POR UNA CARRETERA...
Por una carretera
sembrada con espinos,
volvía una chiquilla
de clase y sin abrigo.
La cara arrebolada,
no tanto por el frío,
quizás por las historias
leídas en los libros.
Romances y aventuras
estaban allí unidos,
cosidos a leyendas
en sitios muy distintos.
Había Don Quijotes
igual que Lazarillos,
había Rocinantes
cuidados por mendigos.
Y aquella carretera,
seguida con sigilo,
pisaba la muchacha
lanzando mil suspiros.
Envuelta entre los sueños
seguía su destino,
buscaba a las estrellas
y el cielo azul y limpio.
Allí, entre las nubes,
habìa muchos niños,
jugando a ser mayores
y así, más atrevidos.
¡Pequeña mariposa
que escapas a tu sino,
no dejes que te alcancen
las ondas de los ríos!
"...Por esa carretera,
de un pecho de granito,
dejaste, bella niña,
tu nombre en ella escrito..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/17
sembrada con espinos,
volvía una chiquilla
de clase y sin abrigo.
La cara arrebolada,
no tanto por el frío,
quizás por las historias
leídas en los libros.
Romances y aventuras
estaban allí unidos,
cosidos a leyendas
en sitios muy distintos.
Había Don Quijotes
igual que Lazarillos,
había Rocinantes
cuidados por mendigos.
Y aquella carretera,
seguida con sigilo,
pisaba la muchacha
lanzando mil suspiros.
Envuelta entre los sueños
seguía su destino,
buscaba a las estrellas
y el cielo azul y limpio.
Allí, entre las nubes,
habìa muchos niños,
jugando a ser mayores
y así, más atrevidos.
¡Pequeña mariposa
que escapas a tu sino,
no dejes que te alcancen
las ondas de los ríos!
"...Por esa carretera,
de un pecho de granito,
dejaste, bella niña,
tu nombre en ella escrito..."
Rafael Sánchez Ortega ©
20/02/17
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