HACE FRÍO EN LA TARDE...
Hace frío en la tarde sin nombre
y se escucha el lenguaje del viento,
un rumor con extrañas palabras
y que rompe la paz y el silencio.
Hoy añoro otras tardes alegres
y así mismo la calma del puerto,
con los barcos muy bien atracados
y esperando al marino y al remo.
Pero debo vivir este instante,
restañar la nostalgia y el miedo,
sortear el vaivén de las olas
y romper sus cristales de hielo.
Es la vida que sigue adelante
con su oscuro futuro y misterio,
es mi pecho que late con fuerza
y que busca gritar lo que siento.
Es la tarde de un día cualquiera,
(puede ser de este mes de febrero),
cuando miro a las nubes que pasan
y a los cielos envío mi rezo.
Y les digo que sí, que no importa,
aunque el frío penetre en mis huesos,
que yo acepto la apuesta que hacen
de escribir y anotar lo que veo.
Muchas cosas quisiera decirles,
y hasta puede que tiemblen mis dedos,
pero dejo en las letras, lo escrito,
como el rezo lo plasmo en los versos.
Hilo fino de nieve y sutura,
corazónes clamando un deseo,
con los ojos perdidos, sin norte,
y unos labios de amor y sedientos.
"...Hace frío en la tarde que pasa
y también un clavel está inquieto,
porque un labio suspira y susurra
precisando el candor de unos besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/17
y se escucha el lenguaje del viento,
un rumor con extrañas palabras
y que rompe la paz y el silencio.
Hoy añoro otras tardes alegres
y así mismo la calma del puerto,
con los barcos muy bien atracados
y esperando al marino y al remo.
Pero debo vivir este instante,
restañar la nostalgia y el miedo,
sortear el vaivén de las olas
y romper sus cristales de hielo.
Es la vida que sigue adelante
con su oscuro futuro y misterio,
es mi pecho que late con fuerza
y que busca gritar lo que siento.
Es la tarde de un día cualquiera,
(puede ser de este mes de febrero),
cuando miro a las nubes que pasan
y a los cielos envío mi rezo.
Y les digo que sí, que no importa,
aunque el frío penetre en mis huesos,
que yo acepto la apuesta que hacen
de escribir y anotar lo que veo.
Muchas cosas quisiera decirles,
y hasta puede que tiemblen mis dedos,
pero dejo en las letras, lo escrito,
como el rezo lo plasmo en los versos.
Hilo fino de nieve y sutura,
corazónes clamando un deseo,
con los ojos perdidos, sin norte,
y unos labios de amor y sedientos.
"...Hace frío en la tarde que pasa
y también un clavel está inquieto,
porque un labio suspira y susurra
precisando el candor de unos besos..."
Rafael Sánchez Ortega ©
07/02/17
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