CON EL FRAGOR DEL HUMO...
Con el fragor del humo y la pelea
los ojos, tiernamente, se alteraron,
los labios duramente se curvaron
y el corazón, miedoso, se bloquea.
La parca, crudamente, merodea,
los pájaros, alegres, se callaron,
y mientras unas armas se cruzaron
tratando de ganar en su odisea.
No sabe la razón de esta batalla,
ni sabe el sinsentido de la vida,
el alma que, impaciente, mira y calla.
Y mientras la pelea es esgrimida
como algo necesario, y que soslaya
la necia terquedad, de esta salida.
Rafael Sánchez Ortega ©
04/08/17
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