NO MERECE LA PENA...
No merece la pena
mendigar por el fango,
la añorada limosna
de unos besos preciados.
Si buscamos sinceros
la caricia y el labio,
ese beso, a nosotros,
llegará sin dudarlo.
Como el tuyo que dejes
en la tarde de mayo,
en un sitio cualquiera,
o debajo de un árbol.
Y también en la esquina,
con la plaza y el banco,
mirarán a que lleguen
vuestros cuerpos atados.
No merece la pena,
te decías antaño,
suplicar la caricia
con un beso robado.
Pero fuiste paciente
y bebiste del vaso,
aquel néctar divino
que tomaron tus manos.
Fue un instante tan solo,
casi, casi, un milagro,
de abrazar a la brisa
y quedar atrapado.
Desde entonces, te dices,
que la vida es un acto,
un poema inconcluso
que se escribe a diario.
"...No merece la pena
el recuerdo salado,
cuando puedes vivir
un presente sin barro..."
Rafael Sánchez Ortega ©
22/08/17
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