el verso que anhelo,
y el suspiro del labio
el imán del deseo..."
Rafael Sánchez Ortega ©
04/02/17
DESAYUNO CON SONRISAS...
Desayuno con sonrisas
que me dejan como nuevo,
y eres tú, mi Cenicienta,
la causante del suceso.
Es el ave que, en el árbol
me saluda en un momento;
es la garza sorprendida
por el corzo y el rebeco.
Es el río, en el meandro,
quien me ofrece sus reflejos;
es el agua, gota a gota,
que va al mar con sus deseos.
Es la brisa del nordeste
que acaricia, bien, mi pelo;
es el aire revoltoso,
soñador y picaresco.
Es la rosa, desde el parque,
la que tiembla con sus pétalos,
es la mano enamorada
que acaricia con sus dedos.
Es la lluvia un pentagrama
y arcoiris bajo el cielo;
es la lágrima rebelde
la causante del bolero.
Es la barca adormecida
que suspira junto al puerto;
es el hombre que la cuida,
un curtido marinero.
Es la vida, en su conjunto,
un continuo movimiento;
es el niño, que la vive,
el que puede hacerla un sueño.
"...Desayuno con tu cara,
con tus labios y tus besos,
y es a ti, mi Cenicienta,
a quien amo en estos versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/02/17
que me dejan como nuevo,
y eres tú, mi Cenicienta,
la causante del suceso.
Es el ave que, en el árbol
me saluda en un momento;
es la garza sorprendida
por el corzo y el rebeco.
Es el río, en el meandro,
quien me ofrece sus reflejos;
es el agua, gota a gota,
que va al mar con sus deseos.
Es la brisa del nordeste
que acaricia, bien, mi pelo;
es el aire revoltoso,
soñador y picaresco.
Es la rosa, desde el parque,
la que tiembla con sus pétalos,
es la mano enamorada
que acaricia con sus dedos.
Es la lluvia un pentagrama
y arcoiris bajo el cielo;
es la lágrima rebelde
la causante del bolero.
Es la barca adormecida
que suspira junto al puerto;
es el hombre que la cuida,
un curtido marinero.
Es la vida, en su conjunto,
un continuo movimiento;
es el niño, que la vive,
el que puede hacerla un sueño.
"...Desayuno con tu cara,
con tus labios y tus besos,
y es a ti, mi Cenicienta,
a quien amo en estos versos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
03/02/17
QUIERO SENTIR...
Quiero sentir una caricia plena,
la del calor del sol en la mejilla,
luego buscar el roce de la arena
hasta encontrar al mar en esa orilla.
Quiero escuchar el eco que resuena
y despertar al niño en su capilla,
para romper, con prisas, la cadena
del carrusel del hombre y de la arcilla.
Porque quererte, Amor, es algo eterno
que debe de nacer en una infancia,
es evitar la garra del infierno
para vivir y amar con elegancia.
"...Quiero volar, muy alto, con el viento
y escribir, en el cielo, lo que siento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/17
la del calor del sol en la mejilla,
luego buscar el roce de la arena
hasta encontrar al mar en esa orilla.
Quiero escuchar el eco que resuena
y despertar al niño en su capilla,
para romper, con prisas, la cadena
del carrusel del hombre y de la arcilla.
Porque quererte, Amor, es algo eterno
que debe de nacer en una infancia,
es evitar la garra del infierno
para vivir y amar con elegancia.
"...Quiero volar, muy alto, con el viento
y escribir, en el cielo, lo que siento..."
Rafael Sánchez Ortega ©
02/02/17
NO TEMAS SI FRACASAS...
No temas si fracasas en tus sueños
y sientes el vacío de la meta,
concéntrate en buscar labios risueños
y así comprenderás la pataleta.
Pequeño soñador rompe diseños,
ataca el corazón y sé poeta,
entiende que los vientos barquereños
confunden la mesura en su receta.
Por eso yo te digo que adelante,
que duerma la razón buscando calma,
que vivas de los días, cada instante,
y así conseguirás centrar el alma.
"...Los sueños son el néctar, que prohibido,
anhela el corazón, estando herido..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/02/17
y sientes el vacío de la meta,
concéntrate en buscar labios risueños
y así comprenderás la pataleta.
Pequeño soñador rompe diseños,
ataca el corazón y sé poeta,
entiende que los vientos barquereños
confunden la mesura en su receta.
Por eso yo te digo que adelante,
que duerma la razón buscando calma,
que vivas de los días, cada instante,
y así conseguirás centrar el alma.
"...Los sueños son el néctar, que prohibido,
anhela el corazón, estando herido..."
Rafael Sánchez Ortega ©
01/02/17
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